El aumento en el precio del oro por encima de los niveles de septiembre de 2011, es solo cuestión de tiempo. Te explico en detalle los motivos de mi postura y te cuento cómo incorporar el metal a tu estrategia financiera.
Por Jim Rickards, desde Darien, Connecticut
Querido lector,
Las élites son extremadamente hostiles frente a la idea de que el oro debe tener algún rol en el sistema monetario. Para ellos, el metal no es más que una “reliquia barbárica”, como supuestamente dijo una vez John Maynard Keynes.
Según dicen, para el legendario economista el oro era tan o más anticuado que las carrozas impulsadas a caballo y los daguerrotipos.
Y sin embargo, Keynes en realidad nunca habló así del metal dorado.
Lo que dijo fue más interesante. En su libro de 1924, Tratado Sobre la Reforma Monetaria, Keynes escribió: “el patrón oro es una reliquia barbárica”.
Keynes discutía no sobre el propio metal, sino sobre el patrón oro. A primera vista, tal vez parezca que no hay diferencia, pero sí la hay. En el contexto de 1924, Keynes tenía razón.
El patrón oro clásico terminó en 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial. Para poder pagar la guerra, los combatientes imprimieron grandes cantidades de dinero.
Tras el conflicto, muchos intentaron volver al patrón oro previo a la guerra. En 1925, por ejemplo, el Ministerio de Hacienda británico era Winston Churchill. Churchill quería volver al antiguo precio del metal, ignorando el hecho de que la impresión de dinero en tiempos de guerra exigía un precio mucho más elevado. En términos prácticos, sobrevaluó la libra.
Keynes le aseguró a Churchill que esto resultaría en un desastre deflacionario. Si Gran Bretaña volvía a un patrón oro, era necesario fijar un precio más alto para el metal. Churchill ignoró su consejo.
El resultado, fue una enorme ola de deflación y depresión económica en Gran Bretaña, años antes de que la depresión llegara al resto del mundo.
Este patrón oro históricamente errado, que prevaleció hasta 1939, debió haber sido descartado desde el primer momento, o al menos debió haber sido destituido antes de que la Segunda Guerra Mundial lo hiciera.
Hoy en día, no hay un banco central en el mundo interesado en volver al patrón oro. Pero ese no es el punto. La pregunta es si se verán forzados a hacerlo.
He tenido conversaciones con varios presidentes de los Bancos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Si les preguntas, “¿hay un límite teórico para el balance de la Reserva Federal?”, responden con un rotundo no.
Dicen que hay razones de política monetaria para incrementar o reducir los balances, pero que no hay un límite para la cantidad de dinero que pueden imprimir. Y ciertamente, estamos viendo esa mentalidad en este momento.
La mala noticia, es que están totalmente equivocados. Eso es lo que dicen; así piensan; y así actúan. Pero en el fondo, incluso ciertos funcionarios de la Fed saben que están mal.
Afortunadamente, los inversores no están indefensos.
A los que aseguran que el patrón oro es algo del pasado, siempre les respondo que, en cierto modo, hoy en día estamos viviendo en uno.
Puedes armar tu propio patrón oro simplemente comprando el metal físico. En otras palabras, si crees que el valor del papel moneda caerá o si temes que ya no habrá confianza en éste, una forma de protegerte es comprando oro.
Y no hay nada que te lo impida.
Un argumento típico es: “¿cuál es el punto de tener oro? Solo lo van a confiscar, como hizo Roosevelt en Estados Unidos en 1933”. Tal escenario me parece extremadamente improbable.
En ese entonces, los estadounidenses acababan de atravesar cuatro años de la Gran Depresión, y Roosevelt recién había sido electo presidente. La gente habla de los primeros cien días, pero él cerró los bancos justo después juramentar. Y subsecuentemente, confiscó el oro de los ciudadanos unas pocas semanas después.
Y atención: el proceso de confiscación no fue un paseo de puerta en puerta pidiéndole a cada uno su oro. El gobierno se enfocó en un pequeño número de personas que tenían lingotes de 400 onzas en bóvedas bancarias. Y llegaron a esas personas, porque pudieron cerrar los bancos y usarlos como intermediarios en este proceso.
En la actualidad, sin embargo, el metal amarillo está mucho más disperso y hay mucha menos confianza en los gobiernos del mundo.
Si hoy en día en Estados Unidos se emitiera un decreto de confiscación de oro hoy, habría varias formas de resistencia. El gobierno está al tanto de esto. Saben que una orden así no podría cumplirse y, al mismo tiempo, causaría varios tipos de desobediencia civil o rechazo.
Siempre que puedas poseer oro, puedes armar tu propio patrón oro. Es algo que recomiendo enormemente. No estoy sugiriendo que conviertas todo tu capital y ahorros en oro. De ningún modo.
Pero sí recomiendo tener el 10% de tus activos de inversión en oro (para el inversor conservador), tal vez incluso el 20% (para el inversor agresivo). Ni más ni menos.
Esas son distribuciones muy altas en relación con lo que tiene la gente. La mayoría directamente no tiene nada de oro.
Si la demanda aumenta repentinamente, como estamos viendo ahora, no hay suficiente oro en el mundo, al menos a precios actuales, para satisfacer la ola de compras.
Los precios tendrían que aumentar drásticamente para alinearlos con la demanda. Sí, puede que el metal dorado esté yendo al alza ahora, pero eso no es nada comparado con lo que se viene.
Si se dan ciertos escenarios, la cotización del metal podría dispararse con fuerza. Y esto podría suceder en un período de tiempo muy corto. No esperes un alza constante y gradual. El oro podría mantenerse o incluso caer un poco; más adelante, sin embargo, deberíamos ver alza tras alza tras alza.
A esas alturas, el metal amarillo se convierte en una fuerza importante en el mercado. En última instancia, anticipo que el oro llegará a los USD 10.000 por onza o más.
Esa cifra no es una invención ni un intento de llamar la atención. Es producto de matemáticas y cálculos reales. USD 10.000 es el número que obtienes cuando divides la oferta monetaria por la cantidad de oro en el mercado.
Cuando ocurra el escenario de “súper alza”, habrá dos tipos de inversores.
Primero están los que no se prepararon. Los ahorros en papel moneda desaparecerán; las cuentas de retiro se devaluarán; las pensiones, seguros y anualidades perderán valor a través de la inflación. Esto es porque no solo aumentan los precios del oro –el dólar se desplomará. El oro es un indicador del valor de la divisa estadounidense.
Es como tomar la temperatura de un paciente con fiebre y echarle la culpa al termómetro cuando éste indique 39º. El termómetro no tiene la culpa de la fiebre; solo te dice lo que está pasando.
Del mismo modo, el precio del oro no es un elemento económico ni un objetivo en sí mismo; es un indicador de los precios. Te dice lo que está pasando en la economía. Y el oro en los niveles de los que hablo estaría dando señales de hiperinflación, o algo parecido, pues nada sucede de forma aislada.
Este escenario parecía poco probable antes de la crisis. Pero ahora, el gobierno estadounidense está inyectando (y seguirá inyectando) tanto dinero como pueda, así que la inflación nuevamente es una posibilidad.
Puede que no suceda de inmediato. Podría tomar uno o dos años. Es difícil predecir el timing con tantas variables.
Sin embargo, una vez que las expectativas cambien hacia un período de inflación, el cambio podría ser dramático.
Aun así, los bancos centrales nunca volverán voluntariamente al patrón oro. Pero si el metal es solo una reliquia anticuada, si el oro no tiene ningún rol en el sistema monetario, si es una inversión “tonta”, ¿por qué los rusos y los chinos están acumulando oro en enormes cantidades? ¿Será que son tontos, o será que hay otras variables aquí?
Bueno, he hablado con muchas personas en esos países y puedo asegurarte que no son tontos.
Si se da un pánico con el papel moneda (que es completamente posible) o hiperinflación (también posible), los bancos centrales podrían no tener otra alternativa sino adoptar un patrón oro. No porque quieran, sino porque sería necesario para calmar a los mercados.
Te sugiero que compres tu oro a los niveles actuales, incluso si tienes que pagar una prima por eso. Esto te permitirá saltar a esta poderosa tendencia.
Podrás proteger tu patrimonio en estos días de incertidumbre. Como en todos los mercados, los precios fluctuarán. Nada sube en línea recta. Pero debes enfocarte en el largo plazo. Y en ese sentido, anticipo que el oro será un activo valiosísimo.
Así que te invito a seguir tu propio patrón oro personal. Algún día, el resto del mundo podría unirse a ti.
Saludos,
Jim Rickards
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Abogado y economista. Fue asesor de la CIA y el Pentágono y hoy es uno de los analistas financieros más leídos en Estados Unidos. Cuenta con 35 años de experiencia analizando exitosamente el contexto macroeconómico global. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, en Inversor Global es editor para Inteligencia Estratégica.