Inversor Diario

Renta fija o renta variable: qué son y cuál te conviene

Los bonos y las acciones forman parte de dos categorías de inversión distintas: renta fija y renta variable. Hoy te contaré de estos dos instrumentos, así como sus riesgos y ventajas respecto a otros métodos de inversión.

Querido inversor,

Hoy te presentaré dos instrumentos financieros muy útiles para generar dinero de manera pasiva con tus ahorros.

Se trata de las rentas fijas y variables, las cuales están disponibles para cualquier inversor novato o veterano.

Pero antes de invertir, es mejor que conozcas cómo funciona cada uno de estos instrumentos.

Renta fija

La renta fija es cualquier instrumento que nos permite conocer la rentabilidad que nos va a proporcionar antes de comprarlo.

La clave es que, antes de invertir nuestro dinero, ya puedes inferir el riesgo que asumes y cuánto dinero vas a recibir cuando la inversión se desarrolle y madure.

En este grupo se incluyen los bonos de un Estado, provincia o empresa. O incluso el conocido plazo fijo, para los que como yo viven en Argentina.

Otro ejemplo son los títulos públicos, también llamados “bonos”. Éstos representan la deuda emitida por un Estado.

Se trata de una promesa de pago que compromete con una deuda al que la emite. Este ente debe devolver el capital que los inversores le prestaron con los intereses correspondientes en un plazo determinado y según un cronograma acordado.

También es posible que el que emite el bono fije las condiciones según sus propias necesidades, el mercado o sus posibilidades de pago.

En líneas generales, los emisores con mayor seguridad de pago tendrán rendimientos más discretos, mientras que los emisores con mayor riesgo brindarán una rentabilidad más alta.

Los bonos más conocidos entre los inversores son los bonos del tesoro de Estados Unidos, también llamados, T-bonds o Treasury bonds.

Su popularidad radica en que son los bonos considerados “libres de riesgo”, al tener uno de los riesgos de impago más bajos del mundo.

Cabe mencionar que suelen pagar intereses semestrales y la rentabilidad que generan sirve como referencia para muchas otras valoraciones.

Ventajas y riesgos de invertir en renta fija

La mayor ventaja es la seguridad del cobro tanto de los pagos de intereses como del capital, que generalmente se cobra al vencimiento.

Este tipo de instrumentos tiene un cronograma de pagos prefijado por lo cual los inversores perciben la renta estipulada y la devolución del capital en la forma y plazo acordados.

Un inversor puede mantener su bono hasta el día de vencimiento para aprovechar los rendimientos, o vender su posición en cualquier momento previa a esa fecha.

Este inversor podría hacer esto porque necesita el dinero o porque encuentra otra posibilidad más rentable en el mercado y desea cambiar su posición.

Por otro lado, hay que mencionar que, si bien el bono paga una renta fija sobre el valor representado, su precio de mercado puede variar.

Por ejemplo, los bonos de los países que tienen más posibilidad de incumplimiento cotizan a un precio más bajo que los bonos de los países cumplidores.

Pero a fin de cuentas, unos de los mayores riesgos de los instrumentos de renta fija es que el emisor de ese instrumento se vea imposibilitado de pagar en tiempo o forma, por causas propias o externas.

Aquí es donde radica la importancia de analizar con prudencia el historial crediticio y de cumplimiento del emisor, sea un Estado, una provincia o una empresa.

En caso de que no “cumpla su promesa” se genera lo que se conoce como un evento de pago, evento de deuda o más popularmente llamada default: el deudor no cumplió.

Así que bien, aunque proveen más seguridad, la realidad es que los instrumentos de renta fija casi nunca pueden ofrecer los rendimientos de la renta variable.

Veamos qué son estos últimos, más en detalle…

Renta variable

Podemos considerar renta variable todos los instrumentos de inversión que no brindan un rendimiento cierto antes de comprarlo, lo contrario a la renta fija.

Esto significa que nos puede ir mal, regular, bien o excelente, de acuerdo al activo que elijamos.

En esta categoría entran las acciones, que son uno de los instrumentos más difundidos de los mercados financieros. Las acciones representan una porción del capital social de una empresa, convirtiendo a quien las compra en accionistas o socios.

A diferencia de los bonos o activos de renta fija, los instrumentos de renta variable no tienen ningún tipo de seguridad de retorno.

Salvo excepciones, tampoco están asegurados los dividendos (ingresos que las empresas distribuyen entre sus accionistas), ya que éstos dependen de cómo vayan los negocios de la empresa.

Si una empresa presenta ganancias durante el año, podrá distribuir dividendos entre sus socios o no. Y si pierde dinero o decide reinvertir lo ganado, es posible que no quede dinero para distribuir.

Así que claramente es un instrumento de mayor riesgo.

Por otro lado, la renta variable es una de las mejores clases de activos para superar la inflación, y esto sucede solo en el largo plazo.

Y es que hay una correlación entre la renta variable y el crecimiento de un país. Si la economía de un país crece, las empresas tendrán mejores negocios, ganarán más dinero y esto se reflejará en el precio de sus acciones.

Si bien es posible que haya volatilidades que afecten a la inversión a corto plazo, los números demuestran lo mencionado en el párrafo anterior.

Ventajas y riesgos de invertir en renta variable

Tal vez la mayor ventaja de este grupo de instrumentos es la gran variedad de inversiones disponibles que nos permiten poner nuestro dinero en cualquier industria, sector o empresa.

Como podrás imaginar, tantas posibilidades ofrecen un gran potencial de ganancias, pero también de pérdidas.

Si eres un inversor novato, con deseos de invertir en renta variable, es una buena idea que comiences con los activos menos arriesgados y menos volátiles.

Además, plantea plazos de inversión de más de un año y presta poca atención a la volatilidad intermedia que exista.

También considera echar un ojo a activos que no estén radicados en una industria o país, para evitar riesgos geográficos.

Por otro lado, hay que decir que los activos de renta variable son mucho más proclives a generarnos emociones que pueden hacernos tomar malas decisiones.

Y aunque los activos de renta fija pueden darnos más tranquilidad, lo más destacable de las finanzas es que nuestra cartera puede estar compuesta por ambos.

Los conceptos que conociste hoy se pueden aplicar a todos los mercados del mundo, dentro de las finanzas tradicionales o cripto.

Así que espero que te hayan sido útiles y ahora tengas la posibilidad de diversificar tu cartera ahora que conoces más de los instrumentos financieros a tu disposición.

Buenas inversiones,

Gastón Lentini

ParaEl Inversor Diario

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