La tecnología del “Internet de las Cosas” es una tendencia imparable. Los dispositivos conectados a internet están creciendo exponencialmente. Sin embargo, la blockchain tiene un problema con todo esto, un problema que podría ser solucionado por lo que la llamo “el futuro de la blockchain”.
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Estimado lector,
Ya no es lejano pensar en unas zapatillas capaces de registrar datos como el tiempo y la distancia recorrida. O en un refrigerador que, de acuerdo a los elementos en su interior, sea capaz de encargar a los proveedores los alimentos faltantes.
Cuando Kevin Ashton, directivo de Procter & Gamble, mencionó por primera vez el término “Internet de las Cosas” (IoT por sus siglas en inglés, “internet of things”) en 1999, muchos pensaban que era una palabra de moda o un reto que se plantearía en el futuro.
Sin embargo, esta tecnología ha avanzado a pasos agigantados.
Kevin Ashton en LG CNS ENTRUE WORLD. Foto del 2015
Durante una breve presentación a finales de los 90, este visionario proponía una nueva tecnología que, mediante la utilización de microprocesadores y/o sensores, millones de dispositivos electrónicos transmitieran datos constantemente a través de internet de forma autónoma, proporcionando información sobre su entorno en tiempo real.
De esta forma, las personas podríamos controlar todos los dispositivos IoT a nuestro alrededor, desde nuestra vivienda hasta nuestro smartphone, viviendo una vida mucho más cómoda.
Hoy, veinte años más tarde, la tecnología IoT es una revolución imparable.
Los objetos conectados a internet están creciendo exponencialmente. De hecho, las estimaciones más recientes predicen que, para 2025, habrá 75.440 millones de dispositivos en funcionamiento con un valor de mercado de 900 billones de dólares.
Pero, aunque estas predicciones son asombrosas, tenemos un problema.
Actualmente, la arquitectura de la blockchain no es capaz de soportar el enorme tráfico de datos que supone miles de millones de dispositivos comunicándose en tiempo real.
Bienvenidos a IOTA
En este contexto, en 2015 una organización alemana sin fines de lucro presentó una tecnología innovadora: Tangle. Se trata de un gran libro contable distribuido, que en vez de utilizar la blockchain como el resto de las criptomonedas, utilizaba el algoritmo DAG (siglas de Grafo Acíclico Dirigido).
Ilustración blockchain vs. DAG
A diferencia de la blockchain, este algoritmo no necesita que la contabilidad de las operaciones esté en orden, razón por la cual se pueden procesar las transacciones de millones de dispositivos interconectados entre sí de forma simultánea, e incluso sin necesidad de una conexión a internet.
En pocas palabras: los dispositivos IoT podrían mantener registros, enviarse mensajes entre sí e intercambiar fondos (realizar micropagos) rápidamente, sin costo de transacción alguno, y sin necesidad de intervención humana.
Visualicemos su funcionamiento en el mundo real…
Imaginemos que contamos con un vehículo eléctrico autónomo, el cual está programado para llevarnos al trabajo de lunes a viernes a las 10 de la mañana.
Un día, necesitará recargar batería para realizar esta acción. Pero, en lugar de ir nosotros, automáticamente, el vehículo irá al punto de recarga, pagará la transacción interconectándose con la máquina cargadora (con su propio token cripto) y volverá a tiempo para llevarnos al trabajo.
Esta realidad es la que ofrece IOTA, una red descentralizada que permite el funcionamiento de la economía entre máquinas utilizando su propio token ($IOTA) como medio de pago.
Pero hay algo más…
Al permitir que terceros accedan a la capacidad disponible de sus dispositivos conectados a la red, los usuarios de IOTA pueden ganar dinero obteniendo tokens $IOTA, los cuales ya se han revalorizado un 590% en los primeros cuatro meses del año.
Revalorización del 590% del par IOTA/USDT. Fuente: Tradingview
$IOTA es un token muy joven que cuenta con el respaldo de inversores y empresas de primer nivel como Microsoft, Bosch, Cisco, Deutsche Bank, Orange, Samsung, entre otras; y que, con los dispositivos IoT creciendo exponencialmente, presenta un gran potencial por delante.
Creo que su ambicioso proyecto de interconectar el mundo IoT en una enorme red terminará generando un sistema descentralizado de inmenso valor en un futuro no muy lejano.
Por lo mismo, si estás interesado en entrar hoy a la que podría ser una de las próximas grandes tendencias tecnológicas del mañana, $IOTA podría ser una buena alternativa.
Buenas inversiones,
Germán Malnero
Para El Inversor Diario
Licenciado en Administración de Empresas y Sistemas, especializado en Mercados Financieros y de Capitales. Hace tres años se dedica a la asesoría en finanzas corporativas y gestión de portafolios de inversión, concentrándose en carteras diversificadas en criptomonedas. Actualmente, comparte su expertise en criptoactivos a través de los servicios enfocados en este mercado que ofrece Inversor Global.
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