Muchos agoreros buscan desestimar a las empresas que pagan dividendos. Instalan la idea de que este tipo de compañías atraen a inversores incautos para hacerles perder dinero. Pero es contar solo una parte de la historia en busca del beneficio propio. En esta nota te cuento quiénes son estos personajes y cómo protegerte de ellos.
Cuando comencé a invertir en acciones creía que la única manera de generar ganancias era comprando barato y vendiendo caro. Ignoraba que una de las fuentes de ganancia más sorprendentes que existe en el mercado de acciones es la reinversión de los dividendos que distribuyen las compañías.
Al entender cómo se potenciaba la rentabilidad de mi portafolio teniendo este tipo de acciones en el largo plazo, descubrí que era una estrategia de inversión muy poderosa.
Pero no todos los asesores financieros piensan de la misma manera. O peor, lo piensan pero dicen otra cosa. Son lo que yo llamo, “enemigos de los dividendos”.
Hace unos meses, leí un artículo publicado por el CEO de la Consultora de Inversiones Kau Markets de España. La introducción era realmente muy impactante: señalaba que las grandes empresas distribuyen dividendos para seducir a un conjunto de inversores desprevenidos y estafarlos.
Decía lo siguiente:
“Cuando el dividendo se cobra en efectivo, el pago se descuenta automáticamente del precio de mercado de la acción, el mismo día de su pago. Aunque pensemos que hemos ganado algo de dinero, en realidad todo ha quedado igual. Ahora nuestras acciones valen menos y tenemos una parte de su precio en el banco. El resultado en realidad es el mismo que antes de cobrar”.
De a poco iba entendiendo el eje de la cuestión. Sólo se hablaba de una parte de la historia y el análisis era totalmente sesgado. Eso determinaba que su conclusión fuese totalmente incorrecta.
De hecho, si esto fuera cierto no me imagino a inversores de la talla de Warren Buffett enterarse de que las empresas en las cuales han invertido durante toda su vida lo habían estafado.
Para despejar cualquier tipo de duda te voy a explicar qué es lo que realmente sucede cuando invertimos en acciones de dividendos y de una vez por todas, desmentir la teoría de la estafa en torno a esta excelente inversión.
Comprender las fechas es clave
Es muy común en el ambiente bursátil hablar de que una compañía está cotizando “con” o “sin” el dividendo. Y es clave que el inversor comprenda si tiene el derecho o no de cobrar el último dividendo declarado y pendiente de pago.
Para ello hay que entender que el precio de las acciones caerá en la fecha ex dividendo por el mismo monto del próximo pago.
Te muestro un ejemplo concreto con la empresa “X”.
Hoy 23 de diciembre de 2019, la empresa “X” anuncia que pagará un dividendo por acción de USD 1. (Fecha de declaración). La empresa determina que el pago se hará efectivo el día 16 de enero de 2020 (Fecha de pago) para todos aquellos accionistas registrados hasta el 11 de enero. (Fecha de registro).
Un día antes, el 10 de enero, las acciones de la firma en el mercado cotizarán como ex dividendo. (Fecha ex dividendo).
¿Qué es lo que pasará?
Si las acciones de “X” el 9 de enero cotizan a USD 101, los inversores contemplan una caída de USD 1 al día siguiente, ajuste por el cual le quita el derecho a los nuevos compradores a recibir el dividendo. Esto significa que comprar inmediatamente antes o después de la fecha ex-dividendo no implica tener un beneficio adicional, es simplemente una elección.
Es decir que tenemos dos alternativas.
# 1- Puedes pagar USD 101 el 9 de enero y obtener el dividendo de USD 1 el 16 de enero, con lo cual te quedará un valor neto de USD 100.
# 2- Puedes pagar USD 100 el 10 de enero, que es exactamente el mismo importe que el valor neto anterior.
El ajuste natural que se realiza en el mercado hace que sea indistinto comprar en un momento u otro. Pero esto es lo que dice la teoría y a lo que hace referencia el analista español para determinar que estas empresas son una estafa.
La realidad es que los precios de las acciones no suelen caen exactamente en la misma cantidad del monto del dividendo a abonar. Y es aquí cuando digo que esta es sólo una parte de la historia.
El éxito está en el largo plazo
Hay factores que influyen en la cotización de una acción más allá del ajuste que te acabo de explicar. Y esto tiene que ver con los movimientos diarios en el mercado, en función del interés de los inversores por la firma en cuestión.
Los precios de un activo se mueven en función de la oferta y la demanda. Dependen de cómo varían las expectativas que tienen los inversores sobre esa compañía. Aquí entran en juego variables económicas que afectan al sector, la evolución de su negocio y hasta incluso la aparición de un nuevo competidor.
Lo que siempre debes tener en claro es que comprar acciones sólo para cobrar el dividendo es absurdo. Puedes elegir entre pagar una prima para tener el derecho a cobrarlo o comprar a un precio más bajo un día después. Es exactamente lo mismo.
La compra de acciones que pagan dividendos especulando con estas fechas no es la estrategia correcta.
El verdadero beneficio de un inversor que busca obtener ingresos adicionales en torno a los dividendos es identificar las acciones adecuadas, en el momento oportuno.
Aunque también hay que ser selectivo y dejar que el tiempo se encargue del resto.
¿Por qué?
Porque reinvertir los dividendos que vayas cobrando de la compañía, hará que los dividendos futuros se calculen sobre un capital mayor. Eso es lo que se conoce como el efecto del interés compuesto.
Sin ir más lejos, solo basta con mirar un gráfico comparativo entre el Índice S&P 500 y el fondo indexado de los Aristócratas de los Dividendos (NOBL) para darse cuenta. Este fondo está compuesto por las compañías del S&P500 que han aumentado ininterrumpidamente el pago de dividendos durante más de 25 años.
La fortaleza y estabilidad de este instrumento a partir de la reinversión de los dividendos, le ha permitido superar al rendimiento del S&P500 desde su creación en el año 2005.
En el siguiente gráfico, se ve cómo se potenciaría la inversión de tan solo USD 100 en el conjunto del mercado y en este increíble fondo de dividendos.
Mientras el Índice S&P500 obtuvo un rendimiento del 200% desde 2005 hasta 2018, el fondo de dividendos lo superó ampliamente obteniendo un fabuloso 260% de rentabilidad. Como te dije antes, no se trata de una estafa. Es una estrategia de inversión que se potencia con el interés compuesto y el paso del tiempo.
Si podés identificar empresas de calidad con un largo historial de dividendos crecientes no tendrás que preocuparte. Te aseguro que una vez que aprendas a interpretar cómo funcionan las fechas, el éxito lo tendrás asegurado.
Hasta la próxima,
Diego Matianich
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina. El Inversor Diario te permitirá acceder a información exclusiva sobre los mercados internacionales y podés suscribirte haciendo click acá.
Diego Matianich es economista, con más de 15 años de trayectoria analizando la economía global y los mercados financieros. Tiene un posgrado en Value Investing y una especialización en Fusiones y Adquisiciones, propone inversiones capaces de ofrecer el equilibrio perfecto entre seguridad y rendimientos atractivos. Colabora con notas de opinión en periódicos especializados en Argentina y se desempeña como jefe de Research en Inversor Global, con la misión de sumar valor agregado a los distintos servicios de suscripción de la compañía