Más de una vez te ofrecieron invertir en algo que cambiaría tu vida para siempre. En los mercados no hay recetas mágicas, pero sí un secreto que te llevará a incrementar tu capital hasta que puedas vivir de los dividendos que te genere.
Más de una vez alguien te habrá ofrecido “el negocio de tu vida”, “la inversión que te hará rico en un abrir y cerrar de ojos”.
Si te interesan las inversiones y estás comenzando a dar tus primeros pasos en este mundo, sabes que hay miles de personas que te sugieren o buscan una inversión que los salve, que cambie su futuro para siempre.
Todos buscamos generar más dinero y, por nuestra naturaleza humana, oímos las promesas y buscamos con anhelo y esperanza encontrar esa inversión, estrategia o portafolio mágico que nos haga ricos. El santo Grial, le llaman muchos.
La búsqueda del santo Grial o esa mágica solución se da en todos los ámbitos posibles y en el mundo de las inversiones, también.
Estoy seguro de que más de una persona también te ha dicho que esta mágica solución no existe, y que el Santo Grial de las inversiones es una falsa ilusión.
En eso tienen toda la razón. No existe una inversión que mágicamente nos solucione los problemas financieros.
Sin embargo, el Santo Grial en temas financieros sí existe. Lo que sucede es que no es una inversión mágica.
Para encontrarlo, debemos buscar de manera diferente, no debemos enfocarnos en las inversiones mismas, debemos evaluar las características de las inversiones y entender dónde puede realmente estar esta mágica solución.
Al considerar y evaluar las inversiones, la gran mayoría de las personas se enfocan en los aspectos positivos como la rentabilidad, el crecimiento, las ventajas tributarias, etc, etc. Pero dejan de lado sus aspectos más relevantes: los que tienen que ver con la gestión de riesgo. Y es aquí, dentro de las metodologías de gestión de Riesgo y de Portafolio, en donde encontraremos lo que realmente podríamos considerar como el Santo Grial de las inversiones, la capitalización compuesta.
Pero ¿qué es la capitalización compuesta? Tal vez la manera más sencilla de explicarla sería diciendo que se trata de dejar que nuestras ganancias generen más ganancias.
Es decir, que las ganancias que se generen no las retiremos de inversión, sino que las invirtamos de nuevo activamente, como parte del capital inicial, de manera que éste se incremente y que cada vez estemos gestionando y recibiendo utilidades de un capital mayor.
Capitalización Compuesta para maximizar los retornos
Para entender los beneficios de la capitalización compuesta utilizaremos un ejemplo para el que exageraremos las condiciones con el objetivo de que sea más claro.
Así podremos ver la diferencia en la rentabilidad que se genera después de realizar 100 operaciones o inversiones, si usamos capitalización compuesta o no.
Sin entrar en detalles de todas las operaciones, puedes ver de manera sencilla que el tamaño del dinero arriesgando en cada operación, donde se lee “riesgo” en la columna de la izquierda, va en aumento. En cambio, en la de la derecha, siempre será estático en 200.
¿Esto quiere decir que la columna de la izquierda es más riesgosa o está asumiendo más riesgo?
¡NO! En las dos estamos asumiendo el mismo riesgo porcentual, lo que sucede es que en la de la izquierda vamos sumando las ganancias al capital y, de esa manera, cada vez tenemos más dinero para realizar las operaciones.
Por lo tanto, la diferencia en la rentabilidad al final del ejercicio es 4756% vs 400%! Capital compuesto 485.625 vs 49.600. Este es el efecto de la bola de nieve de la capitalización compuesta.
Las diferencias y conclusiones que podemos sacar de todo esto son muy evidentes. Sin embargo, este tipo de ejercicio, nos debe llevar a considerar algo muy importante cuando realicemos inversiones: debemos tratar de diferenciar por lo menos 2 etapas en nuestro ejercicio de inversión: etapa de crecimiento y etapa de generación de ingreso.
La primera de ellas se refiere a la etapa en la que debemos dedicarnos a hacer crecer la cuenta, periodo en donde debemos reinvertir nuestras utilidades para que nuestro capital crezca. Y cuando consideremos que tiene un tamaño importante, en ese momento, pasar a la etapa de generación de ingreso.
Esta segunda etapa de generación de ingresos es aquella en la que vamos a retirar las utilidades generadas por nuestro capital, pues hemos llegado a acumular un dinero importante, que nos permite que las utilidades sean representativas.
Nos vemos en la próxima columna.
Andrés Moreno Jaramillo
Para El Inversor Diario
Economista colombiano, trader, asesor financiero y analista económico y bursátil. Máster en Banca, Mercados Financieros y Gestión Patrimonial e la Universidad de Barcelona y de EAE Business School de Madrid. Tiene 20 años de experiencia en el sector financiero, 18 de ellos como trader y asesor en el mercado de valores.
Actualmente promueve el desarrollo y la inversión en mercado de capitales, dicta charlas, conferencias, cursos y seminarios sobre inversiones, finanzas personales y planeación financieras.