Es posible que estemos viendo el comienzo de pérdidas que se asemejan más al crash de 1929 o a la crisis de las puntocom. Pero esta vez el culpable serán las tasas de interés mucho más altas, necesarias para aplastar la inflación global.
El mercado de valores volvió a caer ayer. Tras una suba fugaz en el inicio de las negociaciones el lunes, retomaron las bajas de la semana pasada. Pero es la tendencia más amplia la que es realmente desconcertante.
Los inversores no necesitan que les cuenten sobre el colapso del mercado de valores en los últimos meses. Lo sufren.
El Dow Jones Industrial bajó más del 20% desde enero. El S&P 500, un 23%, y el Nasdaq Composite, retrocedió un 32% desde su máximo histórico en noviembre pasado.
Esas caídas no son tan malas como las caídas de marzo de 2020, durante la pandemia, o finales de 2008, durante la crisis financiera mundial. Pero esas comparaciones sirven de poco como consuelo porque estuvieron entre las peores de la historia.
El problema real para los inversores en acciones hoy, no es que el desplome sea malo hasta ahora, sino que tal vez recién esté comenzando.
Es posible que estemos viendo pérdidas que se asemejan más al colapso de más del 80% del Dow Jones de 1929 a 1932, o al derrumbe del 80% del Nasdaq de 2000 a 2001, por la burbuja de las puntocom.
Diferentes causas, mismo resultado
Los culpables esta vez no serán los préstamos hipotecarios imprudentes, los virus chinos o los portavoces de marionetas. El peligro son las tasas de interés mucho más altas, necesarias para aplastar la inflación global.
Las tasas han estado subiendo desde marzo, pero la inflación continúa en niveles muy altos. La pregunta para los analistas e inversores es qué tanto tendrán que subir antes de que la inflación caiga a niveles considerados aceptables por los banqueros centrales.
La mayoría de los analistas han relacionado las subas de tipos de interés con la lucha contra la inflación, pero relativamente pocos se han dado cuenta de todas las implicancias. La verdadera clave para combatir la inflación es hacerlo aumentando el desempleo.
El presidente de la Fed, Jay Powell, tuvo mucho que decir en la conferencia de prensa, luego de la decisión del miércoles pasado de aumentar las tasas de interés otros 75 puntos básicos (el tercer aumento consecutivo en ese nivel).
Trabajo número uno
Powell comenzó enfatizando que detener la inflación era el trabajo número uno. Dijo: “Sin estabilidad de precios, la economía no funciona para nadie”. Y señaló que “el crecimiento en el gasto del consumidor se desaceleró”.
Su frase clave fue: “El mercado laboral se mantiene extremadamente ajustado… Las ofertas de trabajo son increíblemente altas… Necesitan… bajar”. Esa es la manera de Powell de decir que un mayor desempleo es la clave para una inflación más baja.
Powell también dijo: “Creemos que necesitaremos llevar nuestra tasa de fondos a un nivel restrictivo y mantenerla allí por algún tiempo”. Nivel restrictivo significa un nivel que hará que, con el tiempo, la inflación caiga hacia el objetivo deseado.
Cuando se le preguntó cuándo se alcanzarán los niveles objetivo de las políticas restrictivas, Powell dijo: “Hay mucho camino por recorrer” . Y por si quedaban dudas, enfatizó: “Estamos comprometidos a llegar a un nivel restrictivo… y llegar allí bastante rápido”.
Final del juego
¿Cuál es exactamente el objetivo de la Fed?
Powell dijo que el objetivo de la Fed es “reducir la inflación al 2%” y que “No podemos dejar de hacerlo”.
“Tenemos que dejar atrás la inflación. Ojalá hubiera una forma indolora de hacerlo, pero no la hay”, sostuvo.
Tú sabes de qué está hablando.
La tasa de interés tendrá que subir al 4,75% (desde el nivel actual del 3,0%) con la esperanza de que la inflación -medida por los precios del gasto en consumo personal básico (PCE por su sigla en inglés), año tras año, el indicador favorito de la Fed caiga del 4,6% al 3,5%.
En ese momento, las tasas reales estarán por encima del 1,0% y la Fed esperará hasta un año para que la inflación baje del 3,5% al objetivo del 2,0%.
La conclusión real aquí es que Powell habla muy en serio acerca de alcanzar un objetivo de inflación del 2%. Parece que subirá las tasas todo el tiempo que sea necesario para llegar hasta allí. Tiene prisa por hacerlo. Y fue completamente sincero sobre el hecho de que habría problemas económicos en el proceso.
Desafortunadamente, el costo será una recesión severa y un aumento del desempleo al 5% o más, con millones de pérdidas de empleos, quiebras comerciales masivas, miles de millones de dólares en deudas incobrables y una caída continua en los precios de las acciones.
¿Powell retrocederá?
Esto sugiere algunas preguntas de importancia crítica para los mercados. ¿Powell realmente tendrá el coraje para forzar las tasas hasta el 4,75%, más o menos hacia dónde deben ir para frenar la inflación?
Según sus comentarios, la respuesta es sí. Pero tendremos que esperar y ver.
La Reserva Federal estaba subiendo las tasas y reduciendo su balance cuando el 24 de diciembre de 2018, el mercado de valores se hundió y procedió a caer un 20% en dos meses y medio. Powell entró en pánico y volvió a girar hacia la relajación monetaria. Tal vez lo haga de nuevo.
Pero hay una diferencia importante entre entonces y ahora. No hubo inflación de la que hablar en 2018. Por lo tanto, la Fed podía darse el lujo de pasar a la relajación sin ninguna preocupación real por la inflación.
Obviamente, ese no es el caso a fines de 2022. La inflación es la mayor preocupación de la Fed en este momento, y Powell deja en claro que habla en serio sobre controlarla, incluso si resulta en mucho dolor económico y financiero.
Todo es dolor, no hay ganancia
El problema, que he abordado muchas veces, es que la Fed ha diagnosticado mal la naturaleza de la inflación actual.
La Fed está tratando de aplastar la inflación reduciendo la demanda en la economía. Se están enfocando en la inflación por “impulso de la demanda”, donde los consumidores están comprando porque prevén una inflación aún mayor por venir.
Pero la inflación que estamos viendo se llama inflación de “empuje de costos”. Viene del lado de la oferta, no del lado de la demanda. Proviene de las interrupciones de la cadena de suministro global y la guerra en Ucrania.
Dado que la Reserva Federal ha diagnosticado mal la enfermedad, está aplicando el medicamento equivocado. Las restricciones monetarias no resolverán un shock de oferta. Los precios más altos continuarán. Pero la escasez de dinero perjudicará a los consumidores, aumentará los ahorros y elevará las tasas de interés de las hipotecas, lo que perjudicará a la vivienda, entre otras cosas.
Entonces, la pregunta es ¿cuánto daño hará la receta equivocada de Powell a la economía y los mercados? Ese es el mayor problema para los inversores. La respuesta es que hará mucho más daño del que espera.
La historia muestra que la Reserva Federal se excederá. No habrá ningún “aterrizaje suave”.
Ese daño puede ayudar a Powell a alcanzar su meta de inflación. Pero aumentará el desempleo y destruirá los mercados de valores en el camino.
Eso es si todo va de acuerdo al plan. El escenario real podría ser peor. Los inversores no están preparados para esto.
Tú deberías hacerlo.
Jim Rickards
Para El Inversor Diario
Abogado y economista. Fue asesor de la CIA y el Pentágono y hoy es uno de los analistas financieros más leídos en Estados Unidos. Cuenta con 35 años de experiencia analizando exitosamente el contexto macroeconómico global. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, en Inversor Global es editor para Inteligencia Estratégica.