Inversor Diario

El colapso del dólar ya empezó: protejamos nuestro capital

La moneda estadounidense está perdiendo terreno frente a las divisas del mundo y uno e los más grandes de las inversiones anticipa que el dólar pronto dejará de ser la moneda de reserva mundial.

 

Por Bruno Perinelli

 

 

Ray Dalio es uno de mis referentes en el mundo de las inversiones.

Arrancó “de muy abajo”, operando tal solo USD 10 mil desde su departamento de Nueva York y, a lo largo de una extensa carrera supo construir una fortuna de USD 18.000 millones al mando de su hedge fund Bridgewater Associates.

Con un análisis económico riguroso y una aguda intuición, Dalio ideó el sistema de inversión All Weather (‘para todo clima’) que obtiene rendimientos por encima del mercado de manera consistente, independientemente de si la economía está creciendo o cae en recesión.

A través de su sistema, sus clientes ganaron más de USD 56.000 millones.

Su exitosa trayectoria le valió el mote de “gurú de los mercados financieros” y es una de las voces más consultadas en la materia.

Hace dos días tuve la oportunidad de participar del encuentro 2020 de Expert XP, seguramente el mayor evento financiero del mundo, donde Dalio presentó “El cambio en el orden global: dónde estamos y hacia dónde vamos”.

Y fueron varias cosas de las que habló y que hoy me gustaría compartir contigo.

Desde el comienzo, Dalio advirtió que estamos ante un inminente cambio del orden mundial. De acuerdo a su proyección, el dólar estadounidense perderá su status de moneda de reserva contra el yuan. Y el poder central se trasladará desde los Estados Unidos hacia China.

¿Cómo llega a esa conclusión?

Dalio entiende que estamos en la fase final del ciclo del dólar como moneda reinante en el mundo.

Este ciclo arrancó en 1944 a partir del Tratado de Bretton Woods, donde el dólar fue elegido como la moneda de reserva mundial por su amplio uso en el comercio internacional y la creciente participación de la economía de los Estados Unidos en el PBI global.

A partir de ese momento, los bancos centrales del mundo buscaron hacerse de dólares para darle una mayor seguridad a su sistema financiero.

La Reserva Federal se aprovechó de esta permanente demanda mundial, imprimiendo todo el dinero que pudo. Este comportamiento se acentuó luego de la crisis de las hipotecas en 2008 y recientemente con el Coronacrash.

La Fed hoy compra deuda de empresas y bonos del Tesoro estadounidense con rendimientos que rozan el 0% anual en un programa que incluye la emisión de 4 billones de dólares. Esta enorme cantidad de billetes sirve para inflar burbujas en los activos financieros. Sin la ayuda de grandes fundamentos, suben los bonos, las acciones, los metales preciosos y hasta los sobreofertados commodities agrícolas.

Si la Fed no lo hubiera hecho, las acciones habrían colapsado y las crisis económica-financieras se habrían profundizado.

Con el dinero rebalsando en los mercados, ya no tiene sentido analizar las acciones por ratios. En la medida en que las empresas aumenten sus beneficios, el Price-Earning seguirá subiendo incluso por arriba de sus máximos históricos, apoyado en la hiperliquidez mundial.

¿Cuándo se pinchará esta megaburbuja y se terminará el reinado del dólar?

Dalio cree que eso ocurrirá dentro de dos a cinco años.

Cuando el mundo tome nota de la abundancia de dólares y del riesgo que implica mantenerlos en sus cuentas, buscará proteger su riqueza a través de activos que históricamente representan refugios de valor, como el oro y la plata. Aumentará la inflación de los Estados Unidos y se producirá una venta masiva de bonos del Tesoro que elevará las tasas de interés. Las mayores tasas elevarán el costo de financiamiento de las empresas, deprimirán el valor descontado de sus beneficios futuros y, por ende, el precio de sus acciones. Con el mundo queriendo menos dólares, todo intento de la Fed de emitir dinero para sostener las acciones será inútil. Más dólares producirán, más inflación y menor demanda de bonos estadounidenses que elevarán las tasas de interés y conllevarán una caída más profunda de las acciones.

Dalio entiende que el fin del reinado del dólar es un hecho “natural”, que le sucede a todas las divisas que tuvieron el status de moneda de reserva. Ya le pasó a la libra a principios del siglo XX.

Y sostiene que el yuan podría asumir el trono dada la creciente participación de China en la economía mundial, los mayores niveles de educación y el dinamismo de su sector tecnológico.

En este punto me permito disentir con Dalio.

China es uno de los países más endeudados del mundo. Las empresas no financieras llevaron a que el país esté endeudado en un 310% de su PBI.

Si se corta el financiamiento para detener el endeudamiento, se corre el riesgo de que produzca una caída masiva empresas y que se desate una crisis financiera.

Y si sigue financiándose mediante emisión de moneda, el yuan correría la misma suerte que el dólar. Solo que duraría menos tiempo en el trono de las monedas de reserva.

Además, desde hace varias décadas, el Banco Central chino hace uso (y abuso) de los instrumentos monetarios para mantener artificialmente subvaluada su moneda frente al dólar. Esto le quita credibilidad al yuan, un rasgo fundamental que tiene que tener una moneda de reserva.

Algunos señalan al bitcoin como el sucesor del dólar, dada la expansión de la tecnología blockchain, sus bajos costos de transacción y su mayor aceptación en el mundo. Como puntos negativos, el bitcoin tiene poca participación en el comercio y no es estable, un requisito necesario para proteger valor.

Más allá de cuál activo termine siendo moneda de reserva, creo que los gobiernos y los bancos centrales del mundo tienen que reunirse en una especie de Bretton Woods II para diagramar nuevas reglas monetarias y fiscales que limiten y castiguen la creación de burbujas financieras y el sobreendeudamiento de países y empresas.

Por el momento, mientras el dólar cae en el mundo, debemos proteger nuestro capital con metales preciosos y acciones de empresas con alta participación en el mercado, una sólida posición financiera y que producen bienes y servicios de gran utilidad en la población.

Aprovechemos el último baile en la fiesta del dólar.

Hasta la próxima.

Bruno Perinelli

Para Inversor Global

 

 

Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.

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