Inversor Diario

El poder de la cobertura en las inversiones

Es clave contar con un plan de protección en caso de que tu estrategia principal no se desarrolle como esperabas. Recuerda, una caída del 25% en tu cartera significa que debes ganar un 33% solo para alcanzar el punto de equilibrio.

 

Por Robert Kiyosaki

 

Si bien me encanta invertir para obtener flujos de ingresos y disfruto de las ganancias de capital que obtengo de mis inversiones, también hay una tercera e importante particularidad que no puede faltar en mi estrategia ni en la tuya: la cobertura.

Ahora, cuando se trata de invertir, una cobertura es como un seguro. Se utiliza para compensar posibles pérdidas. Es como una valla financiera para tus inversiones.

En mi caso, con cada propiedad de alquiler que tengo, creo una cuenta de reserva que me genera una garantía contra reparaciones imprevistas o caídas en los ingresos.

El dinero en esa cuenta se reserva para cubrir eventuales gastos de emergencia o una pérdida de ingresos por concepto de alquiler, en caso de que los inquilinos dejen de pagar por alguna razón. Es una cobertura contra esas pérdidas.

Por ejemplo, supongamos que tienes una gran propiedad comercial que alquilas. Si el inquilino se muda antes de que expire su contrato de arrendamiento, te quedas con un agujero enorme en tus ingresos, ingresos que a su vez podrías necesitar para pagar el crédito hipotecario del inmueble, sin lo tuvieses. Entonces estaríamos en riesgo de perder la propiedad.

En este caso, una cuenta de reserva sería una cobertura o seguro que, de suceder eso, te permitiría seguir cumpliendo con tus compromisos de pago y solventar la situación mientras encuentras otro inquilino.

 

Tipos de cobertura

La situación que acabo de describirte es un ejemplo, pero no es lo único.

Metales como el oro y la plata son dos ejemplos de cobertura. Mi esposa Kim y yo compramos oro y plata, no porque creamos que el precio continuará subiendo, sino principalmente como una cobertura contra el papel moneda que constantemente pierde su valor.

Históricamente, en épocas de turbulencia financiera como la actual, las personas han optado por cubrirse con dinero real o bien activos refugio, como estos dos metales.

Generalmente, cuando hay tensión en el mercado o el precio del dólar cae a nivel internacional, tanto el precio del oro como el de la plata suben. Pero para nosotros el oro y la plata son una cobertura o protección. La idea es adquirirlos para compensar cualquier pérdida que puedan registrar el resto de tus inversiones.

Las opciones sobre acciones son otra cobertura que utilizan los inversores.

De manera resumida, podemos decir que una opción es el derecho, pero no la obligación, de comprar una acción (en el caso de un call) o de vender una acción (cuando se trata de un put) a un precio acordado dentro de un período de tiempo determinado, en una fecha en específico.

Una opción financiera sirve como cobertura para tu capital, porque mediante la compra de un call, estás apostando a que el precio de su activo subyacente suba. El precio de la opción es una pequeña fracción de lo que te costaría comprar la acción real.

Por ejemplo, es posible que las acciones se vendan a USD 30 por acción, pero la opción podría costar solo USD 1. Si el precio de las acciones baja USD 10, perderás el costo de la opción a USD 1 por acción, en lugar de perder USD 10 por acción. La opción es una cobertura contra posibles pérdidas.

Por supuesto, si las acciones suben, entonces puedes usar, o ejercer, tu opción y comprar las acciones al precio más bajo acordado.

 

La prudencia de la cobertura

La gestión de riesgos es la base de una inversión exitosa a lo largo del tiempo.

Es clave tener una protección en caso de que tu principal estrategia no se desarrolle como esperabas o se produzcan desplomes repentinos en el mercado, como está sucediendo hoy.

Recuerda, una caída del 25% en tu cartera significa que debes ganar un 33% solo para alcanzar el punto de equilibrio original.

También es importante contar con cierta liquidez disponible para aprovechar las oportunidades de inversión con descuento, cuando éstas se presenten en tu camino.

Recuerda la vieja máxima del mercado: compra barato, vende caro.

Si lo pensamos en términos relativos, hasta hace un mes, todo estaba caro en los mercados. Por eso debes tener algo de dinero en efectivo a mano para desplegarlo después de una baja, cuando los precios sean más favorables.

La mayoría de los inversores solo gana la sabiduría de estas lecciones de forma dolorosa, después de que una corriente descendente del mercado les perjudica. Los inversores sabios se cubren.

De esta manera, la “cobertura” es la práctica de asignar un porcentaje minoritario de tu capital a posiciones más seguras o correlacionadas inversamente con la mayoría de lo que hay en tu cartera.

El simple hecho de aumentar el porcentaje de tu cartera en efectivo, especialmente en momentos de aparente sobrevaluación, es un paso de cobertura sencillo y prácticamente sin riesgos, que cualquier persona puede dar.

 

¿Por qué la cobertura es la clave del éxito?

Al final del día, la cobertura no es una estrategia de inversión en sí misma. Al igual que cualquier seguro real, no lo necesitas salvo que estés en medio de condiciones particulares.

Por ejemplo, si no tengo una casa, no hay ninguna razón para tener un seguro de propietario. Cuando se trata de invertir, si no estoy poniendo mi dinero en activos, no hay razón para cubrir mis inversiones.

Entonces, lo primero es comenzar a invertir para obtener flujo de ingresos. Una vez que haces eso, puedes experimentar en inversiones que apunten a las ganancias de capital, como las acciones.

Y para ambos tipos de inversión, siempre debes buscar una forma de cobertura que te proteja contra pérdidas. Así es como juegan los inversores exitosos.

Si deseas ser un buen inversor, independientemente de en qué inviertas, debes comprender cómo funcionan los seguros o la cobertura contra pérdidas. Invertir es mucho menos riesgoso cuando tienes un seguro.

En el mercado de valores generalmente no se usa la palabra “seguro”. En su lugar, se emplea la palabra “cobertura”.

Al igual que los seguros, podemos proteger una cantidad de dinero relativamente grande contra una pérdida, destinando una cantidad de dinero relativamente pequeña en un contrato, como una opción put simple, como mencioné anteriormente.

Cuanto más arriesgada sea la situación, más caro será el contrato. De hecho, este tipo de contratos pueden dar a los inversores una perspectiva de qué tan arriesgada es la situación.

Pero una persona no necesita ser multimillonaria para aprovechar la cobertura. Con un poco de educación financiera, cualquiera puede aprender a armar un plan de cobertura para sus ahorros e inversiones.

Saludos,

Para Inversor Global

 

 

Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.

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