Desafortunadamente, no es posible obtener una buena educación financiera en la escuela, ni será posible en mucho tiempo. Por lo tanto, una “buena educación” en una “buena escuela” es realmente una educación incompleta y costosa.
Robert Kiyosaki
Querido lector,
Cuando era joven, mi padre pobre me dijo: “necesitas ir a una buena universidad para obtener una buena educación y con eso un buen trabajo”.
Pero mi padre rico me dijo: “Rara vez recibes una buena educación en una ‘buena universidad'”. Y añadió: “Es mucho mejor crear buenos empleos como empresario que obtener un buen trabajo y ser un empleado”.
En mi caso, postulé a la universidad como quería mi padre pobre, y fui aceptado en la Academia de la Marina Mercante de los Estados Unidos en Kings Port, Nueva York.
La academia es una escuela altamente selectiva, que acepta solo a 275 estudiantes por año académico y requiere de una carta de recomendación de un senador o miembro del gobierno de Estados Unidos.
En ese momento, los graduados de primer año de la Academia ganaban USD 70.000 o más por año, y eso era mucho dinero en la década de 1970.
Aunque mi padre pobre era el Director de Educación del Estado de Hawái, la verdad es que yo era un estudiante pobre con calificaciones mediocres.
Lo cierto es que no estoy seguro de cómo llegué a la Academia de la Marina Mercante de Estados Unidos, pero lo hice.
No me arrepiento de mi tiempo allí. Los académicos eran rigurosos y tuve grandes profesores. Y como la Academia era una escuela militar, aprendí habilidades de liderazgo muy necesarias, desarrollando un fuerte sentido de orgullo y disciplina que no tenía cuando era adolescente.
Esas habilidades me han servido para toda la vida.
Pero aunque disfruté de mi tiempo en la universidad, una cosa fue dolorosamente clara una vez que me gradué y comencé a trabajar: mi educación apenas comenzaba.
Los profesores eran duros y desafiantes, pero no aprendí lo más esencial para tener éxito en la vida.
Por ejemplo, no tenía idea de cómo funcionaba el dinero y no tenía la capacidad de vender algo.
Sobre todo, no tenía educación financiera, el tipo de educación más importante.
Afortunadamente de pequeño tuve a mi padre rico, quien siguió en contacto conmigo. No solo me enseñó sobre el dinero, sino que también me alentó a aceptar un trabajo de ventas en Xerox para aprender a vender en lugar de aceptar un trabajo bien remunerado como marino mercante.
Esa fue la mejor decisión de mi vida, y una que me ha dado dividendos durante décadas desde entonces.
Diferente década, mismo consejo
Hoy en día las viejas reglas del dinero como ir a una buena escuela, obtener un buen trabajo, ahorrar dinero, comprar una casa e invertir en una cartera diversificada de acciones y fondos mutuos, aún se siguen, aunque están completamente obsoletas.
Y una de las reglas antiguas más sagradas es el consejo de ir a una buena escuela.
De hecho, este consejo tiene mucho menos sentido hoy que cuando era joven.
Un ejemplo: según la revista More, el costo promedio de la educación en algunas de las principales escuelas de élite del mundo ahora es de USD 250.000 por cuatro años de educación.
Sobre eso, me gustaría citar a Claudia Dreifus, la autora del libro “¿Educación Superior? La forma en que las universidades están desperdiciando nuestro dinero y fallando a nuestros hijos, y lo que podemos hacer al respecto”:
“La mayoría de las familias no puede pagar eso, y los que lo hacen entran en un endeudamiento que encadena su futuro… de trata de costos que harían salivar a un abogado antimonopolio.”
La realidad es que los costos de la educación se han disparado, en Estados Unidos y el mundo entero –entiendo que en muchos países aún existen universidades gratuitas, pero es algo que va en retroceso.
Además, los beneficios de la educación se han desplomado.
En el caso de Estados Unidos estamos criando a una generación de hombres y mujeres jóvenes que están tan agobiados por las deudas universitarias, que tendrán dificultades para salir adelante en la vida.
Y eso se extiende con facilidad a otros países, como España, Chile o Colombia.
Cambia las reglas por las que juegas
Si eres una persona joven en tu camino a la universidad o un padre con adolescentes que se preparan para la universidad, te sugiero que pienses mucho en lo que esperas obtener de la educación universitaria y por qué lo quieres.
No estoy diciendo que la educación superior sea mala. Hay ciertas cosas que no se pueden hacer sin ella.
Por ejemplo, nunca visites a un médico que no haya ido a la escuela de medicina. Ni contrates a un abogado que no haya ido a la escuela de derecho.
Pero la vieja regla del dinero que decía que todos deberían ir a una buena escuela es una regla obsoleta, y que ataca a muchas familias de clase media con el peor tipo de deuda.
Para prosperar en la nueva economía necesitas comprender el valor de una buena educación, y entender que una buena educación es aquella que incluye la educación financiera integral.
Desafortunadamente, no es posible obtener una buena educación financiera en la escuela, ni será posible en mucho tiempo. Por lo tanto, una “buena” educación en una “buena” escuela es realmente una educación incompleta y costosa.
Es por eso que creé The Rich Dad Company, es la razón por la que publiqué 25 libros sobre educación financiera y por qué me asocié con Agora Publicacionespara llevar adelante este newsletter en el mundo de habla hispana.
Tuve el beneficio de tener un padre rico que me enseñó sobre dinero y negocios, lecciones que me han ayudado más en la vida que cualquier otra cosa que aprendí en la Academia de la Marina Mercante de Estados Unidos
Y siempre he querido dar esa misma oportunidad a los demás.
Robert Kiyosaki
Autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, y una quincena de otros libros, es uno de los mayores gurús de las finanzas personales del mundo. Gracias a una alianza con Rich Dad Latino, en Inversor Global nos enorgullecemos de presentar Plan de Retiro Soñado, el único servicio donde Robert revela acciones puntuales para comprar y vender, y Súper Acciones Millonarias y Cash Flow semanal.