La salida de la pandemia será con un planeta mucho más empobrecido y con graves problemas de muchos países para repagar su deuda. En este contexto, las acciones serán las grandes ganadoras para tu portafolio. Sin embargo, no todas podrán prevalecer, sino solo las que te muestro a continuación.
Por Diego Martínez Burzaco
¿Cuál es la diferencia entre un caso y el otro?
Básicamente ese 10% restante del tiempo. Mientras que en Chile, por ejemplo, se puede estar hablando del préstamo que solicitó el país al FMI o en Perú acerca de la viabilidad de participar de las elecciones de 2021 mediante el voto electrónico no presencial, en Argentina se habla de una fecha clave como deadline: el 22 de mayo vence el plazo límite para que el país acuerde con los acreedores una reestructuración de una deuda por más de USD 68 mil millones.
En caso de no llegar a un acuerdo, se caerá en lo que se conoce como “cesación de pagos”, o “default”.
Esa palabra indica que Argentina no hará frente al pago de las obligaciones de su deuda y abre el juego para que los bonistas comiencen sus litigios contra el país en los tribunales de Nueva York.
Esta situación no es extraña ni mucho menos. Y no solo para la Argentina sino que también para los demás países de la región.
En el caso particular del país donde resido, sería la novena vez que nos encontraríamos ante esta situación, alcanzando en el lamentable ranking a Brasil el país sudamericano con más incumplimientos.
Sin embargo, en caso de ingresar en default, lo diferente esta vez es que podría ser el inicio de una ola masiva de incumplimientos de otros países en el futuro. Sería como la primera carta de un castillo de naipes que podría derrumbarse a medida que no se observe una recuperación económica global de envergadura.
Claro está, esto se debe a que los gobiernos han tenido que hacer políticas fiscales expansivas para fortalecer sus sistemas sanitarios y, eventualmente, compensar la pérdida de ingresos del sector privado y sus trabajadores. El problema con lo anterior es que el punto de partida del mundo a nivel general ha sido realmente débil en términos de solvencia relacionada al endeudamiento.
Previo al Covid-19, el ratio Deuda / PBI, uno de los más utilizados para medir la sustentabilidad de la capacidad de repago de las obligaciones de los países, se encontraba elevado.
Muchos países desarrollados ya tenían sus finanzas debilitadas con indicadores de Deuda / PBI por encima del 100%. En palabras simples, debían proporcionalmente más dinero del que estaba valuada su producción anual.
Y ahora, esa relación se ha deteriorado significativamente desde los dos aspectos de la ecuación. Su deuda (numerador) creció fuertemente por las políticas fiscales aplicadas, mientras que su PBI (denominador) está cayendo a un ritmo solo comparado con momentos de pandemia anteriores. Solo para hacer un cálculo rápido: el nivel de endeudamiento de Estados Unidos pasaría del 104% del PBI a niveles superiores al 120% en apenas seis meses.
Y no es el único país que avanzará con esta vulnerabilidad. Me animaría a decir que todos los países del mundo enfrentarán este rumbo.
¿Quién va a financiar esta fiesta? ¿Acaso estás dispuesto a invertir en bonos que son cada vez menos sustentables y que, encima, rinden 0% al año?
Sin dudas, los bonos serán una inversión tóxica hacia adelante para cualquier inversor promedio ya que estaría sumando riesgos a cambio de un magro o nulo retorno.
Entonces, hay que replantear el mundo que se viene con una inversión inteligente.
Más acciones, menos bonos
Pero hacia adelante tenemos un problema. No solamente muchos países enfrentaron situaciones difíciles para pagar su deuda, coqueteando con el default, sino también que un grupo no menor de empresas enfrentar esta dificultad.
Así, aquellas empresas que tengan una pesada carga de su deuda adoptarán como primer camino recortar su inversión (capex) para hacerse de caja. Y si eso no es suficiente, adoptarán el camino de recortar fuertemente sus dividendos.
De esta manera, los dividendos pasados no pueden estar garantizados hacia el futuro, produciendo un nuevo golpe a aquellos inversores que adoran las rentas que provienen de sus inversiones.
En este sentido, hay una “nueva normalidad” por venir.
Las nuevas preferidas por los inversores, aun los más conservadores, pueden ser las empresas que más han logrado capear la crisis actual e incluso han sacado provecho de ella.
¿Acaso te suenan las empresas FAANG+M?
Deberías comenzar a considerarlas: Facebook (FB), Amazon (AMZN), Apple (AAPL), Netflix (NFLX), Google (GOOG) y Microsoft (MSFT).
Este fue el desempeño de estas empresas en cuanto a las ventas del primer trimestre:
En todos los casos, sus ventas no percibieron ningún impacto o, lo que es mejor, aprovecharon la crisis a su favor para seguir ganando mercado a costa de empresas que no estaban tan sólidas como se estimaba previo al Covid-19.
Hay una cuestión adicional a considerar. Todas las mencionadas compañías comparten una cualidad única: no tienen deuda o la misma es insignificante, a excepción de Netflix.
En este sentido, en un mundo donde la deuda será un lastre de países y parte del mundo corporativo, con la palabra default resonando por todos los rincones, estos gigantes tecnológicos se encuentran en una posición relativa insuperable que permitirá sacar provecho de ello con mayor captación de mercado o adquisiciones a precios de “ganga”.
Recuerda mi consejo hacia adelante: más acciones y menos bonos.
A tu lado en los mercados.
Diego Martinez Burzaco
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Es economista de la Universidad de Buenos Aires con especialización en Mercados de Capitales, cuenta con más de 18 años de experiencia en los mercados internacionales. En Inversor Global es Jefe de Estrategia y editor de los servicios Crisis & Oportunidad, Situaciones Extraordinarias y Doble o Nada.