Desde que comencé a invertir en los mercados aprendí que lo verdaderamente importante es buscar el mejor camino posible para detectar acciones ganadoras. Y aunque haya caminos que se bifurcan, siempre debés tratar de encontrar el oasis.
No hay una ciencia exacta que explique cómo se mueven los precios de las acciones en el mercado. Tampoco existe una regla que permita encontrar las acciones ganadoras con un 100% de acierto.
Aun así, lo que sí está a nuestro alcance es una variedad de herramientas que nos permiten tener una buena idea de hacia dónde apuntar para invertir y en qué momento.
Existen dos criterios o enfoques de inversión bien distinguidos que, según mi visión, se complementan el uno al otro.
En este sentido, algunos inversores toman lo que llamo el camino “artístico”. En base a los datos históricos de las cotizaciones de un activo, buscan patrones y tendencias en los precios para arribar a una conclusión.
Otros prefieren enfocarse en los fundamentos de las compañías para determinar dónde puede haber valor. Estos principios esenciales terminan por demostrar si la inversión es viable o no.
Veamos cada uno un poco más en detalle para luego definir cuál sería el más acertado.
Los verdaderos “artistas” de los mercados
En primer lugar, vamos a hablar del enfoque que siguen los analistas técnicos.
Por medio del análisis técnico podés desarrollar una capacidad de interpretación extraordinaria. Podés llegar a ver en el mercado por medio de figuras y patrones, lo que otras personas no podrían imaginar.
El análisis técnico te permite “predecir” el futuro de cualquier activo, mirando su desempeño histórico en un gráfico y empleando una gran variedad de indicadores.
La particularidad del análisis técnico es que se puede aplicar el mismo método para una acción, un bono, un determinado mercado y hasta la cotización de una moneda.
Por tal razón, al analista técnico no le interesa saber lo que hay detrás del gráfico, si es una empresa no sigue los números de sus balances, no le importan los factores que puedan afectar su negocio, si tiene una política de distribución de dividendos, nada de eso es parte de su análisis.
En función de este tipo de estrategia, es posible saber cuándo es el mejor momento de comprar y cuando el de vender.
Lo único que importa es “el valor”
Desde una perspectiva distinta, podemos abordar un activo investigando a fondo para conocer qué hay detrás del gráfico y arribar a una idea de valor.
Warren Buffett, uno de los inversores más reconocidos del mundo, es el principal exponente de la escuela del análisis fundamental.
A lo largo de su vida acuñó frases que sintetizan su filosofía: “No inviertas en un negocio que no entiendes como funciona” o “Precio es lo que pagas, valor es lo que recibes”.
Como analista fundamental invertís en una empresa solo si estás seguro de que el negocio que hay detrás es viable y lo hace una oportunidad de inversión en el mediano y largo plazo.
Las fluctuaciones diarias en los precios de un activo carecen de importancia, en el marco de este enfoque. Esto se debe a que la inversión se basa en el valor intrínseco del instrumento y, a partir de allí, se determina si la empresa vinculada a éste cotiza con descuento o está sobrevaluada en el mercado.
Para identificar este valor intrínseco, el análisis fundamental se centra en el estudio de balances financieros y en las proyecciones de ingresos en distintos escenarios futuros. De esta manera, incluso, se puede contemplar la posibilidad de que un hecho relevante afecte directa o indirectamente al activo.
Un ejemplo concreto desde ángulos distintos
Veamos un ejemplo concreto de ambos tipos de análisis con la acción de la minera brasilera Vale Río Doce (NYSE: VALE).
Un analista técnico miraría este gráfico y vería que la acción está dentro de una tendencia bajista de mediano plazo. Lo podemos ver dentro de las líneas de color blanco que unen una sucesión de puntos mínimos y máximos decrecientes.
Pero al mirar con atención, también encontraría un patrón alcista dentro de esa misma tendencia. Como podés observar en el gráfico, se ha formado una sucesión de puntos mínimos cada vez más altos. Y cada vez que los precios tocan esa línea, la acción retoma el alza.
Pero esto no es todo.
El analista técnico no se fía solo por una primera impresión gráfica. Intenta confirmar su visión sobre el papel utilizando otros instrumentos adicionales que proporcionan habitualmente las plataformas de trading.
El “oscilador estocástico” es uno de ellos. Es un indicador de gran utilidad para ver cuánto varía el precio de una acción con relación a la cotización más alta y baja alcanzada en un período de tiempo. Se cree que por debajo de los 20 puntos (o la zona marcada en violeta) el precio de la acción ha tenido una variación inusual y se interpreta como una acción que ha quedado “sobrevendida”.
Esto confirma la visión inicial del análisis y podría determinar una auténtica SEÑAL DE COMPRA para el analista técnico.
Ahora veamos qué haría el analista fundamental.
En primer lugar determinaría si el entorno en el cual se desenvuelve la compañía es apropiado para que su negocio prospere. Estaría atento no sólo a la evolución de la actividad económica de Brasil, sino también a la del principal destino de sus exportaciones: China.
Si el contexto es favorable, pasaría al próximo paso.
Lo que sigue es ver en profundidad la salud de la compañía en términos financieros. La mejor manera de hacerlo es acudiendo a los reportes contables, dónde el analista podrá ver cómo ha evolucionado el negocio en los últimos años y, con ello, proyectar lo que podría suceder en el futuro.
Como podemos ver a continuación, la minera ha estado informando un incremento sostenido de sus ingresos y ganancias en los últimos tres años. Esto es de vital importancia para el analista, porque puede determinar que es una empresa en crecimiento constante.
Hasta aquí los fundamentos parecen ser sólidos. El contexto es favorable y el negocio se está desempeñando muy bien. Pero antes de ver si realmente hay valor en la compañía, el analista fundamental debe pasar a la última fase: ver qué está pasando con los otros jugadores de la industria.
La herramienta ideal para eso es lo que se conoce como “la valuación por múltiplos”. Es una técnica que se utiliza para comparar ciertas métricas financieras entre las mismas compañías de un mismo sector. De esta manera, se puede detectar qué tanto valor hay en una u otra.
Una de las métricas más utilizadas tiene que ver con la relación “Precio/Ganancias (PE)”. Es simplemente el cociente entre el precio de mercado de la acción y su beneficio por acción y se interpreta cómo la cantidad de dólares que están dispuestos a pagar los inversores por cada dólar de ganancias que genere la compañía.
Cuánto más bajo es este indicador, “más subvaluada” esta la acción.
En el caso de la minera, los inversores están dispuestos a pagar USD 6,37 por cada USD 1 de ganancias. Esto es prácticamente la mitad de lo que están pagando por otros competidores de la industria.
Con este análisis integral que comprende el entorno favorable, un negocio pujante y una valoración positiva con respecto a sus pares, El analista fundamental también COMPRARÍA ESTA ACCIÓN.
Como pudimos ver, aunque ambas visiones utilicen distintos criterios de análisis ambas coinciden en que las acciones de VALE son una oportunidad de compra en este momento.
No importa el camino que escojas, sino las conclusiones a las que llegués. Quizás te resulte más fácil uno que otro. Por experiencia personal, te sugiero que no descartes ninguna de estas herramientas. Ambas se complementan perfectamente.
El análisis técnico te permite tener el “timing” justo para optimizar los puntos de entrada y salida de una acción. Y la mirada fundamental te permitirá invertir en empresas con negocios sanos y seguros.
Eso fue todo por hoy, nos vemos la próxima.
Por buenas inversiones,
Diego Matianich
Analista de Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Diego Matianich es economista, con más de 15 años de trayectoria analizando la economía global y los mercados financieros. Tiene un posgrado en Value Investing y una especialización en Fusiones y Adquisiciones, propone inversiones capaces de ofrecer el equilibrio perfecto entre seguridad y rendimientos atractivos. Colabora con notas de opinión en periódicos especializados en Argentina y se desempeña como jefe de Research en Inversor Global, con la misión de sumar valor agregado a los distintos servicios de suscripción de la compañía