El secreto para entender “la lógica” del mercado

Si estás esperando distraerte en plena cuarenta con las últimas novedades de los chimentos de Hollywood, lamento decepcionarte.

El newsletter de esta semana no te va a hablar de un presunto romance entre el multimillonario de las finanzas, Warren Buffett, y la consagrada actriz, Anne Hathaway. Pero sí te va a contar el extraño vínculo que los une.

No se trata de una unión sanguínea ni de un vínculo fraternal. Tampoco tiene que ver con una misma afinidad por un equipo de basquetbol o fútbol americano.

Lo que los une es un curioso sistema de inversión.

A esta altura sabrás que hay distintas maneras de operar para ganar dinero en la Bolsa. Algunos analizan gráficos, buscan canales de tendencia, soportes y resistencias; estudian los cruces de medias móviles y usan figuras de análisis técnico para realizar operaciones de trading.

Otros prefieren enfocarse en la capacidad de las compañías para generar valor, sus balances y sus perspectivas. Es decir, usan los que suelen conocerse como los fundamentos económicos para tomar decisiones de inversión.

Este curioso sistema de inversión no involucra fundamentos ni nociones de análisis técnico. Simplemente está basado en la relación entre dos eventos: cada vez que Anne Hathaway aparece en los diarios y revistas, la acción de Berkshire Hathaway (BRK.A:NYSE) sube.

Por el simple hecho de llamarse igual, la empresa cuyo dueño es Warren Buffett crece en capitalización bursátil cada vez que la actriz aparece en la primera plana de las noticias del espectáculo:

¿Quiénes están detrás de esta disparatada relación? Los algoritmos.

Hoy en día, es común que se desarrollen software de trading automatizados que envían órdenes de compra y venta de activos ante ciertos comportamientos del mercado.

Aparentemente, se habrían creado programas de trading que automáticamente envían órdenes de compra de acciones de BRK.A, cada vez que Anne Hathaway figura en la cartelera de los cines o es reconocida por la Academia.

Pero no tienen en cuenta si existe un fundamento real, como una mejora en las perspectivas de ganancias de la compañía, que permita sostener las subas.

Más allá de la falta de argumento que hay detrás de los movimientos de la acción, las subas se producen por algo que conocemos como “la profecía autocumplida”.

La profecía autocumplida es la creencia o expectativa que una persona tiene sobre un evento futuro, que finalmente se manifiesta porque esa persona lo sostiene.

Por ejemplo, si mañana por la mañana y sin razón aparente, te despiertas pensando que tu día va a ser horrible, es más que probable que así sea. Inconscientemente te comportas de forma que se afirma tu creencia, ignoras lo positivo que te sucede y amplificas todo lo negativo. Tienes una actitud que no te permite tener un día agradable.

Ahora bien, volvamos al ejemplo del sistema de inversión que vincula a la empresa de Warren Buffett con Anne Hathaway. Si todos pensamos que la acción de Berkshire Hathaway va a subir cuando aparezca la actriz neoyorquina en las noticias, estaremos atentos al lanzamiento de sus películas para luego salir corriendo en busca de las acciones de BRK.A.

Probablemente las acciones suban, más allá del momento económico por el que esté pasando la compañía.

Muchas personas ven el análisis técnico como una profecía autocumplida. Dicen que sus herramientas e indicadores no poseen per se la capacidad de predecir hacia dónde irá el mercado.

Son útiles sólo porque un gran número de operadores los implementan para tomar sus decisiones de inversión. Si muchos creen que una acción va a subir después de ver la misma figura técnica en un gráfico, invertirán mucho dinero en la compra de tal acción, empujando hacia arriba su precio.

Otros, en cambio, sostienen que los indicadores y las herramientas del análisis técnico son válidos porque se basan en información real sobre el mercado y las fuerzas que lo mueven.

Lo cierto es que ambas posturas tienen razón hasta cierto punto.

En los últimos meses, Berkshire Hathaway fue sumamente golpeado por el Coronacrash.

Entre febrero y marzo cayó 30%. La mitad de la caída la recuperó en abril pero ahora se muestra débil para seguir avanzando.

¿El precio del fondo y la Bolsa estadounidense andarán necesitando que la actriz vuelva a la primera plana del espectáculo para que las acciones recobren sus fuerzas y puedan seguir subiendo?

Ciertamente no. Los problemas actuales que enfrenta la economía global son mucho más complejos. Vamos a transitar la peor crisis económica desde 1929.

Ojalá el consumo y la inversión repuntaran y la confianza se recobrara con una simple relación algorítmica.

Hasta la semana que viene,

Bruno Perinelli

Para Inversor Global

Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.

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