El mundo vuelve a transitar por un sendero favorable para los productos básicos como sucedió en 2008. El triple combo de endeudamiento + bajas tasas de interés + dólar barato, podría impulsar los precios de los commodities a una dimensión nunca antes vista.
“La memoria, mi querida Cecilia, es el diario que todos llevamos con nosotros”, citaba Oscar Wilde, el célebre poeta irlandés. La memoria nos sirve para retener información, recordar determinados sucesos y volver a vivir ciertas sensaciones que ocurrieron en el pasado.
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los animales, que suelen tener muy mala memoria a corto plazo, la memoria del hombre tiene la capacidad de contemplar el pasado para planificar el futuro.
A partir de esta premisa, la memoria es el diario que el inversor siempre debe llevar consigo para tener éxito en el largo plazo. Entonces, hagamos memoria juntos para entender lo que ha sucedido en los mercados en 2008 y cómo puede ayudarnos a interpretar lo que pasará en el futuro.
La hiperliquidez ya dejó un precedente
La crisis financiera mundial de 2008, llevó a los bancos centrales a reducir las tasas de interés y lanzar programas de flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing o QE, por sus siglas en inglés).
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) redujo la tasa de interés de referencia de corto plazo a 0% y utilizó la expansión monetaria para incrementar la oferta de dinero. En Europa, las tasas a corto plazo cayeron a territorio negativo, incluyendo la compra de bonos corporativos y títulos de deuda del gobierno como parte del programa de expansión monetaria.
La inyección masiva de liquidez reprimió el ahorro, alentó el endeudamiento y provocó una crisis de confianza en el sector financiero. Ante la debilidad de las monedas y la necesidad de tomar cobertura, los inversores se volcaron hacia las materias primas.
El sector de los productos básicos, luego de caer a mínimos de varios años en 2008, tuvo un rally alcista descomunal que, en algunos casos, los llevó a máximos históricos entre 2011 y 2012.
Me atrevo a decir que ahora estamos ante una situación similar.
Tropezando con la misma piedra
En 2020, la pandemia puso de rodillas a las economías del globo, principalmente a Estados Unidos. La respuesta del mundo ante el impacto económico de la COVID-19 fue inmediata. Los gobiernos y los bancos centrales decidieron estimular sus economías para evitar profundas recesiones, incrementando los estímulos por encima de los niveles de 2008.
Tan solo basta con ver el fabuloso incremento del balance de la Fed. Este ha aumentado a USD 7,01 billones, en gran parte por las compras continuas de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas destinados a mantener el mercado financiero a salvo.
Esto no es gratis. Si lo ocurrido en 2008 es un ejemplo de lo que podemos esperar en los próximos años, se avecina un aumento inflacionario que elevará los precios de las materias primas. Eso ya está ocurriendo.
En las últimas semanas, desde los mínimos de marzo, muchos productos básicos, sectores de energía, metales preciosos y los commodities agrícolas, han sido altamente demandados por los inversores. En este sentido, y con la evidencia de lo que sucedió en 2008, este puede ser el comienzo de un interesante rally alcista de los commodities.
Un instrumento para ganar con el boom de las materias primas
Para poder sacar provecho de esto, podemos destinar una mínima parte de nuestro portafolio a un fondo que invierte en contratos de futuros de productos básicos, el Invesco DB Commodity Index Tracking Fund (NYSE: DBC). Este fondo posee una cartera de contratos de futuros de productos básicos, diversificada en varios sectores.
Aun así, debes contemplar los riesgos. Este tipo de fondos está expuesto a los contratos de futuros, lo que puede llevar a una situación de contango. De hecho, fue muy común en 2008. Esto se da en ciertas ocasiones, cuando el precio del activo financiero en el presente, es inferior al precioso futuro del mismo.
Para que lo entiendas de una manera sencilla, el contango se da ante la necesidad que tienen los inversores de tomar cobertura cuando sube el precio de la materia. Cuando compran muchos contratos de futuros, provocan que los precios de los futuros se incrementen y el valor de los mismos supere al de la materia prima en el presente.
Lo que sucede con estos fondos, es que se ven obligados a renovar los contratos de futuros para mantener la exposición a esos activos. Al tener que pagar una prima mayor, pueden ver deteriorada su rentabilidad.
Más allá de esto, creo que es una alternativa más que interesante para aprovechar el boom de los commodities en los próximos años. Todo indica que la historia se volverá a repetir, y la memoria no nos deja mentir.
Eso fue todo por hoy, nos vemos la próxima.
Por buenas inversiones,
Diego Matianich.
Para El Inversor Diario
Diego Matianich es economista, con más de 15 años de trayectoria analizando la economía global y los mercados financieros. Tiene un posgrado en Value Investing y una especialización en Fusiones y Adquisiciones, propone inversiones capaces de ofrecer el equilibrio perfecto entre seguridad y rendimientos atractivos. Colabora con notas de opinión en periódicos especializados en Argentina y se desempeña como jefe de Research en Inversor Global, con la misión de sumar valor agregado a los distintos servicios de suscripción de la compañía
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