El mercado oculta oportunidades explosivas, más allá de las acciones más conocidas y populares. Hoy te cuento cómo funcionan unas de mis favoritas: las penny stocks.
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Cuando hablamos de Bolsa, nos viene a la cabeza la compra/venta de acciones sobre grandes compañías que todos conocemos, pues usamos casi a diario gran parte de los productos o servicios que ofrecen.
Empresas como Apple, Amazon, Tesla, McDonald’s nos resultan familiares y el precio de sus acciones suele tener a largo plazo excelentes rentabilidades por la buena marcha de las compañías.
No obstante, existen otro tipo de empresas donde la obtención de rentabilidad alta por la suba de sus acciones puede ser espectacular. Y, sin embargo, no son empresas tan conocidas.
De hecho en la mayor parte de los casos hablamos de compañías totalmente desconocidas por el público en general (por ser empresas pequeñas en cuanto a capitalización bursátil).
(La capitalización bursátil es el valor que tiene esa compañía en Bolsa, que sale de multiplicar su Nº de acciones x precio de la Acción.)
Por esa razón, las empresas que tienen un valor en Bolsa pequeño o muy pequeño, las denominamos “penny stock”, frente a los famosos “Blue-Chips” que componen las grandes empresas que mueven la mayor parte del dinero en Bolsa cada día.
En las “penny stocks” es donde los inversores formados y especialistas en detectar oportunidades más dinero hacemos en Bolsa, pues las subas de estas empresas (cuyo precio de sus acciones puede ser de pocos centavos), pueden pasar a valer varios dólares en poco tiempo, obteniendo rentabilidades superiores al 100% y al 1.000%.
La clave para detectar estas enormes oportunidades no consiste en creer que encontraremos el unicornio bursátil o un nuevo Amazon desconocido…
La idea fundamental de aquellos que hacemos trading profesional aprovechando este tipo de compañías es buscar aquellas que, tras pasar por una mala etapa financiera/económica, tienen síntomas de mejora, pudiendo volver a niveles “aceptables” de ventas, ingresos y beneficios.
Este “simple cambio” en las compañías no es fácil. Tiende a suponer una auténtica revolución en las acciones de las compañías, multiplicando varias veces su valor en pocas semanas/meses.
Esto es porque el precio de la acción tiende previamente a reflejar la mala evolución de la compañía (normalmente el mínimo histórico), pero reacciona de forma muy violenta al alza ante cualquier cambio positivo en la empresa.
Sabiendo identificar estos cambios, especialmente cuando una compañía va a pasar de pérdidas a beneficios en sus resultados, podemos posicionarnos en ellas previamente y aprovechar la entrada de capitales que tiende a producirse posteriormente.
Ante la ausencia del volumen diario habitual, esto acaba provocando un “embudo” de compras que dispara el precio de sus acciones.
Este concepto es clave para entender el motivo por el cual un inversor puede preferir invertir en estas empresas en dificultades económicas, en vez de hacerlo en empresas grandes consolidadas. Todo se resume al famoso ratio beneficio/riesgo.
En empresas ya consolidadas, normalmente el precio de sus acciones suele tener un recorrido más estable y es muy difícil que puedan llegar a multiplicar varias veces su precio. Esto es porque estas compañías están en fase de madurez con cuotas de mercado ya estables y luchando más por “no perder el terreno ganado”.
Sin embargo, en las “penny stocks” es donde la rentabilidad asimétrica juega a nuestro favor. Debemos tener en cuenta que el riesgo de invertir en este tipo de compañías puede ser la pérdida total de la inversión (recordemos que suelen ser compañías en una mala situación financiera y algunas de ellas quiebran).
Sin embargo, el potencial de muchas de estas compañías supone llegar a multiplicar nuestra inversión x5, x10 o x20 la inversión. Lo que nos ofrece una simetría de rentabilidad.
Teniendo esto en cuenta, y usando unas sencillas reglas de gestión monetaria que aplico en este tipo de inversiones, no resulta difícil lograr obtener interesantes ganancias en este tipo de empresas cuando realizamos una inversión diversificada en varias de nuestras “penny stocks” analizadas.
Analizado desde el punto de vista estadístico, en el peor de los casos con una empresa de este estilo podríamos llegar a tener una pérdida total del 100% (la totalidad de la inversión), pero en caso favorable las rentabilidades obtenidas podrían superar el 1.000% (multiplicando la inversión más de diez veces).
De ahí la relación asimétrica en las “penny stocks”, que es el motivo por el cual muchos inversores profesionales optamos por ellas, teniendo también como alternativa grandes compañías.
Pero en el caso de empresas de gran capitalización, la rentabilidad potencial que nos ofrecen no es ni de lejos la que nos pueden ofrecer las pequeñas, que siempre nos ofrecerán la mejor relación entre riesgo asumido y potencial rentabilidad.
Buenas inversiones,
Alberto Chan
Para El Inversor Diario
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