Aprendiendo

Qué son los contratos inteligentes y cómo cambiarán nuestras vidas

¿Qué son, cómo funcionan y para qué sirven estos contratos? ¿Puede efectivamente tener un alto impacto y transformar al mundo?

La tecnología tiene la capacidad de reconvertir el planeta. La ciencia ficción nos prometía que en la actualidad ya estaríamos coexistiendo con autos voladores –mínimo-. La cuarta Revolución Industrial va a significar un parteaguas bastante alentador en la productividad de cualquier sector. La tecnología inteligente llega para estrecharnos una mano en la manera de concluir las cosas y transformar el modo en el que lo hacíamos hasta ahora. En esta nota te explicaremos qué son los contratos inteligentes y cómo puedes beneficiarte de ellos. 

En el universo de la tecnología blockchain existen múltiples avances que están impactando al mundo en varias perspectivas; una de las formas más significativas en que esto viene ocurriendo es por medio del uso, cada vez más intensificado, de contratos inteligentes, los cuales han sido muy instrumentados para las ofertas iniciales de monedas –ICO-, aunque sus usos y posibilidades, son mucho más abarcativos.

Es posible que muchas personas hayan interactuado con algún contrato inteligente en algún momento y ni siquiera se han dado cuenta, o en todo caso, simplemente hayan escuchado el término y sientan curiosidad por lo que hacen. Cualquiera sea el caso, estos contratos son un aporte interesante y cualquier entusiasta de las criptomonedas debería dedicar algo de su tiempo en familiarizarse con ellos.

Precisamente por eso, es vital comprender del todo en qué son los contratos inteligentes y cómo funcionan.

Definición de los contratos inteligentes

Los contratos inteligentes son sencillamente programas almacenados en una cadena de bloques ejecutados tras el cumplimiento de condiciones predeterminadas. En general, son instrumentados para automatizar la ejecución de un acuerdo, para que todos los participantes intervinientes puedan tener la seguridad total del resultado, sin la injerencia de ningún intermediario o pérdida de tiempo.

 

Breve historia de los contratos inteligentes 

Aproximadamente en el año 1997, Nick Szabo, científico informático, llevó a cabo la primera propuesta pública de los contratos inteligentes. Misma persona que, en 2005, creó la moneda virtual llamada “Bit Gold”; algo que hoy es considerado uno de los pioneros de bitcoin y presenta muchos de los mismos atributos, incluida la minería, usando un algoritmo de prueba de trabajo.

Ya en los años siguientes, el surgimiento de bitcoin dilucida que aquella criptomoneda era un concepto viable, lo que aparejó el posterior lanzamiento de Ethereum que, finalmente, posibilitó que los contratos inteligentes se masificaran en la cotidianeidad de Internet.

Por estos días, los “smart contracts” se han propagado a través de las blockchain en una gran variedad de proyectos variopintos. En consecuencia, gracias a dicha evolución, muchos están adoptando esta tecnología y creando implementaciones propias para explorar casos en el mundo real.

¿Qué son los contratos inteligentes? 

Los Smart contracts o contratos inteligentes han sido una quimera imposible desde los 90, tal vez debido a la falta de desarrollo de la tecnología blockchain, no se ha revelado una articulación plena del concepto, con el que se pretende automatizar las relaciones contractuales entre personas o máquinas sin participación de un intermediario.

El medio informativo Criptonoticias -2017- nos provee una definición simple al respecto: “supone a los contratos que tienen la capacidad de cumplirse de modo automático toda vez que las partes han acordado los términos”.

Esto tiene como implicancia que los presentes contratos, poseen una forma de operar que se contrapone a los tradicionales basados en un papel firmado. Ambos coinciden en que las partes se obligan a cumplir con lo estipulado sobre el objetivo del contrato –bien o servicio-, siendo ésta, una causa verídica y lícita. Sin perjuicio que, “ambos constatan desacuerdos en tres puntos: el modo de escritura, las implicancias legales y la forma de cumplimiento”.

Los contratos inteligentes o smart contracts consisten en programas informáticos escritos en código virtual, no en una lengua humana o lenguaje genuino. Están basados en un software diseñado para ejecutar y cumplir una serie de labores, según instrucciones a priori estipuladas. 

Desde luego, esto obliga a las partes a dar cumplimiento con lo acordado exceptuando a los intermediarios de confianza, por caso las notarías, ya que el código informático se ocupa de cumplir esta función.  De ese modo, disminuye el tiempo de acción, se evitan inconvenientes y costos implicados.

En los smart contracts, los ordenadores juegan un protagonismo especial. No comprende solamente el almacenamiento electrónico de documentación o la permisión de la firma digital, como se ha hecho hasta ahora, sino que estos programas elaboran análisis y ejecutan a alguna de sus partes de su lógica interna.

Los usos más comunes que se vienen estudiando integran desde acciones tan simples como votar una publicación en un foro, hasta acciones con mayor grado de complejidad, acaso garantías de préstamos y contratos de futuros, así como acciones plenamente sofisticadas, por ejemplo, la fijación de prioridades de pago en notas estructuradas.

Por un lado, los contratos inteligentes pueden ser creados, además de por personas físicas y jurídicas, por máquinas o incluso otros programas que funcionan de forma autónoma. En tal sentido, tiene validez sin depender de autoridades. Esto se corresponde a su naturaleza: es un código visible por el público e inmodificable debido a la existencia de la tecnología blockchain. Esto le atribuye un carácter descentralizado, imperturbable y transparente.

Asimismo, son programas en la nube que actúan de igual manera y permiten acopiar información que no puede ser alterada. Son los programas más confiables y resguardados jamás creados por la humanidad, y sólo fallan cuando están mal programados.

 

¿Cómo funcionan los contratos inteligentes? 

Realmente, es muy simple. En espejo a una máquina expendedora, sólo requiere una cantidad de criptomonedas. Todo lo que se requiere hacer, es incluir en el contrato junto a la información conservada como registro. Se deben puntualizar las reglas, los términos y las condiciones previo a que cualquier contrato esté listo.

Un smart contract puede funcionar tanto individualmente como a la par de un grupo de contratos inteligentes. En cuanto al individual, su funcionamiento será de modo independiente. Los usuarios pueden definir un grupo de ejemplos de smart contracts entre sí, ya que tienen que depender el uno del otro para finalizar cualquier tarea.

Los contratos inteligentes funcionan a razón de un simple “si/cuándo…entonces”; declaraciones escritas en código en cadena de bloques.

Una red de computadoras ejecuta las acciones cuando se han verificado las condiciones preestablecidas. Dichas acciones podrían incluir liberar fondos a las partes adecuadas, registración de vehículos, envío de notificaciones o emitir un boleto. Después, la cadena de bloques se irá actualizando tras completarse la transacción. Eso significa que la operación es inmodificable y, solo las partes involucradas a las que se les ha otorgado permiso, podrán ver los resultados.

En el interior de un contrato inteligente, puede existir varias estipulaciones como sea necesario en atención a satisfacer a los intervinientes, con la seguridad de que la tarea se complete satisfactoriamente. Para regir los términos, los participantes deben suscribir cómo se representarán las transacciones y sus datos en la cadena de bloques, acordar “si/cuándo…entonces” principios que rigen esas operaciones, exploran todas las diversas excepciones y redefinen un marco para resolver disputas.

La base tecnológica del propio contrato, implica que la rapidez de los contratos se eleve rápidamente. También, puede consultar el estado contractual antes, durante y en la finalización del acuerdo.

Por un lado, evita la contratación de individuos que antes realizaban tareas repetitivas, así como el tiempo de espera que supone el trámite congestionado de los contratos con la autoridad pertinente.

Por último, un desarrollador podrá programar un contrato inteligente, empero cada vez más, las organizaciones que utilizan blockchain para empresas incorporan plantillas, interfaces web, y otras herramientas afines a la simplificación de la estructura de los contratos inteligentes.

¿Cómo hacer contratos inteligentes? 

Los smart contracts de tecnología blockchain se crean y operan a través de la infraestructura de la Plataforma de Smart Contracts –SPC- y del Sistema de Gestión de Smart Contracts –SCMS-.

El sistema SCMS, consiste en un protocolo que se le añadiría a esta infraestructura para que un usuario sin conocimientos en torno a cómo se manejan estos contratos, pueda disponer de una interfaz gráfica muy amena con la cual articular de una forma más sencilla.

Al momento de querer elaborar un contrato inteligente, alguno de los aspectos relevantes para considerar pueden ser los siguientes:

  •    Análisis: en esta secuencia se evaluarán las diversas problemáticas de un proceso que se deben dirimir con la gestación de un contrato inteligente, para lo cual se debe realizar una observación exhaustiva mediante un diagnóstico eficaz.
  •   Formulación de una propuesta: es un procedimiento con el que se va a emitir una propuesta bajo el propósito de ofrecer la solución más pragmática para dar respuesta a la problemática instalada.
  •    Diseño: en esta fase se diseñarán los contratos inteligentes, y se van a desarrollar con el código para ejecutar todas las soluciones establecidas, en función del diagnóstico elaborado y las condiciones de las diversas partes involucradas en el acuerdo.
  •  Optimización: en esta etapa se pondrá en funcionamiento el smart contract y se optimizarán todos los aspectos que lo conforman para que quede libre de posibles errores.

En cuanto a la creación de estos contratos, el primer paso inapelable para construir un smart contract es pedir ayuda, apoyarse en expertos o solicitar asesorías.

¿Por dónde empezar? Este interrogante remite a las necesidades del negocio. Aunque, podemos aportar etapas trascendentales:

  1. Planificación: imaginemos que necesitamos aumentar el control de las ventas de entradas para conciertos y así evitar la reventa y la producción de entradas falsas. La tecnología blockchain podría evitarlo haciendo uso de la verificación de cada uno de los bloques, el seguimiento de la información y sus posibles modificaciones

Gracias a esta tecnología podrá crear tickets tokenizados para eludir la falsificación.

  1. Comprender las opciones de las DApps: si nos basamos en los contratos inteligentes desplegados en la red, también podremos generar las DApps, esto es, aplicaciones compuestas por contratos inteligentes ejecutados en la red de nodos de Ethereum.

El código backend de las DApps son programas de software que no requieren una autoridad principal para funcionar, ya que actúan directamente con los usuarios.

  1. Generar el contrato con el lenguaje apropiado: por ejemplo, con Solidity. Se distancia de JavaScript en aspectos concretos, como las funciones de hash y el elemento del punto y coma.

Si fabricamos el primer contrato con Ethereum, será recomendable usar el entorno de desarrollo remix.solidity.org. Tal vez la parte más tediosa de trabajar con Solidity sea la integración de su contrato con JavaScript, pero el primer paso es mudarlo de su red de prueba. 

La conceptualización será otra de las variables complicadas a sortear al momento de crear los contratos inteligentes.

¿De qué sirven los smart contracts basados en blockchain? 

Los smart contracts basados en blockchain vienen ayudando a que las operaciones comerciales, y de otro tipo, sean más confiables, eficientes y redituables.

Una gigantesca variedad de industrias podría salir beneficiada con el uso de smart contracts basados en blockchain como eslabón de su cadena de suministro. La automatización, la secuencia de pago mediante contratos inteligentes puede, entre otras cosas, disminuir la sobrefacturación y prevenir el fraude.

Por ejemplo, el nicho de la música podría registrar la propiedad de sus canciones en la cadena de bloques y luego implementar un smart contract para efectivizar que se pague cuando la música es utilizada con fines comerciales. Por otro lado, este mecanismo podría beneficiar también a la industria automovilística, acopiando información disponible sobre el mantenimiento del auto, el historial de accidentes y la titularidad.

Entre tanto, los contratos inteligentes también se benefician de la descentralización que incluye muchas blockchains. Por ende, si la blockchain contenida en el contrato inteligente está bien establecida, puede confirmarse que una transacción tendrá validez, toda vez que la red la haya autorizado lo suficiente.

Además, la forma en la que vienen distribuidas las blockchains, puede disminuir los intentos de ataques pronunciados contra determinado contrato inteligente por medio de algún tipo de actividad fraudulenta, ya que el resto de la red podrá notar cualquier insinuación de suplantación o falso resultado y, podría suprimir o invalidar dichos resultados, en miras a la protección de la red.

¿Vale la pena hacer un contrato inteligente?

Si bien existen problemas en la programación que los expertos están intentando resolver, esto no debe ser motivo de desánimo en los potenciales usuarios.

El amplio espectro de los smart contracts es, por ahora, incalculable: servicios financieros, energéticos, sanitarios, públicos, entre otros; invitándonos a pensar que realmente vale la pena contar con ellos debido a que, se está gestando un nuevo modelo de negocio, que poco a poco, se abrirá paso en la vida cotidiana, empezando por la sustitución de los contratos convencionales por contratos digitales.

Por último, vale también la pena preguntarse si con el smart contract se crea una verdadera relación jurídica, o si la cadena de bloques junto con el smart contract genera un sistema alternativo protector por fuera del convencional sistema legal vigente.

La expresión “code is law” repercute sugestivamente, al dar a entender que, el mismo código constituye un sistema legal subsidiario que evita el conflicto porque el cumplimiento del contrato lo asegura el algoritmo. No obstante, no es tan acertado sostener la infalibilidad de esta tecnología; existen y existirán errores de programación, así como posibilidad de jaqueo a los sistemas de seguridad.

¿Quién tiene un contrato inteligente? 

Los smart contracts pueden tener aplicación práctica en muchas áreas de la vida, incluyendo la logística, la gestión, en la arena legal e incluso, en las elecciones.

Veamos las áreas:

Elecciones: según expertos, manipular los resultados de los comicios resulta prácticamente imposible. Gracias a los smart contracts, esta posibilidad queda reducida a cero.

Los votos serían depositados en un registro distribuido, y sería necesaria una impensada capacidad de procesamiento para decodificarlos.

Cadena de suministro: podría beneficiarse de los smart contracts al registrarse los cambios de propiedad, transferencia de pagos automáticamente, etc

La blockchain aplicada a la logística, permite un gran impacto en la cadena de suministro.

Sector automovilístico: en virtud de estos avances, se puede agrupar información para potenciar el desarrollo de vehículos autónomos, verificar la trazabilidad de piezas fabricadas, optimizar el coste de la logística, automatizar los procesos, etc.

Otras áreas: otros segmentos como el sector bancario, turístico, energético, adquisición, financiación y contabilidad, al igual que evaluación de riesgos y el control de las auditorías en tiempo real.

 

¿Es el futuro un contrato inteligente? 

Durante la última década, se ha debatido mucho en el mundo en torno al uso de la tecnología blockchain de los contratos inteligentes, en los términos de garantizar la protección, resguardar los datos de los usuarios y la instantaneidad de las transacciones online.

Recientemente, este debate ha tomado impulso en favor de las empresas y las instituciones del sector privado y público, que avanzan en la exploración de la praxis tecnológica basada en blockchain, en varios ámbitos de la industria y la sociedad.

Por lo tanto, es de esperar que la tecnología de los contratos inteligentes contribuya en un futuro inmediato a revolucionar los modelos de negocio en múltiples sectores.  

La tecnología blockchain, puede convertirse en un trascendental parámetro de la cuarta revolución industrial.

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