Hoy vas a aprender las reglas más importantes para operar contratos futuros. Un mercado muy rendidor pero peligroso: solo para quienes confían en su pulso frío.
Al contrario de lo que muchos creen, los especuladores financieros no hacemos futurología. Los especuladores arriesgamos en cada operación algo “dispensable”, prescindible, para ganar algo que pensamos será relativamente más grande, y esto solamente cuando creemos que las probabilidades están a nuestro favor.
Decidimos arriesgar en un intercambio parte de nuestro capital por “probables” ganancias mayores. Visto desde la perspectiva del paso del tiempo, resignamos dinero con el que comprar cosas hoy para poder comprar muchas más cosas mañana.
En pocas palabras, nuestro objetivo como especuladores es ganar, de manera consistente en el tiempo, arriesgando lo menos posible y apuntando a lo máximo posible.
¿Qué son los “futuros”?
El contrato de futuros, comúnmente conocido como “futuros”, es un contrato entre dos partes que se comprometen a, en una fecha futura establecida y a un precio determinado, intercambiar un activo, llamado activo subyacente, que puede ser físico, financiero o de materias primas.
Lo que hace realmente interesante el mercado de futuros para los especuladores es esl apalancamiento: permite invertir por un dinero mayor que del que disponemos, dejando un pequeño capital en garantía. Por ejemplo, en el caso de los contratos de dólar futuro, uno podría con USD 100 estar invertido por el equivalente a USD 1.000.
Pero cuidado, esto es peligrosísimo sin un plan. Así como nuestras ganancias serán una multiplicación del capital que tenemos disponible, también lo pueden ser nuestras pérdidas.
El pasaje al cielo es muy parecido al pasaje a la ruina… si no tenés un plan.
¿Cómo se planifica una estrategia con futuros?
Cuando opero futuros hay pilares inamovibles que debo considerar. En el servicio que edito, Argentina Futuro, cada vez que abrimos posiciones especulativas tenemos en cuenta las siguientes condiciones:
(a) operar a favor de la tendencia,
(b) encontrar un punto de entrada con ratio beneficio/riesgo favorable, y
(c) manejar adecuadamente el riesgo asumido en la operación.
Las condiciones (a) y (b) nos permiten detectar cuándo se dan las oportunidades para operar en el mercado con las probabilidades a nuestro favor. Mientras que la condición (c) debe ser puesta en práctica sí y sólo sí se cumplen las dos primeras.
Como te dije más arriba, al operar en descubierto con grandes valores dolarizados, el riesgo que podés asumir cuando operás futuros es alto, y eso hay que tenerlo en cuenta. La estrategia tiene que considerar solo cuatro salidas posibles, considerando incluso el peor escenario. Si alguna opción de las que estás evaluando incluye una quinta, estás cometiendo un grave error.
Los resultados posibles son:
(1) Una gran ganancia.
(2) Una pequeña ganancia.
(3) Cubrir los costos.
(4) Una pequeña pérdida.
Pero nunca jamás debés arriesgarte a una gran pérdida, ni en el peor escenario, sin importar la ganancia posible.
¿Cómo administramos los resultados?
Cuando operamos con varias operaciones de futuros, los resultados se deben enfocar en un marco estratégico en lugar de ser tomados aisladamente.
Las grandes ganancias se deben considerar un colchón compensatorio para las posibles pérdidas. Mientras mayores sean las ganancias, menor será el porcentaje de operaciones ganadoras que necesitaremos para lograr rentabilidad.
Las operaciones en las que “salimos hechos” generalmente suceden cuando no se desarrolla el movimiento que esperábamos hacia el objetivo planteado. Este tipo de operaciones libera parte de nuestro capital para buscar nuevas oportunidades.
Una pequeña pérdida es nuestro costo de hacer negocios. Como dijimos anteriormente, para ganar algo en casi todos los órdenes de la vida, hay que dejar algo a cambio. Como especuladores financieros, sólo dejaremos que el mercado nos tome varias pequeñas pérdidas. Y para ello, debemos imponer y respetar a rajatabla nuestro stop loss.
Stop loss es el valor mínimo que nos impusimos para salir de nuestra posición. Si nuestro pronóstico no se cumple y el valor de nuestro activo comienza a caer, debemos asumir la pérdida y salir, por más que pensemos que tal vez pueda rebotar y volver a encaminarse. El stop loss es nuestro salvavidas, es un seguro contra las grandes pérdidas y juega a favor de nuestra rentabilidad a largo plazo.
Lo que importa es el final del día
Cuando uno hace un balance de las operaciones ejecutadas se encuentra con gran cantidad de trades de pequeñas pérdidas que se verán más que compensados con aquellos que deparen grandes ganancias, haciendo crecer nuestro patrimonio.
Tomemos por ejemplo los resultados de Argentina Futuro, el servicio que edito desde su lanzamiento, en mayo de 2018:
Buscando la analogía con los deportes, podemos decir que es muy parecido al tenis. Ningún tenista, ni siquiera Roger Federer o Rafael Nadal, entra a la cancha pensando que va a ganar el 100% de los puntos que se jueguen. Pero lo que hace a los grandes jugadores es ganar los puntos clave.
La pregunta fundamental de todo especulador:
¿qué haré si me equivoco?
Los especuladores evaluamos diferentes escenarios para cada una de nuestras operaciones. Y, en consecuencia, establecemos un plan para gestionar la operación en caso de que se produzca alguno de esos escenarios.
La planificación anticipada ayuda a evitar el autosabotaje emocional en el calor del momento (sí, emocional: tus emociones son las peores consejeras para tu cartera de inversiones). El plan debe estar escrito y debe ser seguido al pie de la letra mientras nuestra operación permanezca abierta.
Como operadores sólo tenemos dos variables controladas:
• Por un lado, si sabemos que hay grandes riesgos latentes en un activo, debemos limitar el riesgo que asumimos en la operación.
• Por el otro, debemos ingresar en la operación siempre que el retorno potencial compense con creces el riesgo que asumimos.
Siempre debemos estar preparados para el peor escenario posible. Y ya hemos dicho que el peor escenario posible que manejaremos como especuladores será una pequeña pérdida, que compensaremos con un “colchón” de ganancias.
El colchón determinará el tamaño de nuestra posición en el mercado. Es importantísimo que tengas esto presente.
Stop Loss: el seguro contra la ruina
Mantener una operación perdedora porque no se quiere asumir la pérdida inicial, es una estupenda manera de convertir una pequeña pérdida en otra más grande.
Así que ya sabés: operá con futuros tranquilo y apalancado, pero con un cuaderno a mano y un pulso firme para dar por terminado un plan que no salió como lo esperabas cuando sea necesario.
Si podemos quitar de nuestras posibilidades a las grandes pérdidas, seremos rentables durante toda nuestra vida.
Saludos,
Matías Daghero
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina. El Inversor Diario te permitirá acceder a información exclusiva sobre los mercados internacionales y podés suscribirte haciendo click acá.
Es Asesor Financiero Certificado por IAEF (Argentina) e IEAF (España), Especialista en Dirección de Finanzas (ICDA-UCC) y Contador Público (UCC).