Inversor Diario

Cuatro activos que te permitirán alcanzar la libertad financiera

Para mejorar tu situación financiera debes imitar las conductas de los más ricos. Hoy te enseño cómo armar un plan de inversión siguiendo los pasos de estas personas

Querido lector,

Cuando era joven, mi padre rico una vez me dijo:

“Los ricos se hacen más ricos en parte porque no invierten de la misma forma que los demás. Ponen su dinero en inversiones que no se ofrecen a personas de muy bajos recursos y a la clase media. Sin embargo, lo más importante es que tienen una educación diferente. Si estás educado, siempre tendrás mucho dinero”.

A la hora de decidir en qué clase de activo invertir, tienes varias alternativas a tu disposición, cada una con ventajas y desventajas, con diferentes exigencias de tiempo, esfuerzo y conocimiento. Es precisamente por eso que la mayoría invierte en activos de papel o en la Bolsa.

¿Qué es un activo?

Mi padre rico siempre fue capaz de explicar cosas complejas en términos simples. Al día de hoy, sigo usando su definición de activo:

“Un activo es algo que, ya sea estés trabajando o no, pone dinero en tu bolsillo”.

Punto.

Así de sencillo.

Hay cuatro clases de activos diferentes en las que puedes invertir:

1. Negocios o compañías

2. Activos de papel

3. Bienes raíces

4. Commodities

Todo comienza con un plan

Para ser un inversor global exitoso, debes tener un plan, enfocarte y jugar para ganar.

El inversor promedio no tiene un plan, sino que compra y vende a partir de consejos que le dan, buscando siempre las alternativas más populares del mercado en un momento determinado.

No está mal seguir alguna recomendación valiosa de vez en cuando, pero asegúrate de tener presente que ningún consejito te ayudará a construir una fortuna real.

Mi padre rico tenía una lista de lo que él llamaba las “cinco D” que se requerían para lograr la independencia financiera, especialmente cuando comienzas desde cero. Estas son:

1. Deseo

2. Dedicación

3. Determinación

4. Datos

5. Dinero

La mayoría se centra en los dos últimos, datos y dinero. Muchas personas van a la escuela y piensan que la educación y la información que allí reciben les darán todo el dinero que quieran.

Y si alguien no tiene una educación formal, dice cosas como: “no puedo ser rico porque no me gradué de la universidad”, “para ganar dinero necesitas más dinero” o “si trabajo más duro, seré rico”. En otras palabras, muchas personas ven la falta de educación o la falta de dinero como el muro que los separa del éxito.

Mi padre rico concluyó su lección sobre las cinco D diciendo: “en realidad, es el enfoque en las primeras tres D lo que al final del día te da los datos y el dinero que necesitas para ser muy, muy rico”.

En otras palabras, los datos y el dinero se derivan de tener deseos y sueños, de ser dedicado y de estar determinado a ser exitoso.

En mis clases, a menudo encuentro personas que lo primero que quieren hacer es acceder a información o a datos nuevos, o que creen que solo con ganar más dinero serán ricos. En la gran mayoría de los casos, eso no es suficiente para alcanzar el éxito.

Si bien los datos y el dinero son importantes, realmente lo más importante es hacer, ponerse a trabajar en lo que haga falta, decidirse a dejar atrás la vida que has llevado hasta ahora.

¿Cuáles son las cuatro principales clases de activos?

Existen numerosas formas de invertir y construir tu riqueza. Y una vez que desarrolles tu educación financiera, comprenderás mejor cuáles son las inversiones ideales para vos. Sin embargo, en caso de que estés comenzando a transitar este recorrido, te mostraré cuáles son algunas de las clases de activos más populares.

1. Activos de papel

Como mencioné, estos son activos como acciones, bonos y fondos mutuos, así como cuentas de retiro desde las cuales puedes invertir en opciones, futuros y divisas. En esta categoría encontramos también fondos de inversión inmobiliarios (REITs) y fondos cotizados (ETFs). Ya sea que estés invirtiendo para obtener ganancias sobre el capital o para expandir tu cash flow a partir de dividendos, hay muchos activos de papel para elegir.

Es muy fácil entrar y salir de estos activos, pero no tienes control alguno sobre cómo la empresa en cuestión genera ganancias, gasta dinero o administra sus deudas y pasivos. (Claro, a no ser que sea tu propia empresa la que ofrezca acciones al público.)

2. Commodities

Los commodities incluyen metales (oro, plata, cobre, etc.), alimentos (granos, maíz, café y azúcar) y materias primas (petróleo, gas, algodón, etc).

Por lo general, las inversiones en estos activos se basan en ganancias/pérdidas sobre el capital, y puedes comprar contratos futuros de cualquiera de estos bienes, por medio del mercado de futuros.

Si te estás iniciando como inversor, hazlo poco a poco y ve desarrollando tu educación financiera al respecto. Por ejemplo: compra una moneda de plata y presta atención a cómo su valor escala o cae día a día. Tu coeficiente intelectual financiero crecerá solo a través de estas prácticas.

Comprar monedas de oro y plata es muy sencillo. Si puedes comprar pan en la despensa de la esquina, entonces puedes comprar oro y plata. Sin embargo, invertir en los otros tipos de commodities tiene el mismo nivel de dificultad que invertir en activos de papel.

3. Negocios o compañías

Esta es una clase de activo de la que el público general está cada vez más consciente, gracias a programas de televisión como “El aprendiz” o “Shark Tank”, entre otros. En lo que se refiere a compañías privadas, puedes invertir en una propia o en la de alguien más. El objetivo es generar retornos tanto para tu bolsillo, como para el negocio y para los inversores y/o prestamistas.

Antes de invertir nada, asegúrate de investigar bien la oportunidad y de analizar a profundidad el proyecto, los socios, el financiamiento y el equipo comercial y administrativo.

En la mayoría de los países, una porción importante de las leyes impositivas está orientada a reducir los impuestos de los dueños de negocios. Casi todos los gastos comerciales son deducibles, es decir, los puedes deducir de los ingresos de la compañía, lo que a su vez disminuye los ingresos gravables de la firma.

Si estás invirtiendo en la empresa privada de otra persona, las pérdidas del negocio se pueden deducir de los ingresos de otros negocios pasivos o inversiones inmobiliarias. Las ganancias a menudo están sujetas a las tasas impositivas más bajas del capital a largo plazo.

4. Bienes raíces

Dejé mi clase de activos favorita para el final: invierto principalmente en bienes raíces porque se ajusta a mi fórmula de libertad financiera. Las inversiones inmobiliarias generan cash flow de las propiedades de alquiler, así como ganancias sobre el capital de la compra y venta de propiedades.

En muchos países existen créditos fiscales disponibles para viviendas de bajos ingresos, remodelación de edificios históricos y otras inversiones inmobiliarias específicas. Y luego un crédito fiscal se deduce directamente de tus impuestos. Asimismo, existe una deducción anual por depreciación, que generalmente es un porcentaje del valor de la propiedad que puedes amortizar como un gasto.

Invierte en lo que te apasiona

Ten en cuenta que ser rico o pobre no depende de la clase de activo en la que invertís. Por ejemplo, cuando una persona pregunta: “¿es una buena idea invertir en bienes raíces en este momento?”, respondo: “no sé. ¿Eres un buen inversor?”.

Si me preguntan: “¿son las acciones una buena inversión?”, mi respuesta es la misma: “no sé. ¿Eres un buen inversor?”.

A lo que quiero llegar, es que lo importante nunca es la clase de activo. El éxito o el fracaso, la riqueza o la pobreza, dependen únicamente de la inteligencia del inversor. Un inversor inteligente hará millones en la Bolsa. Un aficionado perderá millones.

A la mayoría de las personas se les enseña a que “trabajen en lo que les apasiona”. Mi padre rico nos enseñó a su hijo y a mí algo diferente: “invertí en lo que te apasiona”.

Si te gusta una clase de activo y la estudias, cometes errores, practicas y aprendes, pronto descubrirás cómo hacer una fortuna con ese activo.

Actúa con inteligencia,

Robert Kiyosaki

Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina. El Inversor Diario te permitirá acceder a información exclusiva sobre los mercados internacionales y podés suscribirte haciendo click acá.

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