En la formación de negocios, es muy común incursionar en deudas. El crédito puede ser una gran herramienta, pero necesitas saber administrarlo para lograr tus metas con eficiencia. Hoy te cuento los tres mejores métodos para solventar tus deudas según tus objetivos.
Hoy vas a aprender cómo armar un “plan de cancelación de deudas”.
Este plan te mostrará, exactamente, qué deudas pagar en primer lugar, en segundo, en tercero, y así sucesivamente.
Pero antes de que nos adentremos en el plan, tenemos que analizar dos tipos de deudas principales que puede que tengas, y cómo se diferencian.
Esto es importante porque las deudas que son distintas tienen diferentes características, y éstas afectarán la estructura de tu plan de cancelación de deudas.
Con ello en mente, uno de los conceptos más importantes que hay que entender es el siguiente…
Deuda con garantía vs. deuda sin garantía
Básicamente, hay dos tipos de deudas: las deudas con garantía y las deudas sin garantía.
La primera es una deuda respaldada por un activo. El acreedor (el banco, el concesionario de autos, etc.) usa ese activo como garantía para asegurar el pago de la deuda.
La garantía sirve para asegurar el pago de una deuda. En caso de incumplimiento en el pago de la deuda, el activo en garantía puede ser ejecutado.
Entonces, por ejemplo, un crédito automotor es una deuda con garantía porque el auto es la garantía de pago. Si, por alguna razón, nos atrasamos en el pago del préstamo, podemos vender el auto para cancelarlo.
Una deuda sin garantía es, como te imaginarás, un préstamo que no está garantizado con ningún activo.
Lo único que garantiza el pago de la deuda es la fe del acreedor en tu capacidad de pago.
Todos los gastos con tarjetas de crédito y la mayoría de los préstamos personales son deudas sin garantía. En estos casos, el deudor no tiene ningún activo específico para liquidar a fin de cancelar la deuda.
Las deudas con garantía implican menos riesgos y, por ende, tienen intereses más bajos. La deuda sin garantía, por otro lado, involucra más riesgos, así que exige más intereses.
Otra gran diferencia entre la deuda con garantía y la deuda sin garantía es la cantidad de tiempo que lleva cancelarlas.
La mayoría de las deudas con garantía se cancelan con “pagos mensuales”. Esto significa que se hacen pagos por mes durante un período específico de tiempo.
En el caso de los créditos automotores, el plazo es de 48, 60 o, incluso, 72 meses. Si uno paga solo el monto mínimo del pago mensual, deberá pagar el saldo al finalizar el plazo.
Mientras tanto, si tus pagos son realizados de manera puntual, el monto total de intereses que debes nunca aumentará.
Esto se debe a que la deuda garantizada (como los créditos automotores), en general, involucra intereses simples.
En otras palabras, solo se pagan intereses sobre el capital. Nunca se pagan intereses sobre los intereses.
Las deudas sin garantía, por otro lado, se emiten como “cuentas renovables”.
El deudor puede aumentar la deuda de su cuenta y el acreedor, los intereses y recargos.
Un acreedor crea una cuenta renovable para representar todo saldo pendiente que el deudor no tiene que pagar en su totalidad cada mes. El deudor, por su parte, puede optar por pagar un mínimo obligatorio, sobre la base del monto del saldo.
En el caso de estas cuentas renovables, hay mucha fluctuación: los pagos mínimos, las tasas de interés y el saldo del principal puede subir y bajar.
Y, además de todo esto, tienen intereses compuestos. Si pagas solo el mínimo de una cuenta renovable, podría llevarte entre 10 y 20 años cancelarla o, posiblemente, más.
Esto es así porque los intereses compuestos se calculan sobre el principal de un préstamo más todo interés acumulado de períodos anteriores. Piensa en él como “el interés del interés”.
En general, es mucho mejor tener una deuda con garantía que una sin, ya que casi siempre tienes la posibilidad de cancelar la deuda con garantía con el efectivo de la venta del activo.
Además, si sólo puedes realizar pagos mínimos, vas a pagar más rápido la deuda con garantía que la deuda sin ella.
Vamos a hablar más de esto en un rato. Pero ahora que sabemos la diferencia entre una deuda con y sin garantía, es hora de empezar a crear un plan para cancelar tu deuda de una vez por todas.
Existen tres enfoques diferentes para pagar tu deuda. Voy a hablar de todos ellos aquí.
El método avalancha
Esta es la forma más rápida de cancelar todas tus deudas.
Para implementarla, debes hacer una lista de todas tus deudas, empezando por las que tienen el interés más alto hasta las deudas con los intereses más bajos, sin importar el tamaño del saldo pendiente.
La primera deuda en tu lista se convertirá en tu prioridad Nº 1. Esto significa que pagarás el mínimo mensual… más cualquier sobrante (es decir, reduciendo gastos y estableciendo un presupuesto, lo cual genera un excedente de efectivo para que puedas empezar a pagar tus deudas).
¿Por qué desperdiciar nuestro dinero en deudas con los intereses más altos? Como mencioné antes, la mayoría de las deudas tienen un costo atado a ellas en la forma de intereses compuestos. Cuanto más alto el interés, más rápido aumenta.
Cuando utilizas el método avalancha, estás reduciendo la tasa a la cual crece el costo. Disminuir la tasa de crecimiento reduce el costo total de tu deuda a la larga.
Considéralo de esta forma: en la mayoría de los casos, vas a tener que pagar el monto del principal de tu deuda de cualquier manera. Lo que puedes hacer es bajar el precio total reduciendo la tasa de crecimiento del interés compuesto.
Entonces, por ejemplo, digamos que el pago mínimo de esta cuenta es de USD 100 y digamos que tienes unos USD 200 mensuales extras para pagar tus deudas. Entonces, destinarás USD 300 a esta deuda todos los meses hasta que la canceles.
Ahora, esto es clave: deberías realizar sólo los pagos mínimos de todas tus deudas hasta que canceles tu deuda de prioridad Nº 1. ¿Por qué? Porque recuerda que estas deudas tienen tasas de interés más bajas, así que no están acumulando intereses y creciendo tan rápido como la deuda Nº 1.
Dado que el objetivo del método avalancha es reducir el ritmo de crecimiento de la deuda general, tienes que destinar cada dólar extra al pago de la deuda que está creciendo más rápido.
Esto, a la larga, te permitirá ahorrar dinero.
Una vez que pagues la primera deuda, continúa con la segunda. Salvo que, ahora, si usamos nuestro ejemplo, tendrás USD 300 dólares adicionales por mes porque ya no tendrás la primera deuda. Usarás ese dinero para pagar la segunda.
Esto significa que realizas el pago mínimo de la segunda deuda MÁS los USD 300 que tienes disponibles luego de cancelar la deuda Nº 1. Nuevamente, solo realiza los pagos mínimos de todas las otras deudas salvo la que tiene el interés más alto.
Repite este proceso con cada deuda que tienes hasta que termines de cancelar todas.
Ahora, puedes ver por qué lo llamamos método avalancha: todas las avalanchas comienzan con un poco de turbulencia. Luego, cuando la nieve comienza a soltarse y caer, empieza a acumularse y tomar velocidad.
Estás empezando en la cima de tu deuda, con una sola deuda que tiene el interés más alto. Al principio, hay sólo un poco de turbulencia, pero, luego, los pagos empezarán acumularse. A medida que bajes por tu montaña de deuda, empezarás a acumular pagos adicionales de créditos para aplicarlos a la siguiente deuda con el interés más alto.
De esta manera, tomarás impulso a lo largo del camino.
Cuando llegues al final, ya habrás liberado todos los pagos colectivos de todas tus deudas. Allí será cuando te encuentres con una avalancha de efectivo disponible.
¿Y qué puedes hacer con eses efectivo?
¡Destinarlo a proyectos que generen riqueza!
Pero, claro, hay más de una forma de cancelar tus deudas…
El método bola de nieve
Esta metodología utiliza los mismos principios que el método avalancha, con una sola diferencia significativa.
Recuerda, con el método avalancha empezaste haciendo una lista de todas tus deudas empezando por aquellas con la tasa de interés más alta hasta aquellas con la tasa de interés más baja, sin importar el saldo pendiente de cada una.
Bueno, con el método bola de nieve, debes hacer una lista de todas tus deudas según el saldo pendiente de cada una, desde aquellas con el saldo más bajo finalizando con aquellas con el saldo más alto, olvidando las tasas de interés.
De esta manera, atacas la deuda con el saldo deudor más pequeño primero. Aplicas el mismo proceso que con el método avalancha: utilizas todo el efectivo excedente en la deuda de primera prioridad hasta cancelarla. Luego, trasladas ese pago a la siguiente deuda, y así sucesivamente.
De ahí surge la analogía de la bola de nieve: cuando una bola de nieve se traslada por la nieve, la superficie aumenta. Cuanta más superficie, más nieve acumula.
Comienzas con una sola pequeña “bola de nieve” de un pago. Al principio, tu bola de nieve crecerá rápido porque estarás cancelando las deudas con los saldos más pequeños, y eso será rápido.
Ahora ya conoces el método avalancha y el método bola de nieve, pero no hemos terminado todavía. Hay un método más para crear un plan de cancelación de deudas…
El método híbrido:
Combinar el método bola de nieve con el método avalancha.
El método avalancha es el camino más rápido para liberarte de las deudas. Sin embargo, podría llevarte un tiempo cancelar las deudas con las tasas de interés más altas y podría ser difícil seguir motivado.
El método bola de nieve, por otro lado, te permite eliminar los préstamos con los saldos más pequeños, así ves resultados inmediatos por todos tus duros esfuerzos.
La desventaja es que estarás corriendo una carrera contra el “crecimiento del costo”. Ello significa que los créditos pendientes con los intereses más altos te van a golpear al final.
Puede que quieras adoptar un enfoque híbrido que combine el método avalancha con el método bola de nieve.
Te voy a dar un ejemplo para mostrarte cómo funciona:
Digamos que tienes ocho saldos diferentes que tienes que pagar.
Si aplicas el método avalancha de manera estricta, ordenarías las deudas basándote en las tasas de interés, que irían de las más altas a las más bajas.
Pero si utilizas el método bola de nieve de manera estricta, ordenarías las deudas en orden creciente.
Con el método híbrido, intentarías aplicar los principios de ambos métodos al mismo tiempo, incorporando elementos de ambos enfoques.
Cómo elegir el mejor plan de cancelación de deudas.
Cada uno de estos enfoques que hemos analizado, el método avalancha, el método bola de nieve y el método híbrido, tiene sus ventajas.
Con el método avalancha, la ventaja es clara: es la forma más rápida de cancelar las deudas. También, minimiza la cantidad de intereses que pagas durante tu camino hacia la eliminación de deudas.
Entonces, ¿por qué no todos aplican este método?
El método avalancha es lento, en especial si el saldo de las tasas de interés es alto.
Por ejemplo, si el primer saldo que intentas pagar es de USD 15.000, vas a lograr avanzar si continúas tu plan, pero puede que no sientas que estás progresando realmente.
Y cuando sientes que no estás progresando, es más difícil seguir el plan.
De hecho, cuando la gente se ve desalentada, a menudo renuncian a sus planes de cancelación de deudas y comienzan a adoptar malos hábitos de administración de dinero.
El método bola de nieve evita el desaliento natural que podrías sentir usando el método avalancha. Es por ello que, cuando usamos el método bola de nieve, atacamos primero la deuda con el saldo más bajo, sin importar la tasa de interés.
De esta forma, vas a eliminar las deudas de manera rápida al comienzo así puedes sentir que estás progresando.
En esta instancia, puede que tu cabeza te esté diciendo que uses el método avalancha, pero tu corazón, el método bola de nieve.
¿Puedes combinar ambos?
Sí.
Al combinarlos, estarás combatiendo las deudas con las tasas de interés más altas primero, lo cual te permitirá ahorrar dinero que, de lo contrario, destinarías al pago de intereses.
Pero también estarás pagando los saldos más bajos primero y, por lo tanto, sentirás que estás progresando, lo cual te motivará.
Espero que este material te ayude a regularizar tus finanzas lo antes posible.
Saludos y éxitos.
Mark Morgan Ford
Para El Inversor Diario
Mark tiene una vocación indiscutible para enseñar a otros cómo generar su propia riqueza.
Tiene perfectamente claro cómo construir una fortuna de un millón de dólares desde cero: cada lección, cada idea, cada estrategia, técnica y aplicación. Qué hacer primero. Dónde aplicar esfuerzos para obtener el máximo beneficio. Qué no intentar nunca.
Más de 30 años de experiencia en negocios e inversiones, avalan sus conocimientos y le convierten en el mentor ideal para quienes quieren emprender y comenzar a construir su propia riqueza.
Mark logró una gran riqueza respetando su propio «sentido común» y siguiendo una serie de simples principios rectores a los que se ha ceñido durante toda su vida.
Es coleccionista de arte y libros raros. Su amplio repertorio en este sentido alcanza los tres millones de dólares.
Hoy en día, es líder del equipo que da vida al Club para Generar Riqueza en el que comparte sus secretos para alcanzar la independencia financiera.