0:30| Una pausa necesaria
Una caída del 36% en poco más de 30 días puede parecer algo abrumador.
El S&P500, el Índice compuesto por las acciones más importantes de los Estados Unidos, cayó de los 3.400 puntos hasta los 2.200 en el período que va del 20 de febrero hasta el 23 de marzo de 2020.
Una de las mayores bajas de la historia, y, por cierto, de las más veloces.
Pero la baja abrió una oportunidad.
Los inversores más oportunistas se animaron a comprar acciones rápidamente para sacar provecho del desplome. Durante los 7 días posteriores el S&P500 subió un fabuloso 23%. Pasó de los 2.200 hasta los 2.600 puntos, generando una de las mayores subas de la historia en Wall Street.
Así de incierto se ha mostrado el mercado.
Pero hay una realidad que no podemos dejar de ver.
Esta recuperación no se condice con las expectativas que los inversores tienen sobre la economía. El mercado estaba algo sobrecomprado, con ganas de tomar de un descanso.
Y finalmente sucedió.
Los principales índices norteamericanos retomaron la baja y los indicadores de volatilidad se incrementaron notablemente.
Y hay dos razones que explican lo anterior.
En primer lugar, Estados Unidos se convirtió en el centro de la pandemia.
Ayer a última hora el republicano Donald Trump tomó la decisión de ampliar por 30 días las recomendaciones de distanciamiento social para frenar la propagación del virus. La Casa Blanca espera entre 100.000 y 240.000 muertes este año por el coronavirus, siempre y cuando se cumpla el distanciamiento social.
En segundo lugar, el impacto en la economía puede ser más fuerte de lo que se espera.
Todos los datos de la macroeconomía son realmente desalentadores, al igual que las proyecciones de contracción para el primer trimestre de 2020.
Uno de ellos está relacionado con la industria y te lo explico a continuación.
1:20| El peor dato de la industria en más de 10 años
De antemano se sabía que el daño en la industria sería inminente. Pero lo concreto es que se desconocía qué tan grande sería el impacto real de la pandemia.
Hoy tenemos algunos números que nos da una idea de la magnitud del problema.
El sector manufacturero de Estados Unidos se contrajo en marzo a su nivel más bajo desde 2009, según el Índice de Gerentes de Compras (PMI).
Este indicador cayó de los 50,7 a los 48,5 puntos y se cree que por debajo de los 50 puntos la economía entra en un período de contracción. Lo que es peor aún, la crisis se torna más profunda cuando este indicador cae por debajo de los 42 puntos.
Pero la industria no es el único problema para Donald Trump.
Seguí leyendo.
2:05| La guerra de precios obsesiona al republicano
Estoy convencido que Donald Trump jamás imaginó este escenario de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán el 3 de noviembre de este año. El republicano no tenía dudas que la solidez de la economía le permitiría ser reelecto sin demasiados problemas.
Pero hoy el escenario es completamente distinto.
La economía se hunde, la crisis sanitaria empeora y como si fuera poco, la caída del petróleo está amenazando al sector que convirtió a Estados Unidos en el mayor exportador mundial de petróleo.
Por tal motivo el republicano está entablando conversaciones con Rusia para negociar un acuerdo que permita disminuir la producción y contener el desplome del precio del barril.
La guerra de precios llegó para quedarse y no parece tener solución en lo inmediato.
De hecho, Estados Unidos tampoco disminuye la producción. |