0:30 | USD 1.800 y va por más…
La fortaleza del oro es evidente. La onza se ha posicionado cómodamente por encima de los USD 1.800, a pesar de ser un obstáculo psicológico difícil de superar. La realidad es que el metal se ha apreciado un 20% en lo que va del año y ha tocado su valor máximo en ocho años. El récord histórico del 2011 está cada vez más cerca.
Todo indica que esta tendencia continuará por razones muy concretas. En primer lugar, se está viendo una segunda ola de contagios en todo el mundo. En el caso más extremo, muchas economías podrían volver a restringir ciertas actividades para contener la propagación del virus. Esto, indefectiblemente, podría disminuir la velocidad de recuperación de las economías e incrementar las compras de oro como refugio.
En segundo lugar, la crisis provocada por la pandemia está obligando a los bancos centrales del mundo a continuar con sus políticas de estímulos. La Reserva Federal de los Estados Unidos, por ejemplo, tiene decidido continuar con las bajas tasas de interés hasta 2022. Esto provocará un mayor debilitamiento del dólar a nivel mundial y la apreciación del oro en esa moneda.
Esta coyuntura tan favorable para el metal se refleja en el aumento del flujo de capitales a los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés), que reproducen el valor de la onza de oro. Los fondos estadounidenses representaron el 80% de las entradas globales. La región sumó unas ochenta y tres toneladas de oro, que representan alrededor de USD 4.600 millones. Asimismo, los fondos cotizados en Europa sumaron dieciocho toneladas o el equivalente a USD 745,7 millones. Los fondos con sede en la India, por su parte, registraron un aumento de tres toneladas o lo que son USD 150,1 millones.
En fin, el flujo está yendo hacia el oro. Parece que este tren no quiere detenerse y cada vez lleva más pasajeros. En la próxima parada, no dudes en subirte. Tal vez sea una de las últimas oportunidades para alcanzar el destino final: ¡los USD 2.000 la onza!
1:20 | Rige la ley del más fuerte
Desde que apareció la pandemia, el petróleo fue una de las materias primas más perjudicadas. La razón es muy sencilla. El petróleo sigue siendo el principal motor de crecimiento de las industrias. Cuando las economías se paralizan, hay menos demanda de crudo. Por la ley de oferta y demanda, si la demanda cae, también lo hace el precio.
Si bien los principales países exportadores de petróleo están recortando la producción para impulsar el precio, puede no ser suficiente. Hoy la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) informó una suba del nivel de inventarios en Estados Unidos.
Si nos basamos en la ley de oferta y demanda, cuando suben los inventarios, el precio tiende a bajar. La oferta puede controlarse; sin embargo, la demanda depende de otros factores vinculados con la coyuntura. Con lo cual, intentar predecir lo que sucederá con el petróleo hacia adelante es prácticamente imposible.
Lo que sí podemos hacer es sacar una conclusión cierta: el sector petrolero está plagado de incertidumbre. Como te decía ayer, es importante tener cuidado al invertir en petroleras de bajo calibre que no son rentables con un barril por debajo de USD 50. En un contexto como el actual, las petroleras más grandes tienen la espalda suficiente como para lidiar con la crisis.
|