Mientras los proyectos cripto buscan solucionar el problema de congestión y costos de red, Solana es capaz de multiplicar 9.286 veces la capacidad de Ethereum. Eso la ha hecho multiplicar cinco veces su valor en los últimos seis meses, y puede ser solo el comienzo.
Por extraño que suene, tener éxito puede ser un gran problema.
Cualquier administrador sabe de esto. Hay que tener un plan para el éxito. Esto permitirá administrarlo sin que se convierta en un inconveniente.
Una empresa que de repente tiene un éxito rotundo deberá tener la capacidad de administrar una demanda creciente, de tomar los pedidos, de tener capacidad para aumentar la producción y gestionar un nuevo sistema de logística. Necesita también el personal capacitado para gestionar este crecimiento, la capacidad de modificar presupuestos y la espalda financiera para poder afrontar los nuevos costos que todo este nuevo “éxito” representa.
Las empresas a las que el éxito las encuentra “mal paradas” deberán enfrentar préstamos bancarios, la imposibilidad de encontrar personal capacitado en un tiempo apremiante y debilidad frente a todos sus proveedores.
Con las criptomonedas está sucediendo algo de este estilo.
En medio de un nuevo auge de las criptomonedas, como se vio en 2016 y 2017, las blockchains de Bitcoin y de Ethereum tienen un problema vinculado directamente con su éxito: están al límite de su capacidad.
Esto es lo que se llama el “Problema de Escalabilidad” en el universo cripto.
Las redes blockchain registran y validan la información acerca de las transacciones realizadas con sus criptomonedas. A la vez, son las que emiten esas criptomonedas cada vez que se registra un bloque de información.
Esto significa que mientras más transacciones se realizan, mientras más crece su mercado, mayor capacidad demanda la red . Y eso es lo que hace que, año tras año, aumenten los tiempos de espera y comisiones por operar con ellas.
Algo poco práctico para transferir valor es que cada vez sea más lento y costoso hacerlo.
Para superar este desafío es que surgieron las “Blockchain 3.0”. Estas son redes que utilizan un protocolo diferente de registro y validación que les permite ser más veloces, económicas y con la posibilidad de ir aumentando su capacidad.
Entre ellas, Solana.
Si la herramienta no sirve, crea una nueva
En 2017, el desarrollador Anatoly Yakovenko presentaba un algoritmo de consenso innovador para registrar y validar transacciones. Su nombre es Prueba de Historia o ‘Proof of History’ (representado bajo las siglas PoH).
Bueno, lo primero que tenemos que entender es que su funcionamiento difiere muchísimo de otros algoritmos de consenso conocidos, como el Prueba de Trabajo (PoW, que es el que utilizan blockchains como Bitcoin y Ethereum) o el Prueba de Participación (PoS, que utilizan blockchains de última generación como Cardano, EOS, NEO o Tron).
Este protocolo trabaja con el tiempo, y crea un registro con marcas de tiempo exactas de todos los eventos que suceden dentro de la blockchain.
Por ejemplo, si un token se mueve de una billetera virtual a otra, o si se ejecuta un smart contract determinado, el protocolo anota cada evento con una marca de tiempo exacta en una variable llamada TimeStamp.
Este hecho nos permite recrear los eventos con exactitud.
Entonces, si nos interesa saber sobre los eventos pasados de un token, de una dirección publica o de un smart contract, solo nos bastará con mirar los registros temporales de esos elementos y entenderemos qué fue pasando con él desde su origen hasta el momento actual.
Un sistema que anote las marcas de tiempo de cada evento que sucede no requiere un elevado poder computacional (como en el caso de Bitcoin y Ethereum) y por eso la blockchain de Solana nos va a permitir ejecutar miles de transacciones por segundo.
Actualmente, Bitcoin es capaz de registrar siete, mientras que Ethereum asciende a… 30.
Un problema, dos soluciones
En un principio el bajo requisito de poder computacional para registrar y validar transacciones era una ventaja. Pero a la vez permitía que un agente malicioso con la capacidad suficiente manipulara los tiempos de los eventos y afectara así el funcionamiento de toda la red.
Esto es un golpe al centro mismo de la legitimidad que debe transmitir blockchain.
Para resolver esta problemática, los dos desarrolladores adoptaron una serie de tecnologías innovadoras para la comprobación y verificación de los tiempos de los eventos o TimeStamp:
1) Implementaron una función criptográfica de alta seguridad.
2) Sumaron un protocolo optimizado de tolerancia a fallas de coordinación entre los nodos de la red.
Sin sonar demasiado técnico, lo importante es que la combinación de ambas tecnologías, el “Prueba de Historia” junto al protocolo optimizado, permitió el desarrollo de una blockchain con una sincronización exacta, rápida y segura.
El 19 de julio de 2018, se realizó la primera prueba de la blockchain.
Con una pequeña red, se logró procesar un máximo de 65.000 transacciones por segundo.
Esto es 9.286 veces la capacidad de bitcoin y muy similar a la capacidad que tiene actualmente el procesador de pagos más grande del mundo: VISA.
Pero, la misión de Solana es más ambiciosa.
En una segunda prueba, constituirían una red mayor que llegaría a procesar más de 100.000 transacciones por segundo, registrando máximos de hasta 500.000 transacciones por segundo.
Una moneda, pero además, tecnología
Como vimos, Solana en su prueba piloto fue capaz de registrar la misma cantidad (y más) de transacciones que la procesadora de pagos más extendida del mundo.
Sin embargo, varias criptos hoy emplean un sistema similar al de Ethereum, con todas las limitantes que eso implica.
Pero Solana, al igual que Ethereum, es capaz de trabajar e interactuar con los famosos contratos inteligentes. Es decir, es capaz de generar un espectro propio de Finanzas Descentralizadas y crear sistemas de stablecoins de valor de USD 1.
Pero lo hace de una manera totalmente diferente.
Gracias a una función denominada SeaLevel, la blockchain de Solana tiene la capacidad de ejecutar múltiples transacciones dentro de los contratos inteligentes, al mismo tiempo , al contrario de Ethereum que solo permite ejecutar una operación por vez.
Veámoslo con un ejemplo:
Imagina que tienes un cuaderno con 80 hojas A4 y cada hoja tiene 10 problemas matemáticos.
Si utilizáramos la red Ethereum, lo que pasaría es que tomaría cada hoja, y se resolvería cada problema, uno por uno, hasta terminar con todos ellos.
Solana, sin embargo, tomaría las 80 hojas y resolvería 10 problemas de cada una de ellas al mismo tiempo, aprovechando al máximo su poder de cómputo.
Es por eso que las aplicaciones descentralizadas dentro de Solana pueden ejecutar transacciones con una velocidad imposible de alcanzar por otras redes como Ethereum, EOS o incluso una de mis favoritas, Cardano.
El visto bueno del mercado
Para continuar garantizando la financiación para el desarrollo y crecimiento de todo este impresionante proyecto, en marzo de 2020, la empresa Solana Labs emitió 489 millones del token nativo de la blockchain, SOL, que tenía un valor cercano a los USD 15.
Actualmente vale USD 142, más de nueve veces aquella cifra – y eso, tras la caída que sufrió el sistema en la madrugada del 15 de septiembre. Ese día, la red se “sobrecargó” (para no entrar en detalles técnicos), llevando a una baja del sistema que duró 17 horas.
Si bien no se perdieron fondos y la red volvió a funcionar con normalidad, el evento sonó las alarmas de los inversores, que frenaron el rally de agosto y septiembre de SOL. Pero no duraría.
Para noviembre, el token nativo de Solana ya se disparaba a los USD 258, alza que coincidió con el ascenso a nuevos máximos para Bitcoin y el resto del mercado cripto.
Y si bien siguen latentes los temores de sobrecargas y fallas de la red, con algunas fallas brevísimas desde septiembre, Solana se proyecta como un sucesor para redes como Ethereum y Bitcoin.
Por eso, el pasado agosto te dije que esta podría ser la cripto que dejará atrás a VISA.
Y hoy, no solo lo digo yo:
Fuente: RT
Solana es un proyecto altamente innovador con soluciones propias a muchos de los problemas y desafíos que presenta el universo cripto.
Actualmente, se ha convertido en un gran contrincante para blockchains programables como Ethereum o Cardano, dado que sus capacidades avanzadas para operar Smart Contracts la convierten en un ambiente de preferencia para el desarrollo e implementación del mundo DeFi.
Y si una de las principales instituciones bancarias del planeta lo admite, por algo será.
Es cierto que muchas criptos, pasados los años, van quedando en el camino.
Los problemas que se busca solucionar en el espacio cripto hoy (y que concentran la atención de los cazadores de valor) no son los mismos que hace dos, cuatro o seis años.
Pero estamos mirando al conjunto de criptomonedas que hoy tiene mayores chances de permitir la expansión, creo yo, inevitable del espacio financiero de las criptomonedas para los próximos años.
Creo que es importante que las conozcas.
Te dejo un saludo,
Germán Malnero
Para El Inversor Diario
Licenciado en Administración de Empresas y Sistemas, especializado en Mercados Financieros y de Capitales. Hace tres años se dedica a la asesoría en finanzas corporativas y gestión de portafolios de inversión, concentrándose en carteras diversificadas en criptomonedas. Actualmente, comparte su expertise en criptoactivos a través de los servicios enfocados en este mercado que ofrece Inversor Global.
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