¿Puede el dinero comprar tu felicidad?
Es una pregunta de larga data que tiene muchas respuestas diferentes, dependiendo de a quién le preguntes.
El gráfico a continuación aborda esta pregunta fundamental desde una perspectiva basada en datos y brinda una solución potencial: el dinero compra algo de felicidad, pero solo hasta cierto punto.
El incremento de la felicidad
Te propongo un caso práctico-teórico.
Digamos que tenés dos personas hipotéticas: una de ellas se llama Gill Bates y es un multimillonario, y la otra se llama Josefina Pérez y tiene un patrimonio neto más promedio. ¿Quién crees que sería más feliz si su riqueza se duplicara instantáneamente?
Bill podría estar feliz de tener más en el banco, pero en términos materiales probablemente su vida no cambie mucho; después de todo, ya es un multimillonario. En el lado opuesto, Josefina también tiene más en el banco y es probable que pueda usar esos recursos adicionales para brindar mejores oportunidades para su familia, salir de deudas o mejorar su equilibrio entre la vida laboral y familiar.
Estos recursos se traducen en cambios reales para Josefina, que podrían incrementar su nivel de satisfacción con la vida.
Al igual que en estas hipótesis, los datos cuentan una historia similar cuando observamos países.
¿Qué nos dicen los datos?
El gráfico previo analizaba la relación entre el PIB per cápita y los niveles de felicidad autoinformados de cada país. Las fuentes de datos son el Banco Mundial y el Informe sobre la felicidad mundial 2017.
Según las cifras, la relación entre el dinero y la felicidad es fuerte desde el principio de la escala para todos los países. Luego, más tarde, cuando se cumplen los elementos mínimos materiales de la jerarquía de Maslow, la relación se vuelve más difícil de predecir.
En general, esto significa que a medida que la riqueza de un país aumenta de USD 10.000 a USD 20.000 por persona, probablemente también subirá la escala de felicidad. Para un doble de USD 30.000 a USD 60.000, la relación aún se mantiene, pero tiende a tener mucha más variación. En este espectro de variación es donde las cosas se ponen interesantes y donde podemos encontrar algunas regiones con valores atípicos.
Algunos de los valores atípicos más obvios se pueden encontrar en América Latina y el Medio Oriente:
En América Latina, las personas informan que están más satisfechas que lo que predeciría la tendencia entre el dinero y la felicidad.
Costa Rica se destaca en particular aquí, con un PIB per cápita de USD 15.400 y una calificación de 7,14 en la Escala de Cantril (que es una medida de la felicidad). Costa Rica tiene una calificación de felicidad más alta que Estados Unidos, Bélgica o Alemania; todos países con niveles de riqueza mucho más altos.
En el Medio Oriente, la situación se invierte en muchos de los casos analizados. Países como Arabia Saudita, Qatar, Irán, Irak, Yemen, Turquía y la U.A.E. están todos en el otro lado de la línea de tendencia.
Medio Oriente es un lugar donde el continuo riqueza-felicidad no parece mantenerse tan bien como lo hace en otros lugares del mundo.
Curiosamente, en Qatar, que en realidad es el país más rico del mundo en términos per cápita (USD 127.000), las cosas están aún más fuera de control. Qatar sólo obtuvo un 6,37 en la Escala de Cantril, lo que lo convierte en una gran excepción incluso en el contexto del Medio Oriente, que ya de por sí maneja valores fuera de lo común.
Cerca de Quatar; Arabia Saudita, U.A.E., y Omán, que son más pobres que aquel en su PBI per cápita, son lugares más felices. Omán califica a 6,85 en la escala de satisfacción, con menos de un tercio de la riqueza per cápita de Qatar.
También hay otras jurisdicciones extremas en la lista: Tailandia, Uzbekistán y Pakistán son significativamente más felices que lo que proyectaría la línea de tendencia (o su ubicación regional). Mientras tanto, lugares como Hong Kong, Irlanda, Singapur y Luxemburgo están menos felices que lo que su nivel de riqueza podría predecir.
¿Dónde estás felicidad?
Por último, te comparto un mapa hecho en base al séptimo Informe Mundial sobre la Felicidad Mundial en 2019, que clasifica a 156 países por sus niveles de felicidad:
Como conclusión, podemos decir que difícilmente un país que tenga altos niveles de pobreza tendrá una población feliz. Sin embargo, una vez alcanzado determinado nivel de riqueza, tal como lo decía Maslow, las personas empezarán a buscar otras cosas más allá de lo que el dinero pueda darles, o como decía la publicidad: hay cosas que el dinero no puede comprar.
Saludos,
Matías Daghero