La clave no es el ver el futuro, sino saber que eventualmente llegará. Hoy me va bien porque me preparé y para eso, hacen falta herramientas predictivas poderosas. Ahora te mostraré una de mis preferidas.
Por Robert Kiyosaki
Querido lector,
De la actual crisis económica, eventualmente surgirá una nueva realidad financiera.
De eso estoy seguro, y lo espero con ansias.
La recesión a la que nos enfrentamos revelará problemas que nosotros, como sociedad, hemos estado ocultando durante mucho tiempo.
La buena noticia, es que una vez que se revelen estos problemas y la realidad salga a la luz, tendremos una oportunidad para encontrar soluciones reales.
La era industrial vs. la era de la información
Muchos de nosotros estamos comenzando a ver que, en la transición de la era industrial a la era de la información, las reglas del juego han cambiado.
Por ejemplo: en la era industrial, había seguridad laboral y lealtad empresarial. En la era de la información, estos dos factores son cada vez más escasos.
Antes, la importancia de las personas era directamente proporcional a su edad. Hoy, suele suceder lo contrario, especialmente en el campo de la tecnología.
Estos cambios se están dando al mismo tiempo que una “tormenta financiera” perfecta comienza a sentirse.
Lo que me preocupa, es que muchos no podrán ver los cambios que se aproximan, simplemente porque no están pudiendo notar las diferencias entre la era industrial y la era de la información.
De la misma forma que la mayoría ignora las diferencias entre los tipos de activos, muchísimas personas no están prestando atención a los cambios que se avecinan (pero que aún no están aquí).
Antes de una tormenta, como un huracán, comienzan a haber cambios en el viento, el agua y el clima en general. Ahora mismo, estamos atravesando ese momento de transición. Millones estamos conscientes del cambio, pero hay muchos más que no saben cómo será el vendaval financiero, qué tan fuerte será y exactamente dónde tocará tierra.
Pero más allá de eso, cuando la lluvia comienza a caer, uno sabe que hace falta actuar.
Bucky Fuller y su teoría
En 1983, leí un libro de R. Buckminster Fuller titulado Grunch of Giants. “Grunch” es un acrónimo de las siglas en inglés de “el gran robo universal”.
El libro habla de cómo los súper ricos y súper poderosos han robado y explotado a las personas durante siglos. Habla, en esencia, de una conspiración perpetrada por la élite.
La obra se remonta a los días de la realeza y se extiende hasta la actualidad. Fuller explica cómo los ricos y poderosos siempre han dominado a las masas. También afirma que, hoy, los ladrones de bancos no necesitan usar máscaras. Por el contrario, visten trajes y corbatas elegantes, tienen títulos universitarios y roban el dinero desde adentro, no desde afuera.
Cuando terminé de leer Grunch of Giants hace tantos años, me di cuenta de que se aproximaba la actual crisis financiera, pero no sabía exactamente cuándo llegaría. Parte de la razón por la que mis inversiones y negocios siguen funcionando bien, incluso con la crisis, es porque leí Grunch of Giants. El libro me dio tiempo para prepararme para la crisis.
El método que el Dr. Fuller empleó para predecir el futuro en su obra se basó en un principio que llamó efemeralización. Sin entrar en demasiados detalles, usaré la historia del Titanic como un simple ejemplo de este concepto.
Siglos antes de que se construyera el Titanic, los humanos aprendieron por primera vez que era posible construir navíos aferrándose a un tronco y flotando río abajo. Pronto, comenzamos a crear canoas rudimentarias.
Luego vinieron barcos más ligeros con tablas y clavos. Las naves de madera se hicieron cada vez más grandes, hasta la modernidad, cuando se crearon los primeros buques de guerra acorazados.
Una vez que se introdujo el acero, los barcos se convirtieron en los titanes de los mares, transportando pasajeros, carga y armamentos por todo el mundo. Los empresarios comenzaron a invertir en barcos cada vez más grandes –hasta el desastre del Titanic. Poco después de que el Titanic se hundió, la edad de oro de los barcos llegó a su fin.
Ese es un ejemplo extremadamente simplificado de la efemeralización, uno de los principios que Fuller usó para predecir el futuro.
En pocas palabras, hablamos de un proceso que comienza de a poco, pero que con el paso del tiempo se hace más grande. Eventualmente, se vuelve demasiado grande, así que vuelve a ser “pequeño”.
Esto último puede implicar dos cosas: desaparecer por completo, o hacerse tan avanzado que se vuelve “invisible”, como ocurrió con las telecomunicaciones inalámbricas.
En ocasiones, el crecimiento llega a su fin por medio de un desastre, como en el caso del Titanic y el dirigible Hindenburg. Fuller diría que la tecnología simplemente creció demasiado.
En el caso del Titanic y barcos similares, se hicieron demasiado grandes como para maniobrar a tiempo, los hombres que operaban los barcos creían que eran insumergibles y, además, se estaba gestando una nueva tecnología: el avión.
Para cuando ocurrió el desastre del Titanic, el avión estaba en sus etapas iniciales, comenzando de a poco y luego creciendo más y más.
“¿Qué es lo que quiere Dios?”
A menudo me preguntan: “¿cuál es el secreto de tu éxito?”, “¿cómo escribiste el libro de finanzas personales número uno en la historia?”, “¿cómo llegaste al show de Oprah Winfrey?”, “¿cómo llegaste a escribir dos libros con Donald Trump, el actual presidente de Estados Unidos?”, “¿cómo sobreviviste a los altibajos de tu vida, los errores garrafales, los fracasos, las traiciones de amigos y socios, los millones en pérdidas y los millones en ganancias?”
En 1983, mientras estudiaba con el Dr. R. Buckminster Fuller, me dijo algo muy particular: “hago lo que Dios quiere que se haga”. Entonces, me pregunté: ¿qué es lo que quiere Dios?
Es una pregunta que creo todos deberíamos hacernos.
En ese momento, yo estaba en el negocio del rock and roll. Me estaba divirtiendo. En esos días yo era cool –era amigo de algunas de las mejores bandas de la época, como The Police y Van Halen.
Pero honestamente, no me atrevería a decir que hacer productos para bandas de rock era lo que Dios quería, a pesar de que estaba ganando mucho dinero haciéndolo.
Entonces, ¿qué es lo que quiere Dios?
Aunque no puedo decir con certeza que sé la respuesta, sospecho que Dios no quiere que las personas vivan en la pobreza. Es por eso que comencé a enseñarle a otros lo que mi padre rico me enseñó a mí sobre el dinero. Y parece que tengo el visto bueno de allá arriba.
Hoy en día sigo enseñando. Y sí, gano mucho dinero. Como sugirió Fuller: abrí los ojos y me hice esta importante pregunta. Fuller, un futurista, analizaba constantemente la “evolución de nuestra evolución”. Se preguntó, “¿qué quería Dios para la humanidad, para el planeta, para el futuro?”
Cambia tu mentalidad
Con la llegada de la nueva economía, habrá una explosión de nueva riqueza. Habrá nuevos millonarios. Se crearán riquezas a velocidades supersónicas. La pregunta es: ¿serás uno de los nuevos ricos, o uno de los nuevos pobres?
En la década de 1950, mi padre rico vio el nuevo paradigma económico y tomó cartas en el asunto. Mi padre pobre fue aplastado por la nueva realidad. Él eligió la seguridad financiera, en lugar de la libertad, y al final, no tuvo ninguna de las dos.
Mi generación, los baby boomers, solo han conocido tiempos fáciles. Muchos no están preparados para los malos momentos.
Hoy, me va bien hoy porque comencé a prepararme para la tormenta hace más de 20 años.
Actúa con inteligencia.
Robert Kiyosaki
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, y una quincena de otros libros, es uno de los mayores gurús de las finanzas personales del mundo. Gracias a una alianza con Rich Dad Latino, en Inversor Global nos enorgullecemos de presentar Plan de Retiro Soñado, el único servicio donde Robert revela acciones puntuales para comprar y vender, y Súper Acciones Millonarias y Cash Flow semanal.