Los grandes bancos estadounidense están llevando a la Reserva Federal a ejecutar programas de préstamos de corto plazo muy riesgosos, como sucedió justo antes de la crisis financiera de 2008. A continuación te explico lo que esto significa para los mercados en el corto plazo.
Por Nomi Prins, desde Nueva York
Hace once años, en el contexto de una profunda crisis financiera, los grandes bancos y casas de inversión (a excepción de aquellas que se declararon en bancarrota o fueron adquiridas), junto con sus aliadas multinacionales, pusieron en jaque al sistema financiero. Estas instituciones se llevaron consigo a Estados Unidos y a la economía global por el precipicio en el que cayeron.
Ha sido un arduo camino de regreso a la cima, repleto de apoyo de la Reserva Federal estadounidense e inyecciones de “dinero oscuro” (capital financiero de origen político).
En el proceso, la Fed y otros bancos centrales introdujeron billones de dólares recién impresos en los mercados y el sistema financiero, generando numerosas burbujas de activos. El costo promedio del dinero en las principales economías todavía ronda el 0%.
Sin embargo, aparentemente todo ese dinero no fue suficiente. Es por eso que el pasado 17 de septiembre, la Reserva Federal de Nueva York inició un enorme programa de préstamos “repo” (acuerdos de recompra), a fin de contener el nivel de las tasas de préstamos repo (las cuales se habían casi quintuplicado, pasando del 2% al 10%).
A su vez, este salto en las tasas repo fue producto de la falta de liquidez a corto plazo en el sistema, que normalmente llegaba de mano de los grandes bancos. Eso hizo que el costo del dinero aumentara drásticamente. La Fed temía que se estuviera gestando otra gran crisis financiera, aun si no lo admitió en ningún momento.
Sin embargo, al igual que en 2008, los bancos de Wall Street no tenían suficiente dinero para prestar así como así. Simplemente no querían prestarlo, o tal vez no confiaban en que sus prestatarios corporativos (u otras instituciones financieras) lo pagarían, a pesar de que estas contrapartes tuvieran que ofrecer garantías de alta calidad para este tipo de préstamos repo.
Y entonces, el pasado 17 de septiembre –irónicamente, en el décimo primer aniversario (más dos días) del colapso de Lehman Brothers, mi ex empleador– fue el comienzo de una nueva operación de rescates y subsidios bancarios.
Desde entonces, cada semana la Fed de Nueva York ha puesto a disposición de las élites cientos de miles de millones de dólares en préstamos repo. Y no hay razón para pensar que se detendrá pronto.
Los que más se benefician de esto son los bancos capaces de retener su capital mientras ofrecen sus colaterales para las letras del Tesoro (es decir, el dinero de la Fed), y que aun así, pueden salir con ganancias de todo el proceso.
Cada vez más señales de alerta
Incluso el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el “banco central de los bancos centrales”, ha demostrado preocupación por la situación. En su reporte más reciente, el BPI señala que “la congelación del mercado de repos fue uno de los aspectos más perjudiciales” de la crisis financiera.
En concreto, un repo es un préstamo garantizado de corto plazo (generalmente de un día para otro) en el que el prestatario vende una garantía (normalmente bonos del gobierno) al prestamista, con el compromiso de volver a comprarla más tarde al mismo precio más intereses.
El BPI básicamente desmintió la justificación ofrecida por la Fed para su intervención más reciente en el mercado, es decir, que la crisis de repos comenzó debido a “las corporaciones que drenan liquidez del sistema para saldar sus impuestos trimestrales”.
Sorpresa: en realidad los impuestos corporativos se redujeron bajo la ley impositiva del gobierno de Trump. En otras palabras, es ilógico pensar que las corporaciones sí pudieron pagar la carga impositiva cuando era más alta en el pasado, pero que no pudieron hacerlo ahora que es más baja.
Eso significa que hay tres posibilidades: las corporaciones no están en tan buen estado como quieren aparentar, los bancos no son tan saludables como quisieran o los bancos solo quieren que la Fed intervenga y los apoye nuevamente.
Y sin embargo, las cosas apenas comienzan a complicarse.
Como explica el informe del BPI, “el mercado estadounidense de repos actualmente depende en gran medida de cuatro bancos como prestamistas”. Esos cuatro grandes bancos (Citigroup, JPMorgan Chase, Bank of America y Wells Fargo) habían manejado bien los mercados de repos… hasta el 17 de septiembre.
Ahora, la Fed se ha convertido en el prestamista de último recurso de este mercado. Y ese ni siquiera es el secreto más grave a simple vista en la economía.
También está el hecho de que los bancos quieren aún más dinero provisto por la Fed (una condición conocida como “suscritos en exceso” para los repos en cuestión).
Sería como esperar en el aeropuerto a que te llamen para abordar, solo para que las azafatas te informen que tendrás que volar después porque la aerolínea vendió boletos a más personas de las que entran en el avión. Solo que en este caso, los bancos tienen todos los asientos; simplemente no quieren renunciar a ellos. Entonces, en este ejemplo realmente obligan a la aerolínea a proporcionar otro avión que vaya por la misma ruta.
Como los analistas de JPMorgan escribieron el 21 de octubre de 2019: “ahora que nos aproximamos a fin de año, en nuestra opinión es probable que todo empeore sustancialmente antes de mejorar”.
En el primer semestre de 2019, JPMorgan Chase retiró USD 158.000 millones de sus reservas líquidas en la Fed de Nueva York. Ahora, el banco afirma no tener suficiente liquidez para hacer el tipo de préstamos repos que había estado realizando rutinariamente.
La Fed al rescate: un 2020 repleto de “dinero oscuro”
El informe del BPI advirtió que los problemas de septiembre de 2019 podrían resurgir. Y a juzgar por los movimientos preventivos de la Fed, ya lo hicieron. De hecho, tras la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la semana pasada, el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que el banco central estaba preparado para tomar medidas adicionales según sea necesario para aliviar los problemas en el mercado de repos.
Y en efecto, la Fed de Nueva York acaba de anunciar nuevas estrategias para garantizar operaciones seguras en el mercado de repos, diseñadas para inyectar al menos otros USD 425.000 millones en el sistema.
Los nuevos programas abarcaron operaciones con plazos más largos hasta fin de año, de al menos unos USD 50.000 millones. Como resultado, el 31 de diciembre y el 2 de enero se produjo un incremento instantáneo en las operaciones con repos.
A estas inyecciones de capital las llamamos “alzas de dinero oscuro”. Los efectos colaterales de estos eventos deben ser analizados y tomados en cuenta en toda estrategia de inversión, de cara a 2020.
Si parece relajación y se comporta como relajación…
En diciembre de 2018, la Reserva Federal incrementó las tasas por cuarta vez ese año. Los mercados se desplomaron. Para enero de 2019, el banco central estadounidense había dado un giro de 180º, al igual que los bancos centrales de todo el mundo.
La Fed recortó las tasas tres veces en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, desacelerando el crecimiento económico global y atrofiando la inversión empresarial.
La flexibilización tomó impulso en 2019 a medida que los bancos centrales, frente a la contracción en el crecimiento global, recurrieron a la política monetaria para estimular la actividad económica e impulsar la inflación.
Puede que la Reserva Federal no califique de “relajación” a sus inyecciones de “dinero oscuro”. Pero lo cierto es que, por primera vez desde 2017, el balance de la entidad ha crecido en términos anualizados hasta los USD 334.000 millones en septiembre, llevando a su libro de activos por encima de los USD 4 billones. Y seguirá creciendo de aquí en más.
Hay más problemas
Para empeorar las cosas, la Fed y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos acaban de encontrar lo que llamaron “deficiencias” en los planes de resolución de bancarrota, en seis de los ocho bancos principales.
Los únicos dos que no mostraron deficiencias fueron Goldman Sachs y JPMorgan Chase.
(Nota: JPMorgan Chase ha sido acusado y encontrado culpable de varios crímenes desde los días de la crisis financiera, al igual que Goldman y todos los demás grandes bancos. Y sin embargo, han prosperado gracias al sustancial apoyo de la Fed.)
No obstante, a pesar de que las crecientes operaciones de repos de la Fed se asemejan mucho (tal vez demasiado) a la última crisis financiera, los bancos más grandes ciertamente están mejor posicionados para aprovechar la generosidad del banco central en el corto plazo.
Siguen llevando a cabo programas de recompras colosales aprobados por la Fed, en los que pueden invertir el dinero que no introducen en el mercado de repos.
Los bancos han llevado a la Reserva Federal a ejecutar sus programas de préstamos de corto plazo más riesgosos. Estas instituciones cuentan con más activos y depósitos asegurados por la FDIC de los que jamás tuvieron previo a la crisis. Esto les da más fuerza en caso de que emerja una crisis real.
Al final del día, creo que el banco que mejor soportó el caos en 2008 será quien salga mejor parado de lo que se aproxima en el futuro cercano.
El tamaño sí importa.
Estate atento y protege tus inversiones con posiciones en activos refugio.
Saludos,
Nomi Prins
Para Inversor Global
Nomi Prins es una autora, periodista y conferencista estadounidense. Trabajó como directora administrativa en Goldman-Sachs y Directora de Administración Senior en Bear Stearns, además de ser estratega senior en Lehman Brothers y analista en Chase Manhattan Bank. Actualmente, es editora de Nomi Prins’ Dark Money Millionaire para Agora Financial en Estados Unidos y colaboradora de Jim Rickards en Inteligencia Estratégica para Inversor Global en el mundo de habla hispana.
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina. El Inversor Diario te permitirá acceder a información exclusiva sobre los mercados internacionales y podés suscribirte haciendo click acá.
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