La moneda estadounidense es el blanco de un plan para eliminar el efectivo y corroer el ahorro de los ciudadanos. ¿Tendrán éxito las élites?
En tiempos de crisis, los políticos nunca dejan pasar la oportunidad de instaurar políticas extremas que corresponden con sus intereses, no con el bienestar de los votantes.
La gente las acepta porque tiene miedo y solo quiere soluciones. Como resultado, políticas con una oposición fuerte en tiempos tranquilos se aceptan sin problema en contextos de crisis. Un gran ejemplo de esto es la Ley patriota, instaurada en Estados Unidos en 2001.
En ese entonces, parecía una buena respuesta al terrorismo. Pero para 2016, esa misma ley se estaba utilizando para espiar a personas inocentes. Fue solo cuando volvió la normalidad que el verdadero costo de esas leyes salió a la luz.
Para entonces, ya era demasiado tarde. Es difícil instaurar una ley, pero es aún más difícil derogarla. A fin de cuentas, el plan radical permanece. Luego, los políticos dan un paso atrás y esperan a la próxima crisis para repetir el ciclo.
Ahora, la versión más reciente de esta táctica de las élites viene de mano del profesor de Harvard Ken Rogoff.
El profesor Rogoff es una de las principales voces en el movimiento “antiefectivo”. Rogoff y sus colegas quieren reemplazar el dinero físico exclusivamente con cuentas digitales. Eso le facilita a los Gobiernos congelar o confiscar los activos de los ciudadanos, imponer tasas de interés negativas y rastrear sus transacciones financieras en tiempo real.
Ahora que estamos en una pandemia y una nueva depresión, Rogoff está utilizando la crisis para impulsar su “sociedad sin efectivo” una vez más. No caigas en su trampa.
Una vez que te quedes sin efectivo, no lo verás nunca más. Estaremos atrapados en cuentas digitales que el Gobierno podrá controlar a discreción.
Si no pueden quitarte tu dinero, irán tras tu poder adquisitivo
Por un lado, las élites buscan eliminar el efectivo. Y por el otro, la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, hará todo lo posible por corroer el poder adquisitivo de tus ahorros.
La Fed está desesperada por generar inflación en Estados Unidos. Eso puede sonar extraño para una generación que creció con la idea de que en la primera economía siempre se controla la inflación.
Esta perspectiva proviene de un fuerte episodio inflacionario que Estados Unidos sufrió en la década de 1970. En aquel entonces, el país estuvo muy cerca de la hiperinflación, con tasas inflacionarias anuales del 15% y tipos hipotecarios del 13%.
En respuesta, la Fed luchó para controlar la inflación, meta que logró bajo el liderazgo de Paul Volcker. Sin embargo, en el proceso Volcker elevó las tasas de interés al 20% y hundió al país en lo que entonces fue la mayor recesión desde la Gran Depresión.
De todos modos, alcanzaron su objetivo.
La tasa inflacionaria en Estados Unidos cayó nuevamente al 3% al cabo de unos años. Desde mediados de la década de 1980 hasta 2008, la Reserva Federal fue conocida por controlar la inflación.
Pero tras la crisis financiera de 2008, las tasas de interés se recortaron hasta cero y los niveles de deuda en Estados Unidos se dispararon. De repente, la deflación se convirtió en una amenaza y el banco central buscó generar inflación.
Hay una razón secreta para esto: con una inflación del 2% y una tasa de interés del 0%, podían reducir a la mitad el valor del dólar (y el valor real de la deuda estadounidense) en 35 años.
Con inflación del 4% y tasas de interés del 1%, el valor de la deuda (y el dólar) se reduce a la mitad en solo 24 años. Suena bien, a menos que estés ahorrando tu dinero o vivas con un ingreso fijo.
Sin embargo, hay un gran problema con este plan: la Fed no podrá generar la inflación que quiere.
Durante décadas, la Fed ha modificado los tipos de interés con la expectativa de que tasas bajas se traducirían en la inflación alta que está buscando. Esta política ha fracasado estrepitosamente. (La razón es que tasas bajas e impresión de dinero no son lo que causa inflación; pero esa es otra historia.)
Pronto, la Fed anunciará que fijará metas de inflación en vez de metas para los intereses. Esto significa que mantendrán bajos los tipos de interés hasta que alcances sus metas inflacionarias.
Esta política fracasará, pero la Fed no lo sabe aún, por lo que la aplicarán de todos modos. Gracias a esto, puedes pronosticar la política monetaria estadounidense y posicionar tu cartera, beneficiándote del siguiente gran fracaso de la Reserva Federal.
La buena noticia, es que en todo este embrollo habrá un activo ganador: el oro.
Saludos,
Jim Rickards
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Abogado y economista. Fue asesor de la CIA y el Pentágono y hoy es uno de los analistas financieros más leídos en Estados Unidos. Cuenta con 35 años de experiencia analizando exitosamente el contexto macroeconómico global. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, en Inversor Global es editor para Inteligencia Estratégica.