Te detallamos cómo invertir en acciones desde cero en la Argentina.
Para muchos, adentrarse en el mundo de la bolsa de valores parece un proceso complicado y riesgoso. Aunque todas las inversiones conllevan su cuota de exposición o “peligro”, es preciso conocer primeramente cómo funciona el mercado de valores y cuáles son los primeros pasos que podemos dar para ir ganando confianza y por supuesto, dinero.
La bolsa es el organismo en el que ocurren todo tipo de transacciones económicas tanto de empresas e inversores privados, como de la administración pública y su esfera de influencia. Allí se recurre para obtener financiamientos de todo tipo a nivel mundial, y cada país posee su propia bolsa local con la que opera nacionalmente y desde la que se vincula con otras.
Existen varios instrumentos financieros de los que podemos disponer, pero a grandes rasgos se dividen en dos: bonos y acciones. Con los primeros, lo que hacemos es prestar dinero a una entidad pública o privada, a condición de que ésta nos lo devuelva con un porcentaje de intereses pautados. Existen bonos a corto, mediano y largo plazo.
Por otro lado, podemos adquirir acciones de una compañía o emprendimiento. Dependiendo cuántas acciones tengamos de esa firma, mayor será nuestro nivel de influencia en la toma de decisiones de la cúpula corporativa de la misma. El nivel de compromiso es, por lo tanto, superior al que tomamos comprando bonos, pero la rentabilidad -aunque variable- también crece.
La principal diferencia que existe entre un instrumento y otro, además del retorno fijo o variable de dinero, es que al comprar bonos, nuestra atención se focaliza en la devolución con intereses de dicho dinero, mientras que comprando acciones tenemos que “asegurarnos”, en la medida de lo posible, que la empresa empate o supere la rentabilidad esperada para poder cobrar los dividendos.
La cotización de acciones y de bonos varía de acuerdo a las decisiones que la firma tome para volverse más redituable, o las determinaciones económicas que plantee una gestión gubernamental respecto a su organización interna y a los compromisos de deuda que adquiera.
Si estamos dando primeros pasos en el mundo de las inversiones es crucial conocer a fondo qué tipo de operaciones podemos hacer, cuáles son más seguras y cuáles más aventureras y de qué forma podrían impactar en nuestros negocios, teniendo en cuenta los contextos económicos locales y mundiales.
Afortunadamente, contamos con mucha información al respecto, no sólo la que nos pueda brindar el broker o corredor de bolsa que elijamos para que lleve adelante nuestras transacciones, sino de libros y otros recursos que podemos encontrar -incluso online- y que nos pueden orientar en la toma de decisiones.
Una vez que resolvimos lo básico en términos burocráticos para empezar a operar -declaramos fondos, abrimos una cuenta en la bolsa y designamos a nuestro intermediario- podemos elegir en quién invertir. Podemos operar en pesos, en ciertos casos en dólares y también optar por comprar divisas.
Previo a tomar cualquier decisión tenemos que investigar a fondo las firmas que nos interesan, su desarrollo histórico, los factores coyunturales económicos y cualquier tipo de información o variable que pueda afectar las acciones que compremos. También es necesario calcular el nivel esperado de riesgo para saber de antemano si podemos sobrellevarlo.
Si nos interesa alguna empresa, startup o emprendimiento privado, simplemente tenemos que acordar con nuestro broker cuánto dinero invertir y en qué momento. Incluso, algunas sociedades intermediarias en la bolsa ofrecen plataformas online para que puedas hacer un seguimiento o comandar una compra vía llamado telefónico u mensajes a través de la web.
Estas plataformas suelen ofrecer servicios de simulador para invertir en la bolsa, con los que a través de una serie de preguntas logran definir el perfil del inversor, indicando en qué sectores le conviene más desarrollarse de acuerdo a sus preferencias, posicionamientos y capital.
Los analistas pueden tener sus preferencias personales, pero existen un número de jugadas que todos consideran como potenciales ganadoras o de rentabilidad interesante. Aunque lógicamente esto se modifique mensual, semestral o anualmente, ciertas apuestas siempre tendrán más confiabilidad que otras.
Uno de los ámbitos en los que es difícil no confiar, es el de la inversión en petróleo. Sabemos que es el combustible con el que funciona prácticamente toda maquinaria y transporte mundial, siendo un negocio más que codiciado y rentable. Comprar acciones de YPF, por ejemplo, se volvería una decisión inteligente, teniendo en cuenta que la cotización del petróleo es siempre en dólares.
Una alternativa bastante novedosa es comprar Cedears, Certificados de Depósito Argentino, que permiten comprar acciones de empresas extranjeras en dólares sin poseer una cuenta para operar en bolsas internacionales. Aunque es un mercado poco líquido, permite adquirir parte de empresas que vienen en alza, como Amazon, Microsoft y Apple, entre otras.
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