Si bien el avance constante en los precios puede ser una amenaza para tu economía, hay maneras de invertir empleando este fenómeno a tu favor. Veamos los métodos que yo mismo uso.
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Estimado lector:
A menudo me refiero a los diferentes acontecimientos que se vienen dando desde el año pasado como “AC”, antes del coronavirus, o “DC”, después del coronavirus.
2020 fue un punto de inflexión para millones de personas en todo el mundo. Es difícil escapar del impacto financiero de la pandemia. El mercado de valores se ha desplomado y recuperado muchas veces, las tasas de desempleo se han disparado e industrias enteras han sido diezmadas en medio de las medidas de distanciamiento social.
Mi predicción a largo plazo para el mundo es una inflación más alta. Quizás no sea necesariamente hiperinflación (dependiendo del país), pero la historia nos ha demostrado esto: cuando los gobiernos imprimen dinero agresivamente, el valor de las monedas cae. Y lo estamos viendo actualmente con la debilidad del dólar estadounidense.
Todas las economías experimentan inflación (y deflación) en algún momento. Pero esta se vuelve un problema cuando los niveles de ingresos de la población no se igualan con la inflación ni la superan. En ese caso, las personas se vuelven más pobres, aun cuando piensen que están ganando más dinero.
Afortunadamente, hay formas de sacar provecho de la inflación y hoy las vamos a explorar.
La pesadilla de la inflación
En términos simples, la inflación se da cuando los precios de los bienes y servicios suben y el poder adquisitivo de una moneda cae.
Significa que puedes comprar menos con tu dinero de lo que solías poder.
Como comenté antes, todas las economías experimentan inflación (y deflación) en algún momento. Pero cuando esta supera el nivel de ingresos de las personas, se convierte en un problema no menor.
Hay muchos tipos de inflación, pero los principales son:
1. Deflación: Se da cuando los precios caen. Es decir, inflación negativa.
2. Inflación moderada: se refiere al avance lento de los precios. Estos se mantienen estables, con aumentos que no llegan al 10% anual.
3. Inflación galopante: se trata de niveles de inflación de dos dígitos en el plazo de un año, es decir, un producto puede casi duplicar su precio en apenas 12 meses, provocando una pérdida tremenda de poder adquisitivo. Este tipo de inflación suele ser provocada por grandes cambios económicos en un país.
4. Hiperinflación: Son aumentos de precios que superan 100%, 200% e incluso más por año. Provocan graves crisis económicas, ya que el dinero no vale prácticamente nada y el precio de los bienes y servicios resulta excesivo. En ocasiones puede ocurrir que el valor del dinero llegue a ser menor que el coste del propio papel en el que está impreso. En la República de Weimar, la hiperinflación fue tan extrema que “una barra de pan en Berlín que costaba alrededor de 160 marcos a finales de 1922, se vendía por 200.000.000.000 de marcos a finales de 1923”.
Devaluación monetaria
La historia ha demostrado que imprimir dinero que no está respaldado con nada, nunca termina en prosperidad. La historia es evidencia de que imprimir dinero falso siempre termina en la pobreza para quienes trabajan por ese dinero.
Históricamente (desde los chinos, los romanos, la República de Weimar alemana y la Venezuela actual), la impresión de dinero falso nunca ha producido una prosperidad sostenible. Imprimir dinero falso siempre ha terminado en depresión, revolución, guerra o todo lo anterior.
Los chinos fueron los primeros en imprimir papel moneda. Los romanos “degradaron” su moneda cuando el Imperio Romano colapsó. Hitler llegó al poder en 1933 porque el gobierno de Weimar imprimió dinero para pagar la derrota de la Primera Guerra Mundial. El dinero impreso condujo a la Segunda Guerra Mundial y a la muerte de millones de personas.
Mucha gente cree que 1971 fue el comienzo del fin del Imperio estadounidense. Antes de 1971, cada dólar solía estar respaldado por oro o plata, pero ahora es un pagaré que tienen que cubrir los contribuyentes del país emisor.
Mientras el resto del mundo tenga confianza en que el contribuyente estadounidense trabaje y pague por este pagaré llamado dinero, el mundo tendrá confianza en nuestro dólar. Si ese elemento clave del dinero, la confianza, desaparece repentinamente, la economía se derrumba como un castillo de naipes.
Tomemos el ejemplo de algunas anécdotas que surgieron durante el periodo de actividad para el gobierno alemán de Weimar, justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Según cuenta una historia, una anciana empujaba una carretilla llena de marcos para comprar una barra de pan. Cuando le dio la espalda, alguien robó la carretilla y dejó el montón de dinero sin valor por toda la calle.
La destrucción de la base de producción
Cuando tienes una caída severa en la base productiva, como hemos visto en muchas industrias durante la pandemia, no puedes producir suficientes bienes y servicios para satisfacer las necesidades.
Tomemos, por ejemplo, la industria automotriz. La producción de autos se redujo debido a la pandemia, pero también porque los fabricantes de estos vehículos esperaban una caída en la demanda.
Cuando el gobierno estadounidense comenzó a emitir estímulos, los consumidores todavía estaban dispuestos a gastar y la demanda de automóviles nuevos no cayó tanto como la oferta de estos. Como resultado, el precio de los vehículos nuevos subió.
Entonces, independientemente de la cantidad de dinero que imprima el gobierno, cuando se destruye la base de producción como vimos en 2020, los precios comienzan a subir rápidamente.
La inflación empobrece a las personas
Para algunos, la inflación es una mala noticia porque no saben cómo valerse de ella para enriquecerse. Entonces, la inflación los empobrece.
Por ejemplo, quienes trabajan en relación de dependencia se ven perjudicados por la inflación porque solo pueden vender su tiempo y, por lo general, el tiempo no protege bien contra la inflación. Los aumentos salariales, si es que llegan, generalmente se producen anualmente después de la inflación, no con ella.
Además, las personas que están profundamente endeudadas con tarjetas de crédito o que tienen préstamos con intereses se ven perjudicadas por la inflación, porque los bancos centrales generalmente aumentan las tasas de interés para combatir la inflación.
Gran parte de las deudas incobrables se basan en tasas de interés ajustables que aumentan durante épocas de inflación, lo que encarece los pagos de esa deuda.
Las personas que juegan bajo las viejas reglas del dinero se ven afectadas por la inflación, en vista de que creen que es sabio y prudente ahorrar dinero en el banco. Pero el banco es inteligente y sigue las nuevas reglas del dinero. Este paga intereses sobre el dinero que no se ajustan a la inflación. El dinero pierde poder adquisitivo, a medida que el banco usa tu dinero para ganar más dinero.
Cómo emplear la inflación a tu favor
Los ricos han aprendido a ganar dinero en periodos de inflación, mediante el apalancamiento y la cobertura.
Particularmente, acostumbro a imitar el juego del banco. Pido dinero prestado al banco a una tasa fija, compro un activo que genere cash flow y me permita cubrir el pago de la deuda asumida y uso menos de mi propio dinero para aumentar el rendimiento de mi inversión.
En una economía inflacionaria, si la cuota de pago de la deuda es fijo, se vuelve un costo menor a medida que la moneda en la que está denominada la deuda pierde poder adquisitivo y mis inversiones e ingresos crecen.
La razón por la que mis inversiones y mis ingresos crecen, es que compro activos que funcionan como protección contra la inflación.
Por ejemplo, en las economías inflacionarias, las rentas de alquiler generalmente aumentan. Cuando compro una propiedad de inversión, la cuota de pago de la deuda permanece igual mientras que el ingreso que recibo en forma de alquileres aumenta debido a la inflación. Esto crea más cash flow, por lo que mientras yo solo le debo al banco el pago acordado, los crecientes costos del alquiler fluyen directamente a mi bolsillo.
Lo mismo ocurre con las empresas y negocios. A medida que aumenta el costo de los bienes y servicios para los consumidores, las empresas pueden ajustar sus precios y beneficiarse de la inflación.
Esto funciona porque los propietarios de negocios y los inversores no están vendiendo tiempo. Venden un producto que les protege contra la inflación en un tiempo relativamente real. Son personas que tienen el control. Los empleados no controlan su producto, el tiempo, ni su dinero.
Otra cosa que hago para protegerme de la inflación es invertir en commodities. Recientemente, he aumentado posiciones en commodities energéticos como el petróleo, que es una gran inversión cuando hay inflación.
Por lo tanto, si bien creo que estas son buenas inversiones para mí, no necesariamente son buenas inversiones para todos, especialmente en el caso de las personas que aún están aprendiendo sobre la economía y las finanzas, y quizás no puedan reaccionar rápidamente a las condiciones económicas cambiantes.
Al final del día, como siempre digo, invertir para generar cash flow es la estrategia más segura y sólida a seguir en una economía inflacionaria. Es una forma segura de enriquecerte.
¡Actúa con inteligencia!
Robert Kiyosaki
Para El Inversor Diario
Autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, y una quincena de otros libros, es uno de los mayores gurús de las finanzas personales del mundo. Gracias a una alianza con Rich Dad Latino, en Inversor Global nos enorgullecemos de presentar Plan de Retiro Soñado, el único servicio donde Robert revela acciones puntuales para comprar y vender, y Súper Acciones Millonarias y Cash Flow semanal.