Inversor Diario

Cuatro lecciones clave sobre la deuda y tus finanzas

Mi padre rico me enseñó cómo superar mis problemas financieros para poder invertir en activos que generen un flujo de ingresos pasivos constante y sin importar si el mercado o la economía están en crisis. Hoy comparto contigo estas enseñanzas.

Recuerda que ahora puedes escuchar esta columna en Spotify en Inversor Global Podcast.

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Estimado lector:

Recuerdo que después de que perdí mi primer negocio y caí en la ruina, mi padre rico me dijo: “Cuando tu auto se avería, lo llevas a mecánicos profesionales capacitados para que lo reparen. Pero cuando se trata de tus problemas financieros nadie más que tú puede solucionarlos.”

Seguidamente, compartió conmigo una lección clave al explicarme que la situación financiera de una persona es muy parecida a cuando practicas golf o cualquier otro deporte. Puedes leer libros, asistir a seminarios, contratar a un entrenador y tomar lecciones, pero en última instancia, solo tú puedes mejorar tu técnica y habilidad en el juego.

Una de las razones por las que tan pocas personas alcanzan la verdadera libertad financiera es que, cuando la gente se mete en problemas financieros, no sabe cómo salir de ellos.

Nadie les ha enseñado nunca los conceptos básicos sobre cómo diagnosticar un problema financiero particular. Como resultado, aunque las personas pueden saber que están en problemas, no saben cómo leer un estado financiero o cómo llevar un registro sobre sus finanzas. En consecuencia, no tienen noción de qué tan graves son sus problemas con el dinero ni cómo solucionarlos.

 

Cuatro lecciones sobre la deuda

Ya sea que estemos hablando de deuda buena o deuda mala, cuanto más control tengas sobre esta, más fácil será tu vida. Si tu objetivo es hacerte con activos que generen cash flow, es clave que mejores tu capacidad de control sobre las deudas. A continuación, te comparto algunas lecciones sobre este tema, la mentalidad que debes adoptar, lo que buscan los bancos al respecto y el poder del apalancamiento.

Lección #1: La importancia de la deuda buena y la deuda mala

Mi padre rico siempre enfatizaba en la importancia de la educación financiera y el hecho de que el estado financiero de una persona es su verdadera boleta de calificaciones, una vez que termina la escuela.

Esto me recuerda a una pareja amiga mía, que vive por encima de sus posibilidades con autos soñados y demás. Estas personas son cada día más pobres, porque su única fuente de ingresos es el salario de su empleo. Sus gastos han aumentado (dramáticamente) pero sus ingresos no avanzan en sintonía con esto.

Si bien parecen estar bien, sospecho que las preocupaciones financieras por arrastrar una gran cantidad de deuda mala los están comiendo vivos por dentro. Están comprando pasivos con deudas malas, en lugar de comprar activos con deuda buena. Mi padre rico me enseñó que es clave adquirir activos con deuda buena y que estos sean capaces de proporcionar el cash flow necesario para pagar los pasivos de los que deseas disfrutar en la vida.

El cash flow proveniente de tus activos representa el dinero que trabaja por ti, algo que mis viejos amigos y mucha gente todavía no entienden.

Lección #2: El poder de la inspiración

Nuestro creador nos ayuda a construir cosas hermosas. Cuando veo una pintura hermosa o una casa hermosa o un auto hermoso, me siento inspirado. Siento la generosidad, la belleza y la abundancia de Dios, y eso me inspira a invertir más vigorosamente, (invertir más, no trabajar más). Me doy cuenta de que las personas que se tratan mal a sí mismas no suelen ser las personas más inspiradoras.

Todos somos diferentes y tomamos decisiones distintas. Mi propósito es simplemente compartir contigo cómo Kim y yo nos valemos de los lujos para inspirarnos y ganar cada vez más libertad financiera.

Lección #3: Por qué al banco le interesa prestarme dinero tanto para adquirir activos como pasivos

En mi libro Padre Rico, padre pobre escribí una afirmación que generó mucha controversia: tu casa no es un activo.

De hecho, recibí más correos de descontento sobre eso que sobre cualquier otro aspecto mencionado en mis libros. A menudo digo: “Cuando tu banco dice que tu casa es un activo, no te está mintiendo. Simplemente no están diciendo de quién es realmente el activo. Tu casa es su activo”. No estoy diciendo que no compres una casa, sino que no debes llamar activo a un pasivo.

Tu banco te prestará dinero independientemente de si compras un activo o un pasivo. Este no va a indicarte cuál adquirir. Entonces, si deseas comprar un yate, por ejemplo, y tu estado financiero muestra que puedes pagar las cuotas de este, el banco estará más que feliz de prestarte el dinero para tal fin.

Dado que a tu banco realmente no le importa si compras activos o pasivos (porque cualquiera de los dos es un activo para el banco), tal vez a ti sí debería importarte. De hecho, cuanta más atención le prestes a este tema, más feliz estará el banco, porque su trabajo es prestarte más dinero, no rechazar tu solicitud.

Los bancos no ganan dinero a menos que solicites préstamos y otros servicios que ofrecen. Entonces, cuanto más rico te vuelves, más feliz está el banco. Mi banco me presta dinero para comprar activos y pasivos.

Lección #4: ¿Cuáles son los activos que más le atraen a tu banco?

Mi padre rico me dijo una vez: “¿Cuál de las cuatro clases de activos es la favorita del banco?” La respuesta es el real estate. Cuando se toman en cuenta las ventajas fiscales en Estados Unidos, el mercado inmobiliario puede mejorar la tasa en poco menos de 1% y tener el mismo rendimiento neto que un activo de papel con un diferencial a favor de 10%.

Esa es una de las razones por las que mi padre rico siempre me aconsejó darle al banco lo que quiere. Y también es el motivo por el que me advirtió siempre tratar a cualquier deuda como si fuese un arma cargada.

¿Qué quiere decir esto?

El apalancamiento puede jugarte tanto a favor como en contra. Puedes ganar mucho más dinero con el dinero del banco que con el tuyo y, al mismo tiempo, puedes perder mucho más dinero con el dinero del banco también.

Es necesario que inviertas en tu educación y que ganes experiencia. Si no estás dispuesto a pagar ese precio, no emplees dinero que no es tuyo para invertir y hacer negocios.

En mi próxima columna, te compartiré el plan de 10 pasos que mi esposa Kim y yo empleamos para eliminar nuestra deuda mala y comenzar a invertir para llegar hasta donde estamos hoy.

Saludos,

Robert Kiyosaki.

Para El Inversor Diario

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