Te contamos de qué manera operan y dónde se ubican.
Hemos escuchado varias veces la referencia a tal o cual lugar del mundo como un “paraíso fiscal”. De hecho, en el 2016 fue tapa de diarios a nivel global el escándalo surgido a partir de los “Panamá Papers”, una investigación que dejó en evidencia la evasión fiscal de más de 128 políticos del mundo, entre ellos el ex presidente Mauricio Macri, su padre Franco y su hermano Mariano Macri.
Debido a la filtración de más de 11 millones de documentos, se descubrieron las actividades de muchas empresas registradas en estos países llamados “guaridas” o “paraísos fiscales”, puntualmente en Panamá, en las Islas Bahamas. La indagación fue llevada adelante por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, y el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Debido a esto, quedaron públicamente expuestas muchas firmas domiciliadas en estos “refugios”, que en verdad eran utilizadas para evadir impuestos o lavar dinero. Pero, ¿Cómo funciona un paraíso fiscal? ¿Son legales o ilegales? ¿Por qué son tan polémicos?
Se le denomina paraíso fiscal a aquellos países que poseen regímenes tributarios ampliamente favorables para los ciudadanos o empresas extranjeras que se domicilien a efectos legales en dicho territorio. Por lo general, las grandes ventajas que ofrecen consisten en una exención total o en gran medida de los principales impuestos, y el secreto bancario.
Dos de las principales características de los paraísos fiscales son las siguientes: Por un lado, la ya mencionada exención o quita de importantes presiones tributarias, aún si la empresa no desarrolla actividades en dicho país. Por otro, si existe falta de transparencia en el asentamiento y la declaración de actividades de las empresas extranjeras domiciliarias.
Otras características igual de importantes son la no imposición de tributos -o en caso de existir, que sean sólo nominales- y que las leyes administrativas no permitan el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países. Este último punto evidencia que, en caso de existir evasión de impuestos en el país de origen de la empresa, el territorio “paraíso fiscal” no permite acceder a los datos para cotejarlo.
Por lo general, los territorios que actúan como guaridas fiscales, suelen tener dos regímenes impositivos paralelos: el que ya fue mencionado para las empresas foráneas radicadas en el país -que no desarrollan actividades en el mismo y en muchos casos lo tienen prohibido- y otro para los ciudadanos residentes, con lógicas tributarias como las de cualquier otro Estado.
Aunque estas son las cualidades generales, existen distintos tipos de paraísos fiscales. La clasificación más extendida incluye a países que parecen haber sido “creados” con la finalidad de ser refugios impositivos, países considerados guaridas fiscales y países que se han comprometido para mejorar la transparencia de sus regulaciones tributarias frente a la OCDE -Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos-.
Estos catálogos se conocen como la “lista negra” para los países reconocidos globalmente como paraísos fiscales, y la “lista gris” para aquellos con falta de transparencia en sus operaciones económicas con empresas.
El 18 de febrero del corriente año, la Unión Europea actualizó su listado de países considerados paraísos fiscales en el 2020. Entre ellos, volvió a figurar Panamá como paraíso fiscal, país que entró al primer inventario de países considerados guarida impositiva en el 2017, pero que permaneció allí tan solo un mes, luego de que los gobiernos europeos le dieran el visto bueno a sus legislaciones.
Dado que el Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información Tributaria de la OCDE no calificó aún a Panamá como “cumplidor en gran medida”, vuelve a figurar en este recuento junto a las Islas Caimán, Palaos, Seychelles, Samoa Americana, Trinidad y Tobago, Fiyi, Guám, Omán, Samoa, Islas Vírgenes Americanas y Vanuatu.
Sin embargo, algunos activistas denuncian este recuento por hipócrita, argumentando que varios países europeos -y muchos pertenecientes a la UE- también actúan como paraísos fiscales en la práctica. Por nombrar algunos, apuntan a Luxemburgo, Malta, Irlanda, y Países Bajos.
No sólo la UE tiene su listado, también el Fondo Monetario Internacional y en general, cada país lleva su escrutinio de países con mayor o menor grado de compromiso con la transparencia fiscal. Argentina, por ejemplo, tiene su propio recuento, donde figuran más de 60 países.
En América, los paraísos fiscales se encuentran en su mayoría concentrados en la parte centro del continente: específicamente las islas del Atlántico Norte. Durante el año pasado, varios países debieron tomar medidas para favorecer la transparencia en sus operatorias impositivas. La Comisión Europea sospechó de paraíso fiscal a México, Argentina y Rusia.
Sin embargo, estos países pasaron las exigencias respecto de los paraísos fiscales en el 2019, por lo que quedaron fuera de toda sospecha. Aquellas naciones sospechadas de refugio impositivo son sometidas a mayores controles, auditorías y retención de impuestos.
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