Corría el mes de junio de 2001. River y San Lorenzo se disputaban el Torneo Clausura de Primera División. A dos fechas de final, los dos equipos llegaban primeros, con el mismo puntaje en la tabla, peleando el campeonato cabeza a cabeza.
San Lorenzo se enfrentaba a Argentinos Juniors, en la cancha de Ferro, a la misma hora que River jugaba contra Huracán, en Parque Patricios. Se daba la particularidad de que un buen resultado del ‘Globo’ favorecía las chances de su clásico rival para alzarse con el título. Algunos hinchas de Huracán no querían que su equipo ganara. Otros, en cambio, sí lo deseaban ya que el conjunto de Parque Patricios necesitaba sumar puntos para entrar a la poco recordada Copa Mercosur, que se jugaría unos meses más tarde.
Si bien los dos encuentros habían arrancado a la misma hora, el partido de San Lorenzo terminó unos minutos antes, con victoria para los de Boedo por 2 a 0. En Parque Patricios el cronómetro indicaba los 40 minutos del segundo tiempo. River y Huracán igualaban en dos goles, resultado que no le convenía a ninguno de los dos. En un final apasionante, el partido se había vuelto de ida y vuelta, con llegadas en los dos arcos, euforia y nerviosismo en las gradas.
De pronto, se escuchó que la hinchada de Huracán les pidió a sus jugadores que ganaran o se dejaran perder. A los simpatizantes les daba lo mismo si su equipo ganaba y sumaba puntos para entrar a la Mercosur o si perdía y dejaba a River con chances de arrebatarle el campeonato a San Lorenzo. Por nada en el mundo, querían que el partido terminara en empate porque Huracán sólo iba a sumar un punto y San Lorenzo iba a quedar a las puertas de un nuevo título. Finalmente el partido lo ganó el Globo: 3 a 2 con un gol agónico de Derlis Soto.
Precisamente este episodio por el que se percibe un beneficio similar por dos resultados opuestos me hizo acordar a la siguiente estrategia de inversión con opciones.
La volatilidad, nuestra empleada
Por si no estás familiarizado con el tema, las opciones financieras son instrumentos derivados que se negocian en las bolsas de valores al igual que las acciones y los bonos.
A cambio del pago de una prima, las opciones te otorgan el derecho (pero no la obligación), de comprar o vender una acción o un bono (activo subyacente) a un precio determinado (el precio de ejercicio) dentro de un lapso de tiempo (el período de vida de la opción). Hay opciones de compra, a las que se las llama calls, y de venta, denominadas puts.
Los calls suben a medida que la cotización de la acción (supongamos que es el activo subyacente) aumenta, ya que te permiten comprarla a un precio menor que el que tenés que pagar adquiriéndola directamente en el mercado. En cambio, los calls caen de precio cuando la acción baja: la opción pierde utilidad a medida que se vuelve menos probable que puedas comprar las acciones a un menor precio que el de mercado. Al vencimiento si la acción cotiza por debajo del precio de ejercicio, los calls no tienen ninguna utilidad y valen cero.
En la vereda de enfrente, los puts bajan cuando la cotización de la acción disminuye. Esto se debe a que esta opción te permite vender la acción a un precio mayor que el que podés cobrar vendiéndola directamente en el mercado. Como los calls, los puts caen de precio y pueden llegar a valer cero al vencimiento. Eso sucede cuando la acción sube y decrecen las chances de que puedas vender las acciones a un mayor precio que el de mercado.
Hecha la aclaración formal acerca de qué es una opción, paso a contarte en qué consiste esta estrategia de inversión. Se la llama straddle, cuya traducción del inglés es ‘extensión a ambos lados’. También es conocida como “cono comprado”. Involucra la compra de calls y puts de una acción en particular, con el mismo precio de ejercicio e idéntica fecha de vencimiento. La ganancia se obtiene con la volatilidad de la acción: ya sea hacia arriba o hacia abajo, cuanto más se mueva el precio de la acción, mayor es el beneficio de la operación.
Fuente: Compras2u.es
Por lo cual, si queremos operar esta estrategia, primero tenemos que elegir una acción cuyo precio esté a punto de moverse fuertemente.
Si bien no hay forma de predecir la dirección, magnitud y el momento en que se moverán las acciones, hay un par de tips que pueden ayudarte.
Primero, hay acciones que, de por sí, son naturalmente más volátiles que otras: son las acciones de empresas pequeñas, que recién salen al mercado y que están en crecimiento o que, por distintos motivos, presentan dificultades económicas o financieras. Este tipo de acciones habría que seleccionar cuando queremos hacer un straddle.
Y el segundo tip tiene que ver con una herramienta de análisis técnico: las Bandas de Bollinger. Esta es una medida de volatilidad que indica el rango de precios en el que se mueven las acciones. Viendo el gráfico de una acción en Trading View o Investing.com, podés seleccionar el indicador Bandas de Bollinger y ver cómo las acciones se mueven, en mayor medida, dentro de un camino sinuoso delimitado por las bandas. Cuanto más amplios son los límites del sendero, mayor es la volatilidad de la acción. Cuando el camino se vuelve muy angosto, es decir, cuando la acción se mueve prácticamente muy poco, se produce el fenómeno de compresión: dos fuerzas de mercado contienen y retienen el precio dentro de un rango muy limitado. La compresión no suele sostenerse por un largo período de tiempo. Poco tiempo después de que ocurre, el precio se mueve bruscamente hacia arriba o hacia abajo. Por eso, este tip nos es útil a la hora de hacer esta estrategia.
Entonces, después de elegir la acción volátil, tenemos que esperar a ver que su precio se mueva muy poco y esté comprimido en un rango muy angosto. Una vez que eso sucede, efectuamos la compra de los calls y puts. Seleccionamos las opciones que tengan la misma fecha de vencimiento, no muy lejana a la fecha de la operación, y un precio de ejercicio igual o similar a la cotización de mercado de ese momento. Y luego, aguardamos a que se produzca el fuerte movimiento del precio de la acción que haga rentable nuestra estrategia.
Veamos un ejemplo del straddle.
Beyond Meat (BYND) es una empresa de “carne vegetariana” que desde mayo cotiza en la Bolsa de Nueva York. En sus primeros días en el NYSE, su precio exhibió un espectacular desempeño: escaló desde los 45 hasta los 200 dólares en sólo seis semanas. Posteriormente corrigió un 25% y a medidos de julio se estabilizó en los 170 dólares.
El día 18 de este mes BYND oscilaba entre los 167 y los 172 dólares. Es decir, después de los fuertes movimientos después de la salida de la acción, el precio presentaba una muy baja volatilidad. Las bandas de Bollinger se habían angostado significativamente y se preveía un fuerte movimiento de su precio. Podía ser hacia arriba en dirección de la tendencia o hacia abajo, para continuar la corrección luego del rally de las seis primeras semanas.
Fuente: Investing
En un momento como ese conviene operar el straddle.
Supongamos que el 18 de julio compramos un contrato que contiene 100 calls de BYND a 5 dólares la opción, y otro contrato que incluye 100 puts de BYND a 7,10 dólares por opción. En ambas el precio de ejercicio es 170 dólares y la fecha de vencimiento es el 26 de julio.
Pagamos 500 dólares en la primera compra y 710 en la segunda. Invertimos 1210 dólares más las comisiones, y esperamos a que el precio se manifieste.
Lo que sucedió después fue sencillamente impresionante.
En poco más de una semana, la acción de Beyond Meat despegó desde los 170 hasta los 237 dólares.
Fuente: Investing
Naturalmente este hecho impactó en el precio de las opciones. Los calls despegaron desde los 5 hasta los 67 dólares, mientras que los puts se derritieron hasta valer cero.
Los 67 dólares de la prima del call superan con creces los 12,10 dólares que pagamos por adquirir las opciones. ¡La ganancia en este supuesto caso habría llegado al 454%!
Como verás, llevando a cabo esta estrategia, hacemos que la volatilidad trabaje para nosotros. Si ella hace bien su trabajo, nos aseguramos obtener jugosas ganancias.
En cambio, si por algún motivo la volatilidad no se hace presente, corremos el riesgo de perder íntegramente la inversión.
Lo bueno es que siguiendo los dos tips que te nombré en la nota hay más chances que aparezca la volatilidad y los straddles que hagas te dejan más ganancias que pérdidas.
Hasta la semana que viene,
Bruno Perinelli
Bruno Perinelli es licenciado en Economía (UBA) y tiene un posgrado de especialización en mercado de capitales. Con 12 años de experiencia operando acciones, monedas, commodities, bonos y derivados, es el jefe de Trading de Inversor Global y ha estado a cargo de tres servicios de análisis de trading. Actualmente participa como analista de mercados de Cash Flow Semanal y Súper Acciones Millonarias, y publica regularmente consejos de inversión en Mercado en 5 minutos y El inversor diario.