La delicada situación de estos tres países es determinante para definir lo que está por venir en la dinámica internacional. Vivimos tiempos peligrosos. Proteger tus ahorros e inversiones es fundamental.
Por Jim Rickards, desde Darien, Connecticut
Querido lector,
Hay tanta atención puesta sobre la pandemia de COVID-19 en este momento, que no se puede culpar a la gente si no está al tanto de otros eventos importantes.
Pero si bien esto es comprensible, lo cierto es que la ignorancia podría ser tan peligrosa como el propio virus. Mientras escribo estas líneas, los rivales geopolíticos de Estados Unidos están aprovechando de la situación para llevarle la contraria a Washington en ciertos puntos geopolíticos críticos.
Las potencias están actuando ahora que sus rivales están demasiado distraídos intentando contener el virus.
Al mismo tiempo, las confrontaciones geopolíticas son una forma clásica de unificar a una población contra una amenaza externa, especialmente cuando están sufriendo por la pandemia y las consecuencias económicas de ésta. Es uno de los trucos políticos más antiguos.
Y pareciera que esto es precisamente lo que está ocurriendo con China e Irán en este momento.
China en particular, está tratando de desviar la atención de sus esfuerzos por encubrir la pandemia y su mal manejo de ésta, que en última instancia fue lo que desencadenó el caos que vivimos hoy. Beijing está llevando a cabo una campaña de propaganda global para culpar a Estados Unidos por el desastre.
Tanto China como Irán han mentido sobre el daño real causado por el virus en sus territorios, reportando oficialmente 4.600 y 6.200 muertes respectivamente. Sin embargo, fuentes confiables sugieren que el recuento real puede ser al menos 10 veces mayor en ambos países.
En otras palabras, la cantidad total de muertos en China e Irán podría ser casi igual a las de Estados Unidos (más de 80.000 muertos).
Mientras tanto, la primera economía mundial ha sufrido graves consecuencias económicas de la pandemia, y no hay razón para creer que China e Irán estén exentos de esto. Consideremos primero a China…
Como es de esperar, el gobierno de Xi Jinping ha intentado aprovechar la situación actuando agresivamente en el Mar del Sur de China y enviando amenazas a Taiwán.
El Mar del Sur de China es un mar marginal del Océano Pacífico rodeado por China, Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunéi e Indonesia.
Los seis países tienen reclamos por zonas económicas exclusivas que se extienden a varios cientos de millas desde sus costas.
Partes del mar son aguas internacionales regidas por la Convención del Derecho del Mar y otros tratados. Todas las otras naciones alrededor del mar han rechazado las afirmaciones de China. Y sin embargo, el Gigante Asiático ha llevado forzosamente a estas naciones a utilizar tan solo una pequeña porción del mismo, cerca de sus respectivas costas.
China ha ignorado todas las reclamaciones y tratados, insistiendo en que controla todo el espacio marítimo, incluyendo islas, arrecifes y recursos naturales (como petróleo, gas natural, minerales submarinos y vida marina).
Asimismo, se ha mostrado agresiva en la región, designando los arrecifes del mar como unidades administrativas oficiales para que sean gestionadas por ciudades selectas en China continental y la isla de Hainan.
Asimismo, el gobierno bombeó arena sobre los arrecifes para construir islas artificiales que, más adelante, se fortificaron con pistas de aterrizaje, puertos, tropas y armamento.
Oficialmente, aseguran que en ningún momento buscaron ni buscarán controlar el área. Pero las acciones dicen más que las palabras.
Además, para ser una nación que “no busca la hegemonía” del mar, ciertamente ha tenido varios altercados con otros actores de la región. Últimamente, se han producido varios encuentros donde embarcaciones de la guardia costera china han embestido y hundido barcos de pesca vietnamitas y filipinos.
Y lo cierto es que la agresión en el mar también puede poner en peligro los buques navales estadounidenses, que en última instancia podría dar paso a la violencia.
Washington opera navíos de la Armada en el mar, basándose en la “libertad de navegación”, para demostrar que también rechaza las afirmaciones de China. No es difícil imaginar un incidente que pueda convertirse rápidamente en una escalada violenta entre ambas potencias.
También es justo suponer que la debilidad actual de la Marina de Estados Unidos le ha dado a China la valentía para “tantear las aguas”, literalmente.
Los dos portaaviones que Estados Unidos tiene en el Pacífico occidental, llamados Theodore Roosevelt y Ronald Reagan, fueron retirados debido a los brotes de coronavirus entre sus tripulaciones. Esto diezmó la presencia occidental en la zona, inclinando la balanza de poder una vez más en favor del Gigante Asiático.
Sin embargo, ningún bando cederá. Cualquier paso atrás será una señal de debilidad. En consecuencia, un conflicto armado es un escenario sumamente realista. Probablemente sea solo cuestión de tiempo.
Mientras tanto, Irán ha hostigado a los buques de guerra estadounidenses en el Golfo Pérsico, lanzó nuevos misiles y continuó apoyando el terrorismo en Irak, Yemen y Líbano.
Estas acciones son más señales de debilidad que fortaleza, pero de todos modos son peligrosas.
En los últimos 10 años, las potencias han pasado por guerras de divisas, guerras comerciales y, ahora, una pandemia.
¿Estamos en la antesala de una guerra de verdad? Presta atención a China, Irán y, sí, a Corea del Norte. Ellos tampoco han salido del panorama.
El mundo es un lugar peligroso, y el virus solo ha empeorado la situación.
La pregunta es, ¿mantendrá China una postura agresiva contra su rival norteamericano?
Beijing no quiere una guerra en este momento. Pero desviar la atención de la gente de los problemas nacionales hacia un enemigo extranjero es un truco infalible que los líderes usan para unir a la gente en tiempos de incertidumbre.
Si la élite china decide que el riesgo de perder legitimidad en su país supera el riesgo de conflicto con Estados Unidos, las probabilidades de ver violencia crecerán dramáticamente.
No estoy haciendo una predicción específica, pero en el pasado han estallado conflictos por razones menos serias.
Vivimos tiempos muy peligrosos, por lo que es importante que tus ahorros estén seguros en activos refugio como el oro.
Saludos,
Jim Rickards
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Abogado y economista. Fue asesor de la CIA y el Pentágono y hoy es uno de los analistas financieros más leídos en Estados Unidos. Cuenta con 35 años de experiencia analizando exitosamente el contexto macroeconómico global. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, en Inversor Global es editor para Inteligencia Estratégica.