Inversor Diario

La importancia de la educación financiera

Cuando entramos por primera vez en el mundo de las inversiones, todo parece muy fácil. Compramos, vendemos, operamos con un simple clic. Si encima tenemos la suerte de ganar con la primera operación que realizamos, nos convertimos en los mejores. Nuestro ego toca el cielo y creemos que tenemos todo dominado. Pues bien, lamento decirte que rara vez es así…

Con bastante asiduidad, ingresamos en este mundo de las inversiones sin saber nada. Bolsas, acciones, dividendos, comprar, vender… ¡No sabemos nada! Ni siquiera en qué mundo nos estamos metiendo.

Esa realidad nos llega (e impacta) cuando en las siguientes operaciones salimos perdiendo. O, más crudo aún, cuando directamente hemos destrozado la cuenta que teníamos en el bróker.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Qué hice mal? Todas preguntas que nos suelen vienen a la cabeza, y seguramente muchas más. En un abrir y cerrar de ojos (y operaciones), hemos pasado de la euforia a la decepción total.

Esto suele ocurrir porque muchas veces creemos que estamos preparados para hacer cualquier cosa, y no es así. En lo que respecta a las inversiones, no estamos preparados porque nadie nos ha enseñado cómo leer los mercados, cómo seleccionar acciones para su compra, cuándo conviene venderlas, cómo seguir índices, entre otras cuestiones importantes a considerar al ingresar en este mundo.

Peor aún, no sabemos cómo somos nosotros mismos operando, qué pensamos, cómo reaccionaremos en determinadas circunstancias. En pocas palabras, no nos conocemos como inversores. Actuamos por impulsos, según lo que haga el mercado: si sube, compramos; si baja, vendemos… Así, somos carne de cañón.

La clave es sencilla: tenemos que aprender

Aunque puede que nos cueste admitirlo, tenemos que aprender. En principio, cómo somos nosotros como inversores. Pero no solo eso. Necesitamos que nos enseñen cómo funcionan los mercados, tenemos que prepararnos para saber ganar y (más aún) saber perder. No debemos permitir que nuestro ego nos obligue a hacer cosas de las seguramente luego nos arrepintamos.

Debemos gestionar la cartera, saber cuánto tenemos que invertir en cada posición y, sobre todo, saber lo que vamos a perder (y estar dispuesto a hacerlo) en caso de que la operación salga mal. Nadie quiere perder, por supuesto, pero tenemos que estar preparados para cuando vengan las rachas malas, porque seguramente lleguen.

Bien, ya sabemos algo más, pero no es suficiente. Veamos en detalle los puntos que debemos tener en cuenta y no pueden faltar en nuestra educación financiera:

1- Sistema de trading

Lo primero que tenemos que aprender es un sistema de trading, sea de corto, mediano o largo plazo. La elección del estilo del sistema dependerá de cada persona:

– A quienes les gusta el trading intradiario, con gráficos de un minuto, de cinco minutos, buscando los pequeños movimientos del mercado, deberán estar a tiempo completo delante del ordenador.

– Los que operan a mediano plazo, verán gráficos de una o cuatro horas. Este perfil de trader es más tranquilo, tiene tiempo de pensar las cosas y no necesita estar delante de la pantalla todo el día.

– Los inversores que operan a largo plazo analizan gráficos diarios, semanales o incluso mensuales.

2- Estrategia

Para operar en los mercados, hay que tener una estrategia. Saber cuándo entrar, cuándo salir, dónde colocar nuestro stop de pérdidas y dónde colocar nuestro beneficio. Parece fácil ¿no? Si tienes una estrategia, puede serlo. Si no la tienes, seguramente cometerás errores.

¿En qué consiste una estrategia? En saber el punto óptimo de entrada en una operación, por qué entrar en ese lugar, qué ventajas tienes, si hay algún soporte o si pasa una directriz alcista, entre diversos indicadores.

Si bien cada uno de nosotros podría tener su propia estrategia para aplicar en el mercado, lo estaríamos haciendo “sin red”, sería prueba y error, con la consecuente probable pérdida de dinero. Lo mejor es que alguien nos forme, adquirir sus conocimientos, e intentar no cometer errores que, de antemano, sabemos que no funcionan.

La ganancia es doble: ganamos en conocimiento y no incurrimos en errores que podrían hacernos perder dinero.

En los cursos de trading, nos enseñan a hacer operaciones al alza y a la baja, nos explican diferentes técnicas, en qué momento es más ideal entrar, cuando no debemos entrar en el mercado, cuando hay que salir. que aprender esas técnicas, memorizarlas para saber en cada momento donde estamos y lo que tenemos que hacer, entrar, salir o quedarnos fuera del mercado en ese activo en concreto.

3- Gestión financiera

¿En qué consiste la gestión monetaria? En palabras sencillas, nos sirve para que no perdamos toda la cuenta del bróker.

Nos enseñan a gestionar nuestra cuenta, saber la cantidad que tenemos que invertir en una operación, saber el riesgo que estamos dispuestos a afrontar y, lo más importante, saber cuándo una operación no se puede hacer por tener más riesgo del que nosotros podemos admitir.

Por ejemplo, si tenemos una cuenta de USD 10.000 y en cada operación solo queremos perder el 1% del capital, nuestro límite de perdida será USD 100. Nos sirve para proteger nuestro capital en caso de que tengamos una racha mala de varias operaciones negativas para no perder la cuenta.

Recuperar esas pérdidas será más fácil que si perdemos el 50% de la cuenta, en ese caso, para recuperar la inversión inicial, tenemos que ganar el 100% del capital que nos queda y eso es muy difícil.

En resumen, debemos saber cuántas posiciones tenemos que tener abiertas, cuándo proteger cada operación y cuándo hacer más compras sin aumentar el riesgo de la cartera.

4- Psicotrading

Esta parte no tiene nada que ver con la operativa, ni con la gestión del dinero. Consiste en hurgar en nuestra mente para aprender a aceptar las pérdidas que tengamos en nuestra operativa, pero también para contener la euforia en caso de que ganemos muchas veces seguidas, haciéndonos potencialmente más propensos a aumentar el riesgo en las operaciones.

Simplemente, nos hace ser más sensatos y evitar los arrebatos, tanto en momentos positivos (ganancias) como en negativos (pérdidas).

Debemos ser fríos, pensar en lo que hemos aprendido en la operativa, en la gestión monetaria y ser siempre fieles a esos principios.

Esos principios son los que nos darán consistencia en el trading.

Aunque pueda parecer extraño, tenemos que conocernos, saber cómo somos cuando trabajamos con estrés, las reacciones que tenemos en esos momentos, descubrir si actuamos igual cuando estamos tranquilos o si, ante situaciones adversas, actuaríamos de forma impulsiva.

Tener control sobre nosotros y nuestra operativa es lo que nos permitirá ser buenos traders en el futuro. Y tú ¿controlas tus impulsos? ¿Dominas tus emociones a la hora de operar? ¿Qué tanto te conoces?

Buenas inversiones,

Alberto Chan

Para El Inversor Diario

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