Si te interesan las criptomonedas, no puedes perderte esta nota. Aquí te explicamos de manera sencilla y clara por qué estos activos tienen valor y qué es esa tal “blockchain” de la que tanto se habla… El futuro ya está aquí y al alcance de tu mano. |
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Seguramente habrás escuchado hablar de Bitcoin, Ethereum y otras criptomonedas. Pero ¿sabes realmente qué son y cómo funcionan? Te explicaremos estos conceptos de forma sencilla para que los entiendas definitivamente.
Las criptomonedas son básicamente dinero digital.
Es decir, en lugar de tener billetes o monedas físicas, son códigos cifrados que representan un valor.
No las imprime ningún banco central, sino que se generan mediante un proceso llamado “minería”, que veremos más adelante.
Ahora bien, ¿por qué son tan populares y valiosas estas criptomonedas?
Porque son un elemento imprescindible de la tecnología blockchain, el futuro de la era digital.
Y no es una exageración, observa:
Una blockchain es como un enorme libro de contabilidad digital que registra información (en el caso de bitcoin, las transacciones de su criptomoneda).
Pero no es controlado por un banco u organización central, sino que está distribuido y verificado por miles de terminales anónimas interconectadas (llamadas “nodos”) en todo el mundo.
En la cadena de bitcoin, cada diez minutos aproximadamente todas las transacciones recientes se agrupan en un “bloque” que se añade permanentemente al “chain” o cadena de bloques anteriores. De ahí viene el nombre “blockchain”.
¿Cómo se añaden los nuevos bloques?
Aquí es donde entra la “minería” de criptomonedas.
En el sistema original de criptomonedas diseñado por Satoshi Nakamoto en 2008, se estableció que la red aseguraría su descentralización a través de la “Prueba de Trabajo” o Proof of Work (PoW). Este es el sistema que utiliza bitcoin hasta hoy (y que usaba Ethereum hasta 2022).
Los “mineros” son personas o empresas con procesadores muy potentes que resuelven complicados problemas matemáticos (algoritmos) para verificar las transacciones del siguiente bloque. El primero en resolverlo, obtiene una recompensa en criptomonedas y su bloque se añade a la cadena.
Como este trabajo es arduo y costoso, se lo llamó “minería”. La distribución del trabajo en los diferentes mineros a través de la resolución de algoritmos asegura la distribución de la información en toda la red.
Este sistema asegura que nadie puede hacer trampas o robar criptomonedas, porque todas las transacciones quedan registradas de forma transparente e inmutable en el blockchain. No hay intermediarios ni control central.
Ahora bien, no solo existe la criptominería basada en el mecanismo de “prueba de trabajo” que vimos para generar nuevas criptomonedas. Hay otro enfoque llamado “prueba de participación” (PoS).
En el PoS, en lugar de resolver complejos problemas matemáticos, los nuevos bloques se validan y se añaden a la cadena de bloques por usuarios que aportan parte de sus propias criptomonedas como “stake” o participación (si escuchaste hablar del “staking”, se refiere a este sistema).
A mayor cantidad de criptomonedas aportadas, mayores son las probabilidades de ser seleccionado para validar el siguiente bloque.
Este mecanismo de consenso PoS es mucho más eficiente energéticamente que la criptominería, ya que no requiere un enorme poder computacional. Las criptomonedas basadas en PoS como Cardano, Solana o Ethereum ahorran enormes cantidades de energía.
De hecho, Ethereum utilizó el sistema PoW hasta septiembre de 2022, cuando cambió al sistema PoS. Observa (en terawatts) la eficiencia de consumo ganada:
Fuente: EthereumEnergyConsumption.com
En la prueba de participación, quienes validan bloques ponen en riesgo parte de sus criptomonedas como garantía de que actuarán de buena fe. Si intentan hacer trampas, perderán su participación como penalización. Esto desincentiva los fraudes y mantiene la seguridad de la red descentralizada.
Ahora… ¿Qué rol juegan las criptomonedas en todo este sistema?
Es sencillo… es la razón por la que alguien va a invertir tiempo, energía y trabajo en sostener estos sistemas libres y abiertos actualizados y corriendo.
Sean mineros, sean validadores, la criptomoneda es el pago que emite una blockchain para recompensar a quienes registran un nuevo bloque en la cadena. A su vez, es con lo que deben pagar los usuarios por utilizar cada sistema.
Si quieres realizar cualquier transacción en la red de bitcoin, tendrás que pagar una comisión en BTC, su criptomoneda.
Y si eres un minero de bitcoin, recibirás (desde el último halving, el 19 de abril pasado) 3,125 BTC por cada bloque que registres.
¿Cómo usar criptomonedas?
La mayoría de las personas utiliza las criptomonedas como inversión. Sencillamente compran y mantienen una cripto.
Pero cuando entras a la perspectiva de blockchain, comprendes la enorme usabilidad que tienen las criptomonedas.
A diferencia de una acción o un bono, donde sencillamente adquieres el activo y queda guardado en un broker de bolsa, aquí estamos hablando de monedas, eso que utilizas todo el tiempo para comerciar, adquirir bienes y servicios.
Y mientras más crece este espacio, cada vez hay más servicios y utilidades que puedes obtener de la blockchain.
Lo primero necesitas crear una “billetera” digital, que genera dos códigos únicos: una clave pública (como tu número de cuenta bancaria) para recibir criptomonedas, y una clave privada (como tu contraseña secreta) para acceder a tus fondos.
Cuando quieres enviar criptomonedas a alguien, le das tu clave pública. Ellos utilizan su billetera para hacer la transferencia, que se registra de inmediato en el blockchain como una transacción pendiente.
Esa transacción junto a miles más, se incluirá en el próximo bloque tras ser verificada por los mineros, completando así el proceso de forma segura y descentralizada.
En el canal de Inversor Global Cripto grabé varios videos al respecto. Puedes aprender sobre los fundamentos de las wallets haciendo clic aquí y también conocer las tres mejores wallets aquí.
La solución a los tres problemas digitales
Como ves, la tecnología blockchain que sustenta a las criptomonedas es realmente fascinante e innovadora.
Elimina a los intermediarios, es transparente, confiable y prácticamente imposible de piratear ya que, para alterar los datos de la red, debes alterarlos al menos en la mitad de ella: una red de nodos descentralizados, anónimos y encriptados.
Está hecha para aportar los tres principales inconvenientes del mundo digital: la seguridad, la libertad y la privacidad.
Hoy, la nube y el entorno web, es decir, todo lo que haces desde tu teléfono (bancos, finanzas, comunicaciones, almacenamiento, compras, ventas…) se hace a través de intermediarios que imponen las reglas de tus interacciones, almacenan tu información personal y de uso y la venden a los mejores postores.
E imagínate si esto tendrá valor, que allí encontrarás a las empresas más conocidas del mundo: Google, Facebook, Amazon…
Pero, a su vez, estos intermediarios responden a gobiernos y políticas de turno.
Blockchain propone un espacio digital libre (imposible de intervenir o hackear), privado (cuando operas de manera descentrada, eres el único dueño de tu información y no está inmediatamente asociada a tu identidad) y a la vez seguro. Tres características que demandan cada vez más los usuarios del futuro.
El futuro ya está aquí. Y tú puedes invertir en él gracias a las criptomonedas que lo hacen posible.
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