Inversor Diario

El peor destino para tus ahorros

Un depósito a plazo en un banco rinde muy poco y tiene detrás un riesgo que, aunque es bajo, debes tener en cuenta. En cambio, hay otras alternativas de inversión que ofrecen una mejor relación retorno-riesgo. De ellas hablamos en esta columna.

Dejar tu dinero en un depósito de plazo de un banco no es una inteligente decisión de inversión.

Primero, porque el banco solo te paga desde el 0,5% hasta el 2% de tu capital en intereses por año. Muy poco.

Tardarías alrededor de 57 años para duplicar tu capital usando solamente este instrumento financiero.

Demasiado tiempo.

El banco presta o invierte ese mismo dinero que dejas y obtiene entre tres y cinco veces lo que te paga.

Y segundo, porque no sabes si, ante cada vencimiento del depósito, el banco podrá devolverte todo el dinero con los intereses acumulados. Si bien el riesgo de impago es muy bajo, el banco puede llegar a tener problemas de liquidez que obstaculicen el retiro del dinero.

En cambio, una cartera diversificada en acciones y bonos estadounidenses rinde históricamente 6% por año. Esto es, entre tres y doce veces lo que te retribuye un depósito a plazo.

Puede que estés pensando que no sea un buen momento para invertir en estos instrumentos financieros.

El índice S&P 500, que reúne a las acciones de las 500 compañías de gran capitalización, ya bajó cerca de un 20% desde sus máximos y puede seguir cayendo.

Porque, con sus subas de tasas, la Reserva Federal quiere hundir a la economía estadounidense en una recesión para contener la inflación en ese país.

Si eso sucede, las empresas ganan menos dinero, lo que afecta los precios de sus acciones. Si las acciones caen, los estadounidenses se sienten menos ricos y consumen e invierten menos, lo que hace que la inflación baje.

Lo bueno es que todo el mundo ya sabe que esto podría pasar. Gran parte de este escenario negativo ya fue incorporado a los precios de las acciones.

Los pisos de mercado se producen cuando los inversores están desesperanzados, después de haber esperado unos largos y duros meses y haber perdido mucho dinero durante la fase bajista.

Los precios hacen mínimos cuando las noticias son todas negativas y las perspectivas son peores. En esos momentos los grandes inversores entienden que “no se puede estar peor”, compran en grandes cantidades y fijan los precios de piso. Puede ser que todavía las acciones estén lejos de hacer mínimos.

Pero comprar acciones de empresas consolidadas en sus respectivos mercados, con solidez financiera, buen management y gruesos márgenes, puede ser una inversión muy rendidora de acá hacia unos tres años.

Por otro lado, los bonos del Tesoro estadounidense estuvieron bajando mucho durante este año. A principios de año, un Treasury a 10 años rendía 1,5% anual, muy por debajo de la inflación esperada del 2,7% por año para el mismo plazo.

La caída de sus precios hizo que sus rendimientos volvieran a ubicarse sobre la inflación esperada. Los bonos a 20 y 30 años ya rinden un punto por año más que la inflación que se espera para esos períodos.

Con lo cual, armar por estos días una cartera diversificada en acciones y bonos probablemente devuelva un rendimiento mayor al 6% anual histórico en los próximos tres años.

Ahora, puede ser que necesites el dinero antes y no puedas esperar tres años para ver realizada tu inversión. En ese caso, tendrías que implementar estrategias de corto plazo.

El lanzamiento cubierto es una de ellas. Esta operatoria se realiza a través de dos pasos:

  1. compras 100 acciones de una compañía.
  2. Vendes a otra persona un contrato que tiene un tiempo de vida y da el derecho de comprar esas 100 acciones a un precio determinado hasta una fecha establecida. A este contrato se lo llama call u opción de compra. Por esta venta recibes una renta que lleva el nombre de prima.

Si la acción sube por encima del precio al que el call permite comprar las 100 acciones, la persona que tenga la opción ejerce su derecho: debes venderle las 100 acciones al precio determinado en el contrato. Si, en cambio, al final del contrato la acción cotiza por debajo del precio determinado, el tenedor del call no ejerce su derecho y la opción vence. Por ende, retienes tus acciones y puedes volver a vender un call para obtener una nueva renta.

Los lanzamientos cubiertos dejan alrededor de 4% por bimestre, que sería 24% por año. Nada mal. El riesgo que explica este alto rendimiento está en que la acción pueda caer mucho más que el rendimiento que las rentas dan periódicamente. Lo bueno, como vimos, es que una parte importante de las caídas de las acciones ya habría ocurrido.

También, en vez de esperar a que las acciones dejen de bajar y vuelvan a subir, puedes realizar operaciones de trading con ellas. Explotando las tendencias de las acciones puedes ganar tanto con la suba como con la baja de sus precios fijando un stop loss para limitar las pérdidas. En estas operaciones aspiras a ganar desde 1,5 a 3-4 veces el capital que pones en riesgo.

Así, cerramos la columna de hoy.

Nos vemos la próxima.

Bruno Perinelli

Para El Inversor Diario

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