Hoy te quiero hablar de un indicador que, en ya varias ocasiones, ha predicho con éxito la llegada de una recesión: la curva de rendimientos invertida. Más abajo: qué es, cómo funciona y qué está diciendo ahora mismo.
Querido lector,
Pregúntale al ciudadano de a pie y te dirá que no confía en los economistas.
Que nuestras predicciones no son distintas a adivinar.
Es lamentable, pero es común. Hasta puede que lo compartas.
Y si es así, no te culpo.
Los economistas no somos adivinos; somos analistas que han estudiado patrones, fenómenos y desenlaces históricos en las economías del planeta.
Somos además pequeñas enciclopedias de conceptos técnicos sobre cómo distribuimos nuestros recursos en el mundo.
Un buen analista sabe que siempre hay un margen de error en todo lo que dice y hace.
Y un excelente analista intenta reducir ese margen de error al mínimo antes de atreverse a pronosticar cualquier cosa.
El problema, es que estos dos grupos son los que menos se representan en la prensa tradicional.
A los medios les encantan las predicciones fatalistas, a veces incluso ridículas.
Y nunca falta un economista interesado en que su nombre circule en grandes medios noticiosos.
“Economista predice crisis histórica este año” es un titular que podría haberse publicado en cualquier momento, incluso los períodos más sanos en materia económica.
Es la fábula del niño y el lobo: el chico mintió tantas veces sobre la llegada de un lobo a atacar su ganado, que cuando realmente llegó, nadie le creyó ni acudió a su ayuda.
Todo esto te lo digo, porque en realidad sí existen factores predictivos poderosos, capaces de adelantar la llegada de una crisis o recesión.
Estar atento a estos factores realmente útiles es la diferencia entre sacarle una ventaja a la media, y caer presa del miedo mediático.
Claro que para eso, es necesario conocer estos factores fiables. Y hoy te quiero hablar de uno de los más importantes: la curva de rendimientos invertida.
¿Rendimientos de qué?
Una curva de rendimientos es exactamente lo que crees: una curva en un gráfico que representa varios rendimientos. En las inversiones, cuando hablamos de esta curva hablamos de rendimientos de bonos similares con distintos vencimientos.
Recuerda que los bonos son títulos que ofrecen un tipo de interés específico con respecto a un valor nominal (que sería le cantidad que se le “presta” a la entidad emisora del bono).
Por ejemplo, supongamos que un bono a diez años ofrece intereses del 10% sobre un valor nominal de USD 100. Eso significa que periódicamente por diez años, el bono distribuye USD 10 a los que tengan el título en sus carteras.
El rendimiento del bono no es igual al interés. Una vez que una entidad emite el bono (digamos, el Tesoro de Estados Unidos), éste cotiza en el la Bolsa, que actúa como una suerte de mercado secundario. Allí, el precio al que compras el bono dependerá de la demanda.
Más demanda, precios más altos; menos demanda, lo contrario.
La clave aquí, es que los intereses que paga el bono no cambian, porque ellos dependen del valor nominal del título. Volviendo al ejemplo de arriba: un título que ofrece intereses del 10% con un valor de USD 100 siempre va a distribuir USD 10 a sus tenedores.
Ahora, si hay poca demanda por ese bono, el costo para comprar ese título podría caer hasta los USD 80. Si eso pasa, el rendimiento del bono crece porque:
• El bono siempre va a distribuir USD 10 en la forma de intereses.
• El bono te “devolverá” USD 100 al vencimiento (en este caso, diez años).
• Pagaste USD 80 por el título, por lo que tu rendimiento es un 20% mayor al que tendrías si hubieses pagado USD 100 por el título.
Ese es un repaso breve; lo esencial aquí es recordar que:
A mayor demanda por un bono, menor será su rendimiento (porque el precio para comprarlo incrementa). Y a menor demanda por un bono, mayor será su rendimiento (porque el precio para comprarlo disminuye).
Cómo interpretar la curva
Por lo general, una curva de rendimientos se ve así:
Curva de rendimientos ascendente. En el eje vertical está el rendimiento, y en el eje horizontal, el vencimiento.
Fuente: Investopedia
La curva de arriba es típica de períodos sanos en la economía.
Bajo estas condiciones, los rendimientos de bonos a largo plazo ofrecen rendimientos más altos que los títulos a corto plazo. Los bonos a 10 años rinden más que los bonos a 2 años, por ejemplo.
Tiene sentido: mientras más tiempo pase, mayor es el riesgo de que la entidad emisora no pueda saldar su deuda. Piénsalo así: si le prestas USD 100 a un amigo, ¿con qué te sentirías más seguro?
• Que te los devuelva en dos meses
• Que te los devuelva en dos años
• Que te los devuelva en 20 años
Lo mismo ocurre con los bonos: mientras más largo el título, menor demanda tendrá porque representa un riesgo mayor. Y como dice la regla: a menor demanda, menor precio; y a menor precio, mayor rendimiento.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos interpretar la curva de rendimiento ascendente así:
Si el rendimiento de los bonos más cortos es menor que el de los bonos más largos, quiere decir que los inversores ven un menor riesgo en el corto plazo que en largo plazo. Eso es lo normal.
Pero, ¿qué pasa cuando esta propiedad cambia? Ahí tienes una curva invertida.
Cuando la curva de rendimientos se invierte, quiere decir que los inversores ven más riesgo en el corto plazo que en el largo plazo.
Esto lo sabemos porque al haber menor demanda por títulos de corto plazo, menores serán los precios de esos bonos. Y volviendo al principio de arriba, a menor precio, mayor rendimiento.
Cuando se invierte la curva, el mercado nos está queriendo decir que prevé condiciones adversas en el corto plazo, así que prefiere invertir en títulos más largos.
Y he aquí el detalle…
Casi nunca se equivocan.
Un indicador fiable
Un estudio reciente encontró que, en siete de las últimas ocho recesiones en Estados Unidos, esta curva se ha invertido, lo que hace de este fenómeno un factor poderoso a la hora de anticiparse a una recesión.
Las recesiones son períodos de baja actividad económica y menor crecimiento. Son momentos difíciles para una economía, en la que las empresas deben esforzarse el doble o triple por expandirse.
Todo esto te lo digo porque, el 1ro de abril, la curva de rendimientos se invirtió.
Que esto ocurra no garantiza una crisis en el corto plazo. De hecho, en 2019 la curva de los bonos del Tesoro estadounidense se invirtió, pero volvió a una tendencia ascendente muy rápido.
Pero sí es importante tener en cuenta que podríamos estar atravesando un momento bisagra, dando el paso a una era de menos crecimiento económico.
Esto no quiere decir que todo vaya a ser cuesta arriba de aquí en adelante. Los traders como yo podemos anticiparnos a estos cambios de tendencia para generar rendimientos en el corto plazo. Y los inversores con un horizonte temporal más amplio pueden tomar esta señal y actuar, armando posiciones que se beneficien durante tiempos de recesión.
O incluso, muchos podrían no hace nada. Como dije arriba, siempre hay margen de error; ningún indicador es 100% efectivo.
Ahora mismo, la curva de rendimientos no está invertida. Pero sigue siendo un evento importante que hace tres semanas sí lo haya estado.
Esos son los hechos. Ahora te toca decidir qué hacer.
Buen trading,
Germán Fuentes
Para El Inversor Diario
Economista con más de 25 años de experiencia en los mercados y autor del libro “El Inversor Exitoso”. Actualmente es editor de Proyecto 100%, donde ofrece recomendaciones de corto plazo en el mercado de las opciones financieras.