Inversor Diario

Vuelven los commodities, ¿te los vas a perder esta vez?

Luego de 10 años en caída, el sector está próximo a repuntar, por lo que hay que sacar provecho lo antes posible. Te cuento los motivos que dan lugar a estas proyecciones.

Hace unos días, recibí un meme en mi teléfono celular que decía:

“Emigrar dentro de Latinoamérica es como cambiarse de camarote en el Titanic”.

Al principio lo tomé con humor. Luego, con preocupación. Pero finalmente identifiqué un par de datos que me dieron cierta esperanza.

Si hay algo que caracteriza a esta región, es su recurrente inestabilidad.

Todos los días, nos topamos con un nuevo episodio que retrata las diferentes crisis políticas, sociales o económicas que se viven en esta parte del planeta.

La debacle venezolana, la inestabilidad económica argentina, los reclamos sociales en Chile, Ecuador y Bolivia. La vuelta de las FARC en Colombia. Hasta en Brasil acusan de asesinato al Presidente Bolsonaro.

El presente latinoamericano pinta volátil e incierto.

Pero hay una luz en el horizonte. Un hecho que podría cambiar radicalmente el futuro económico de los países de la región.

Algo que haría que volvieran a llover dólares sobre el cono sur.

Este hecho tiene que ver con la dinámica de precios de los bienes que producen los países latinoamericanos.

Las materias primas habrían tocado fondo, después de más de una década a la baja.

Lo podemos ver en este gráfico.


Fuente: Investing

La abundancia y la escasez

El índice de commodities que elabora la Agencia Bloomberg nos muestra dos períodos bien marcados. Uno que tuvo lugar desde 1999 hasta 2008 y otro que transcurrió entre 2009 y estos días.

En la primera etapa las materias primas volaron. El oro despegó hasta rozar los USD 2.000 por onza. El barril de petróleo escaló desde USD 10 hasta USD 140. También avanzaron notablemente las materias primas agrícolas e industriales.

Fueron años en los que los dólares abundaban en las naciones productoras de commodities, gracias al crecimiento acelerado de la economía mundial. Principalmente de China, donde se produjo el traslado de millones de trabajadores desde zonas rurales a áreas urbanas más productivas. EL Gigante Asiático fue el principal destino de exportación de las materias primas latinoamericanas.

En nuestra región, el lustro 2003-2008 fue la época en la que tuvieron primacía los gobiernos de corte populista. Chávez, Lula y los Kirchner encabezaban este bloque.

Con las economías en auge, estos gobiernos tenían más dinero para gastar. Algunos buscaron abastecer demandas sociales que habían sido postergadas. Otros, correr al sector privado para darle más participación al Estado en la economía. Y otras administraciones usaron el dinero para cometer delitos de corrupción.

Pero, luego la fiesta terminó con el estallido de la crisis hipotecaria en 2008, que se extendió a todo el mundo.

La economía global entró en recesión después de seis décadas. Fue el comienzo del ciclo bajista de los commodities.

Estados Unidos pudo salir de la crisis de la mano de las empresas tecnológicas. Y China, a partir de su revitalizado mercado interno. Pero Europa y Japón siguieron estancados. El mundo volvió a crecer en esta década como en los primeros años de los 2000. Y eso lo sintieron los commodities.

Con la caída de los precios de las materias primas, los dólares dejaron de llover en la región. Los países latinoamericanos que llevaron sus cuentas sanas y tomaron recaudos pudieron sobrellevar esta situación. En cambio, los que gastaron de más se sumergieron en profundas crisis. Los gobiernos tuvieron menos dinero para repartir y fueron perdiendo popularidad. Los presidentes de distintas corrientes políticas fueron cambiando, al mismo tiempo que las materias primas cayeron a valores mínimos en 20 años.

Imán de dinero

Hoy el índice de commodities de Bloomberg llega a los 79 puntos, nivel similar al piso de comienzos de 1999 y 66% menos que el registrado en sus máximos del ciclo alcista de 2008.

La tendencia bajista de las materias primas parece estar menguando en los últimos meses. Podría ser el principio del fin en el ciclo de caída de los commodities y el preludio de un nuevo megaciclo alcista.

Pero hay un par de cuestiones fundamentales que tienen que darse para que este mercado vuelva a dispararse.

En primer lugar, es importante tener en cuenta cómo pueden afectar al sector los avances técnicos que surjan en torno al mismo.

Por ejemplo, la revolución de los combustibles no convencionales permitió a Estados Unidos aumentar la extracción de petróleo y convertirse en el primer productor mundial, por encima de los países de la OPEP. Esto hizo que el precio del barril cayera a la mitad en los últimos cinco años.

Un avance de este tipo no debería ocurrir porque eso deprimiría los precios de los commodities.

Y en segundo lugar, la economía mundial tendría que crecer a una mayor velocidad. Si eso pasara, habría una mayor demanda por las materias primas, lo que se reflejaría en un aumento de sus precios.

En periodos recientes, se ha evidenciado una desaceleración en el crecimiento económico mundial. Por eso, los principales bancos centrales están coordinando sus fuerzas para darle un nuevo impulso a la economía global.

Desde Estados Unidos y China hasta Europa, Oceanía y Japón, se están llevando a cabo programas de relajación monetaria.

Estos programas buscan que abunde el dinero en el mundo y que se use para consumir e invertir.

También tienen como propósito incidir de manera positiva en la percepción de riesgo de los inversores, es decir, que piensen que no es tan riesgoso invertir. Si hay más dinero dando vueltas, hay más chances de que los proyectos de inversión mejoren sus ventas y ganancias. Y menos riesgo de que les vaya mal.

Gran parte de la gran cantidad de dinero en circulación iría a los mercados financieros. Se invertiría en todo tipo de activos. Hasta los que suelen ser considerados de mayor riesgo. Entre ellos, aquellos vinculados a los países emergentes y los commodities. Y eso se traduciría en un alza en los precios.

Todo esto sucede en un momento en que las acciones de los países están “baratas” en relación a la renta variable norteamericana.

Las acciones en Estados Unidos están en máximos históricos y duplican los precios de antes de la crisis hipotecaria. Mientras que, las de los países emergentes valen un 25% menos.

El ratio que relaciona los ETF de las acciones emergentes y norteamericanas se ubica en valores mínimos desde 2003, al igual que las materias primas.

Observa este gráfico:


Fuente: Trading View
Con una menor percepción de riesgo, el capital fluiría de nuevo hacia las materias primas y los países emergentes.

Es momento de actuar ahora y direccionar tu portafolio hacia commodities y papeles de países emergentes para aprovechar sus valoraciones de descuento y la nueva ola de dinero en el mundo.

Hasta la semana que viene,

Bruno Perinelli

Para Inversor Global

Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina. El Inversor Diario te permitirá acceder a información exclusiva sobre los mercados internacionales y podés suscribirte haciendo click acá.

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