Hay quienes aseguran que el SARS-CoV-2 está pasando de ser una crisis sanitaria a un virus endémico, como la gripe, y eso podría resultar beneficioso para los fabricantes de vacunas estacionales. Conoce mi punto de vista a continuación.
El COVID ha llegado para quedarse.
En una encuesta de Nature realizada a principios de este año, el 89% de los inmunólogos, investigadores de enfermedades infecciosas y virólogos encuestados creen que es probable o muy probable que el SARS-CoV-2 se convierta en un virus endémico como la gripe o el resfriado común. En otras palabras, no se irá a ningún lado.
Dice Nature: “Pero el fracaso en la erradicación del virus no significa que la muerte, la enfermedad o el aislamiento social vayan a continuar en las escalas vistas hasta ahora. El futuro dependerá en gran medida del tipo de inmunidad que adquieran las personas mediante la infección o la vacunación y de cómo evolucione el virus.
“La gripe y los cuatro coronavirus humanos que causan los resfriados comunes también son endémicos: pero una combinación de vacunas anuales e inmunidad adquirida hace que las sociedades toleren las muertes y enfermedades estacionales que traen consigo sin necesidad de encierros, máscaras y distanciamiento social”.
Lo que esto significa es que probablemente empezaremos a ver la COVID-19 como algo más parecido a la gripe común que a la pandemia con carga política que se ve hoy en día…
La inmunidad de la población cambia. Casi todos los casos de gripe A, una cepa de gripe común hoy en día, son descendientes del virus de la gripe de 1918 que mató a más de 50 millones de personas.
No nos equivoquemos, la gripe mata a muchas personas mayores e inmunodeprimidas, aproximadamente 35.000 al año.
Pero tenemos la experiencia, las herramientas y la respuesta inmunitaria (críticamente) aprendida para aplacar la mayoría de los casos.
Esto también está ocurriendo hoy en día con el COVID-19.
Molnupiravir, la increíble nueva píldora de Merck que se toma dos veces al día y que ha demostrado reducir a la mitad el riesgo de hospitalización y muerte, es otra pieza clave de este rompecabezas.
Pero, al igual que en el caso de la gripe, las vacunas estacionales serán un primer paso importante en el futuro.
Otra pieza clave del rompecabezas es la decisión de la FDA, (agencia del Gobierno de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos) de permitir una estrategia de refuerzo “mixta”. Recordemos que hay pruebas de que la combinación de una vacuna inicial con un mecanismo de acción con un refuerzo que tiene un mecanismo de acción diferente produce una inmunidad mejor y más prolongada.
Se está investigando en este ámbito, pero en algunos estudios más pequeños se ha demostrado que un refuerzo con un mecanismo de acción diferente reduce la aparición y la gravedad de los efectos secundarios, una de las principales razones por las que la gente retrasa o evita vacunarse.
A medida que se realicen más investigaciones en este sentido en los próximos meses, podría estimular la demanda de otras vacunas COVID.
Todo ello significa que las acciones de empresas dedicadas a fabricar y diseñar vacunas de COVID-19 podrían tener un recorrido más largo de lo que los inversores prevén actualmente.
Un recorrido que, creo yo, podría ser muy atractivo en el largo plazo.
Es todo por ahora, pero te mantendré informado oportunamente sobre este y otras oportunidades biotecnológicas.
Por un futuro brillante,
Ray Blanco
Para El Inversor Diario
Es experto en tecnología especializado en encontrar las empresas mejor posicionadas y con mayor potencial del mundo tecnológico y biotecnológico. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, es editor de Especulación Inteligente para Inversor Global.