Estamos viendo como a nivel mundial se busca digitalizar el dinero. La plata, el oro y el papel moneda son maneras que tiene el ciudadano de “a pie” para hacerle frente a este plan de las élites globales. Acá te explico las jugadas en esta guerra contra el efectivo.
Las élites globales han utilizado las tasas de interés negativas (NIRP, por sus siglas en inglés) para lograr lo mismo que con la inflación: hacer que tu dinero desaparezca.
Y una manera de evitar las tasas de interés negativas es manejar dinero físico. Pero las élites han comenzado una guerra contra él ya que, si los ciudadanos usan efectivo, esto hace difícil imponer tasas negativas en las cuentas bancarias digitales.
Esta guerra contra el dinero físico tiene dos principales estrategias. La primera busca dificultar su obtención. Por ejemplo, en Estados Unidos, los bancos informarán de cualquier persona que retire más de USD 10.000 en billetes.
A ese ciudadano se le podrá perseguir mediante el Informe de Actividades Sospechosas (SAR) que se envía al Departamento del Tesoro y se pondrá en un archivo justo al lado de los reportes sobre terrorismo y cárteles de droga.
La segunda estrategia en esta guerra es eliminar los billetes de gran denominación. Estados Unidos se deshizo de su billete de USD 500 en 1969 y el billete de USD 100 ha perdido el 85% de su poder adquisitivo desde entonces.
Ahora bien, ¿por qué los bancos centrales impondrían tipos de interés negativos? ¿Cuál es el objetivo de esta política? La idea es forzar a los ahorristas a utilizar cuentas bancarias digitales para que su dinero pueda ser tomado de ellos en forma de tipos de interés negativos.
En esencia, los tipos de interés negativos son un impuesto encubierto para los ahorristas. En teoría, estos individuos estarán insatisfechos con el NIRP y reaccionarán gastando su dinero. Del mismo modo, los empresarios encontrarán atractivas las tasas de interés negativas porque pueden pedir dinero prestado y devolver menos al banco.
Esta combinación de préstamos y gastos por parte de consumidores y empresarios supuestamente promueven el consumo y la inversión.
Pero esta teoría es incorrecta. La realidad es lo opuesto a lo que el proyecto académico de la élite propone. En lugar de desincentivar el ahorro y gastar más, el NIRP hace que se ahorre más y gaste menos. Esto es un ejemplo perfecto de la ley de consecuencias no deseadas.
La razón por la que los ciudadanos están ahorrando, se debe en primer lugar para lograr algún objetivo a futuro. Podría ser el retiro, la educación de sus hijo o gastos médicos. Por eso, cuando se les imponen tasas negativas, ahorrarán más para compensar la diferencia y poder cumplir sus objetivos.
La otra consecuencia no intencionada del NIRP, es la impresión que envía a las masas. Los ahorristas concluyen que, si los bancos centrales utilizan el NIRP, deben estar preocupados por la deflación y, por consiguiente, los consumidores aplazan el gasto con el fin de obtener precios más bajos.
Cuando las teorías académicas abstractas son aplicadas en el mundo real por banqueros sin experiencia, se obtiene el resultado opuesto de lo que se pretende. Y prueba de ello es que estas consecuencias no deseadas ya han aparecido en Japón y Europa.
Pero claro: los gobiernos siempre utilizan el lavado de dinero, el tráfico de drogas y el terrorismo como una excusa para vigilar a los ciudadanos honestos y privarlos de la capacidad de utilizar alternativas de dinero como el efectivo físico y el oro.
Pero la llamada “sociedad sin efectivo” es sólo un caballo de Troya para un sistema en la que toda la riqueza financiera es electrónica y representada digitalmente en los registros de un megabanco.
Una vez que se logre este objetivo será fácil para el Estado apoderarse y congelar la riqueza o someterla a vigilancia constante, tributación y otras formas de confiscación digital. Y esto aplica a la mayoría de los Gobiernos occidentales, estés donde estés.
Sin embargo, hay razones prácticas para mantener el efectivo en un lugar seguro fuera del sistema bancario. Porque tener algo de dinero en efectivo es como tener una batería y linternas.
Y cuando no hay energía eléctrica, ni los cajeros automáticos ni las gasolineras funcionan.
Esto es parte de la guerra contra el dinero en efectivo. Una guerra peligrosa donde los ciudadanos están siendo conducidos como animales al matadero.
Aun así, la mayoría de la gente piensa que sí tenemos acceso al efectivo. Pero no es así. ¿Te has puesto a pensar cuánto dinero llevas en tu bolso o billetera? Probablemente no mucho, ya ha sido desplazado por tu tarjeta de débito, el pago automático y la cuenta bancaria en línea, por solo nombrar a algunos métodos de pagos digital.
Como ves, todo es digital y en realidad no tienes tanto dinero en efectivo. Por lo mismo, te recomiendo que tengas oro físico y plata, porque en la “sociedad sin efecto” serán uno de los bienes más valiosos.
Lo bienes raíces son otro activo que recomiendo como parte de tu cartera, ya que seguirá ahí más allá de si hay una tormenta o un corte de energía o si tu banco en línea no funciona.
Estas son algunas de las medidas que recomiendo antes de que estalle la próxima gran crisis donde los mercados se enfrentarán a una serie de choques potencialmente desestabilizadores, que van desde el caos postelectoral, pasando por más bloqueos económicos, hasta la inestabilidad geopolítica.
Pero frente a este escenario no tienes por qué estar indefenso. Siempre hay pasos que puedes tomar.
En mi caso, tengo una porción significativa de mi patrimonio fuera de los medios digitales. Esto incluye bienes raíces, obras de arte y metales preciosos almacenados fuera de los bancos.
Te sugiero encarecidamente que hagas lo mismo.
Saludos,
Jim Rickards
Para El Inversor Diario
Abogado y economista. Fue asesor de la CIA y el Pentágono y hoy es uno de los analistas financieros más leídos en Estados Unidos. Cuenta con 35 años de experiencia analizando exitosamente el contexto macroeconómico global. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, en Inversor Global es editor para Inteligencia Estratégica.