Detrás de una especulación puede haber una contraparte (otro inversor) que está tomando cobertura en la misma transacción. Así, los especuladores y los conservadores que buscan cobertura conviven en armonía, aceitando las posibilidades para todos los gustos.
A lo largo de la historia, se han desarrollado diversas hipótesis sobre cuál es la relación entre el comportamiento de una persona como individuo por un lado y como inversor por el otro.
No hay una conclusión directa sobre los casos de estudio. Mientras que algunas investigaciones señalan que muchas personas tienen comportamientos idénticos como “persona” e inversor, en otros análisis no se encuentran patrones de coincidencia.
En mi caso particular, sí encuentro puntos de contacto.
A pesar de que trato de separar mi vida privada de la profesional, lograr esa dinámica es un ejercicio difícil teniendo en cuenta los vaivenes permanentes de los mercados financieros. En medio de esa lucha interna de desconectarme de las inversiones cuando llego a mi hogar, tomo aspectos de mi rol de ciudadano para aplicarlo a mi estrategia de inversión.
Soy planificador, estructurado y me gusta correr pocos riesgos en mis actividades ordinarias. En este sentido, tomo todos los recaudos posibles más allá de las exigencias propias de la ley.
Tengo un seguro contra todo riesgo para mi automóvil, seguro contra incendio para mi hogar y un seguro de vida y retiro para planificar el futuro de mis hijos y mi mujer ante cualquier eventualidad. En palabras simples, me gusta tener una cobertura ante los riesgos.
Llevado al terreno de las inversiones, con una parte no menor de mi portafolio soy conservador. Adopto una estrategia defensiva con el 70% de mis inversiones, de manera tal de que pueda dormir tranquilo sabiendo que esa parte de la cartera hace correctamente su trabajo. Allí, claramente busco cubrirme de los ciclos de los mercados.
Pero con el 30% de mi portafolio, debo confesarte que no soy tan cuidadoso. Me gusta el riesgo, la adrenalina y la especulación. Allí, busco retornos altos en poco tiempo entendiendo las reglas de juego de los riesgos que asumo.
Cada uno, como inversor, debe identificar cuánto de cobertura quiere en su cartera y cuanto de especulación.
Y si de estos dos conceptos hablamos, creo que es el contexto ideal para hablar de un instrumentos financiero que tenemos al alcance de la mano que cubre ambas necesidades a la perfección: las opciones financieras.
De especuladores y conservadores
Las opciones financieras son contratos que se operan dentro de la categoría de lo que se conoce como “derivados financieros”. Esto es así porque derivan de otro activo, que es conocido, una especie de “activo madre” que se conoce con el nombe de activo subyacente.
En el mercado financiero existen dos tipos de opciones financieras: las de compra, denominados en inglés calls, y las de ventas, que se identifican como puts.
Estos contratos se negocian libremente en las bolsas por parte de todos los inversores. Tanto calls y puts tienen fechas específicas de vencimiento (que no pueden ser cambiadas discrecionalmente por los inversionistas) y distintos precios de ejercicio (llamados strikes) que dan derechos a quienes compran esos contratos.
¿Qué tipo de derechos otorgan?
El que compra una opción de compra tiene el derecho, pero no la obligación, de comprar el activo subyacente (la acción) al precio de ejercicio (strike) hasta un momento determinado en el tiempo (vencimiento). Para adquirir ese derecho, paga una prima (precio del contrato) que es lo que se negocia libremente en la Bolsa.
En la misma línea, el que compra una opción de venta tiene el derecho, pero no la obligación, de vender el activo subyacente (la acción) al precio de ejercicio (strike) hasta un momento determinado en el tiempo (vencimiento). También paga la prima del contrato para este fin.
Lo que es maravilloso del mercado es que ahí confluyen todos los actores con expectativas distintas y que permiten que haya operaciones. Justamente porque cada inversor tiene su propia percepción sobre la tendencia futura de los activos financieros es que se pueden producir los intercambios.
Recordá que para que se materialice una operación tiene que existir alguien que quiera comprar y alguien que quiera vender al mismo precio. Y si uno compra y otro vende en el mismo momentos es porque tienen expectativas opuestas sobre cómo evolucionará el activo en cuestión.
Y en este intercambio, también se conectan especuladores, por un lado, y quienes buscan cobertura, por el otro.
Un ejemplo te permitirá darte cuenta de la situación.
Vos en el rol inversor que busca la cobertura
Suponete que tenés en tu portafolio la acción AB, comprada a USD 10 y que en este momento vale USD 12. Tu ganancia hasta la fecha es del 20%. Hacia adelante tenés dudas de si la acción puede seguir subiendo, y buscás proteger esa ganancia. En definitiva, te gustaría encontrar una cobertura para esa utilidad.
Con las opciones financieras tenés dos caminos para hacerlo.
Podés comprar una opción de venta, con un strike de USD 12, con vencimiento de un mes, pagando una prima de USD 0,50 por cada contrato. Con esto, en el transcurso del próximo mes te aseguras de poder vender a USD 12 tus acciones pagando ese precio mencionado de USD 0,50.
Si al vencimiento de la opción, la acción está por encima de USD 12 no ejercerás el derecho de la opción comprada, perderás la prima y decidirás si vender o no las acciones en ese momento a un precio mayor.
Pero si la acción cotiza a USD 10 al vencimiento del put, entonces ejerces tu derecho y le vendes las acciones a USD 12 a quien te vendió la opción de venta en su momento. Ahí lograste cubrirte.
También podés lograr cobertura con el call u opción de compra. Podés vender contratos sobre tu posición en acciones. Allí cobrarás la prima que te da una cobertura adicional a tu posición y le cedés el derecho a un tercero (el que compra el call) a comprarte las acciones AB al precio convenido (strike). Así, tus acciones están protegidas.
Ahora, ponete en rol de Especulador.
Especular no está nada mal
En nuestras sociedades, el especulador está visto como alguien malo, avaro y que hace mucho daño. Eso se llama prejuicio. En los mercados financieros, sin los especuladores no habría operaciones bursátiles. Son ellos los que compran y venden permanentemente ofreciendo liquidez suficiente en las distintas bolsas.
Y así como te dije que con el 30% de mi cartera me gusta especular, vos también podés hacerlo.
Con opciones financieras hay una gran posibilidad, siempre que entiendas los riesgos y el funcionamiento de las mismas.
Ahora como especulador suponete que pensás que una acción puede subir mucho de precio por algún evento puntual. No tenés total seguridad ni tanto dinero para apostar a esta situación. Acá, las opciones de compra (call) te dan una chance.
Podés comprar algunos contratos call que te dan derecho a comprar el activo subyacente a un precio determinado. Si dicho activo sube mucho en el transcurso de las próximas semanas, entonces ese call se valorizará más (la prima costará más) ya que el derecho de comprar algo más barato valdrá más. En términos simples, la prima que pagaste en su momento se cotizará mucho más alto en poco tiempo, permitiéndote vender el contrato, cobrar más por tu prima y hacer una gran diferencia en poco tiempo.
De eso se trata especular. De correr riesgos y ganar. Desde ya, la cosa puede no ir como lo pensamos en su momento y entonces la prima puede caer fuerte (y hasta valer cero) si la acción no sube o, incluso baja.
Análogamente, si esperamos que una acción baje, podemos comprar un put de ese activo subyacente, pagando una prima determinada. Si efectivamente la acción baja luego, la prima pagada se revalorizará ya que tiene más valor el derecho de vender el papel a un precio alto sabiendo que cada vez cuesta menos en el mercado.
Lo interesante de todos estos ejemplos es que detrás de tu especulación puede haber una contraparte (otro inversor) que está tomando cobertura en la misma transacción. Así, los especuladores y los conservadores que buscan cobertura conviven en armonía en los mercados de capitales, aceitando las posibilidades para todos los gustos.
Es así como se rompen los prejuicios y los mercados funcionan con eficiencia. En este sentido, las opciones financieras juegan un rol fundamental en la búsqueda de este objetivo.
A tu lado en los mercados,
Diego Martinez Burzaco
Para Inversor Global
Es economista de la Universidad de Buenos Aires con especialización en Mercados de Capitales, cuenta con más de 18 años de experiencia en los mercados internacionales. En Inversor Global es Jefe de Estrategia y editor de los servicios Crisis & Oportunidad, Situaciones Extraordinarias y Doble o Nada.