Si proyectas una caída de las acciones, puedes sacar provecho de este escenario invirtiendo en opciones de venta. Si tu proyección es acertada, estos activos son capaces de darte rendimientos de incluso tres dígitos en poco tiempo.
Estimado lector:
“Sé codicioso cuando los demás sienten miedo y temeroso cuando los demás sienten codicia”.
Esta es una de las frases más recordadas de Warren Buffett. Nos enseña que, cuando una opinión sobre una acción está unánimemente extendida, es muy probable que los siguientes movimientos de la acción sean en sentido contrario a esa opinión.
Te la explico con un ejemplo extremo.
Si todos piensan que una acción va a subir mucho, todos la compran y esperan que eso suceda. Con estas compras, se produce una pequeña suba inicial que fortalece la proyección. Luego, para que se concrete el resto de la suba, se necesita que haya personas dispuestas a comprar la acción a precios más altos y que haya personas que quieran venderla. Si todos están comprados, no se producen transacciones.
Pasa el tiempo y la acción no sube. Algunos inversores desconfían de la proyección y venden la acción para capturar la pequeña suba inicial. Estas operaciones empujan hacia abajo el precio de la acción y contagian a otros inversores quienes, por miedo a perder la pequeña suba que habían conseguido al principio, buscan vender la acción, lo que genera una presión bajista todavía mayor. El precio de la acción sigue bajando. Cada vez más inversores se convencen de que la suba proyectada no se va a concretar y venden la acción a pérdida.
Al final, la acción cotiza por debajo de su precio inicial.
En estos contextos de euforia generalizada se producen los techos de mercado. Lo vimos en los primeros nueve meses de 1929, antes de que se desatara la crisis del 30 en Wall Street. También en el primer trimestre del 2000, previo a que explotara la burbuja de las puntocom. Lo mismo en 2007, antes de que estallara la crisis de las hipotecas subprime.
Por estos días, los índices de Wall Street no paran de romper récords. El mercado vive en un estado de euforia y codicia constante gracias a que la Reserva Federal imprime todos los meses USD 120.000 millones para sostener el crecimiento económico post crisis de la pandemia. Parte de este dinero va a parar a Wall Street, donde los inversores lo usan para comprar más acciones, lo que eleva sus precios.
Pero este dinero está alimentando la inflación en Estados Unidos por encima de los niveles tolerables. Para que la inflación no se vuelva un problema mayor, la Fed pronto va a empezar a reducir gradualmente estos estímulos monetarios. Dentro de menos de un año, el organismo dejaría de mandar “dinero fresco” al mercado, lo que podría interrumpir la suba de las acciones en Wall Street. En este escenario varios inversores venderían las acciones para tomar ganancias, lo que podría generar una caída de sus precios.
En vez de vender las acciones, podemos cubrirnos o especular con una caída del mercado comprando opciones de venta o puts.
Cómo un put convierte pérdidas en ganancias
Por si no lo sabes, un put es un contrato que otorga al que lo posee el derecho (pero no la obligación) de vender una acción a un precio determinado (el precio de ejercicio) hasta una fecha de vencimiento.
Por este derecho, el tenedor del put le paga un precio (una prima) al vendedor quien asume la obligación de cumplir con este derecho si el tenedor lo quiere ejercer.
Al igual que las acciones, los puts cotizan en los mercados bursátiles. Estas opciones suelen subir mucho cuando sus acciones vinculadas caen y pasan a cotizar por debajo del precio de ejercicio. Los puts se vuelven más útiles al otorgar el derecho de vender las acciones a un precio más alto que el de mercado.
Por el contrario, los puts suelen bajar cuando las acciones ligadas suben y se ubican por arriba del precio de ejercicio.
Veamos cómo se mueven las opciones put con un ejemplo.
El 25 de octubre, un día antes de que la empresa presentara su balance del tercer trimestre, las acciones de Lockheed Martin (LMT) cerraron la rueda cotizando a USD 376.
El put de Lockheed Martin (LMT), que tiene un precio de ejercicio de USD 350 y vence el 19 de noviembre, cotizó al final de esa jornada a USD 1,75.
Al día siguiente, la compañía presentó un balance decepcionante, lo que inmediatamente tumbó la acción por debajo de los USD 335. En simultáneo, el put escaló hasta los USD 18,87.
Durante los dos días posteriores la acción no rebotó y la opción siguió trepando hasta los USD 26,30, multiplicando su precio unas 15 veces tras el tropezón de la acción.
Fuente: Yahoo Finance
Ese 28 de octubre, los que tenían este put, que les daba el derecho de vender acciones de Lockheed Martin (LMT) a USD 350, confiaban en que la acción iba a seguir cayendo por debajo de los USD 323,70 en algún momento hasta el vencimiento de la opción.
Multiplicar 15 veces el capital de un día para el otro es otro de los extraordinarios beneficios de las opciones.
Pero semejante beneficio no puede obtenerse sin asumir una alta dosis de riesgo.
Si el balance de Lockheed Martin hubiera sido excepcional, la acción habría trepado sobre los USD 400.
En este caso, el put se habría derrumbado desde los USD 1,75 hasta valer apenas unos centavos. Habría sido muy poco probable que, en algún momento hasta el 19 de noviembre, LMT cayera por debajo de los USD 348,25 que los inversores necesitaban para que la compra del put a USD 1,75 terminara siendo beneficiosa.
Si al vencimiento, LMT tiene un precio mayor a USD 350, el put vale cero. Y los que compraron la opción pierden el 100% de su inversión. Si al momento de la expiración, LMT cotiza entre los USD 348,75 y los USD 350, el put tiene un precio de entre USD 0 y USD 1,75 y ofrece un resultado negativo para sus inversores. Pero, a diferencia del caso anterior, permite rescatar una porción del capital invertido.
La semana pasada te mostré los beneficios y los riesgos de invertir en opciones call antes de la presentación de un balance. Hoy fue el turno de los puts. Ambos casos ofrecen un abanico de amplias posibilidades de rendimientos: desde retornos extraordinarios hasta pérdidas significativas. Este segundo caso nos vuelve a demostrar que la operatoria con opciones nos exige una alta tolerancia al riesgo.
Hasta aquí llegamos por hoy.
Nos vemos la próxima.
Germán Fuentes
Para El Inversor Diario
Economista con más de 25 años de experiencia en los mercados y autor del libro “El Inversor Exitoso”. Actualmente es editor de Proyecto 100%, donde ofrece recomendaciones de corto plazo en el mercado de las opciones financieras.
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