La blockchain cripto evolucionó desde su primera aparición en 2009. Ha mejorado y ofrecido más herramientas para sus usuarios. Hoy te contaremos sobre su versión 2.0, entenderás por qué le llamamos la blockchain inteligente y cómo ha revolucionado ecosistema cripto.
Actualmente se habla mucho sobre la “blockchain 3.0” pero, para comprender qué es debemos entender cómo se ha llegado hasta aquí.
Como es esperable, han existido la blockchain 1.0 y la blockchain 2.0.
Con la primera, nos referimos al modelo blockchain de Bitcoin, propuesta en 2009 por Satoshi Nakamoto, la persona (o grupo) que publicó el primer whitepaper de criptomonedas.
A pesar de revolucionar el mundo financiero a principios de década y consolidar, hoy en día, la blockchain más probada y segura, ya se considera que esta blockchain está “anticuada”.
Es algo normal, sobre todo porque desde el principio se concibió para solo realizar transacciones de valor entre dos partes de manera segura.
Pero el valor detrás del concepto y el avance de la tecnología ha permitido que aparezcan otras propuestas, otras blockchains con sus propias criptos y tokens. Estas pertenecen a redes mucho más dinámicas y útiles a día de hoy.
El primer ejemplo, inaugural de la blockchain 2.0, es el de Ethereum, unas de las blockchains más utilizada a día de hoy cuya criptomoneda es la segunda del mercado en términos de capitalización.
El cambio radical que incorporó Ethereum fueron los Smart Contracts (contratos inteligentes), base fundamental que hoy por hoy permite generar DAOs (Organizaciones autónomas descentralizadas) y “tokenizar” activos con la intervención de oráculos, entre otras utilidades que no están presentes en 1.0.
De este modo, la blockchain 2.0 introdujo nuevos instrumentos que ofrecen procesos más descentralizados y sofisticados, el universo descentralizado cripto como lo conocemos hoy en día.
El cambio fundamental de la blockchain 2.0
La blockchain de Ethereum es tan importante en la actualidad que cuenta con miles de proyectos cripto construidos sobre ella. Esto es porque, hasta hace pocos años, era la única red que permitía utilizar los smart contracts (contratos inteligentes).
Estos contratos inteligentes son programas que se ejecutan sobre la blockchain y permiten automatizar operaciones complejas, siempre de forma descentralizada.
Su operación es sencilla: Permite pautar que A y B realicen cierto intercambio en caso de que se dé la condición C.
Ahora, si bien A y B pueden registrar un contrato en la red, falta un elemento esencial: la información del evento C que dé la orden de ejecutar la operación pautada. Y para eso se necesita un agente externo: la información del mundo real.
Esta información es provista a la blockchain por los oráculos. Estos se podrían definir como el puente que conecta la red descentralizada con el mundo exterior.
Los oráculos entran en juego cuando la condición de ejecución de un contrato inteligente está relacionada con un dato externo como, por ejemplo, el resultado de un partido de fútbol, el estado de una cadena de suministros, el precio de un producto, etc.
En este sentido, hay un proyecto que enriquece a la idea de los oráculos y que es uno de los más representativos de este modelo: Chainlink, un proyecto que cuenta con su propio token, LINK. Actualmente, el proyecto número 25 en capitalización del mercado cripto (según Coinmarketcap.com).
Este proyecto opera como un agente externo que verifica y confirma que la información rastreada es legítima y que era la indicada en el momento adecuado. De esta manera, se genera confianza entre las partes involucradas de que el contrato inteligente se ejecutó usando información real y actual.
Esta operación es clave, por ejemplo, en el caso de tokenización de activos, como ser Pax gold [PAXG], un token que cotiza a valor del oro, o los tokens del proyecto Synthetix [SNX], que replican el precio de ciertas acciones de la bolsa.
La descentralización como sistema
Lo que permite la blockchain 2.0, con la ejecución de contratos inteligentes descentralizados, es la creación de todo un ecosistema de aplicaciones descentralizadas de usuario a usuario (P2P).
En este sentido, uno de los conceptos más disruptivos a los que dio lugar esta red son las DAO (Organización Autónoma Descentralizada, en español). Estas, como lo indica su nombre, nuclean a un grupo de personas que ha reunido capital de manera descentralizada y no responde a ningún ente fuera de este.
Al momento de formar una DAO no hay un solo objetivo, la idea es ofrecer un proyecto entre varias personas que enriquezca el ecosistema cripto. Una de las DAO más conocidas es MakerDAO, el proyecto detrás de DAI, una de las stablecoin más usadas en todo el mundo.
Las DAO son ideales para ofrecer transparencia en las propuestas y procesos de un proyecto. Con ellas ha renacido el concepto de gobernanza.
Como no dependen de ningún gobierno o institución centralizada, la organización toma decisiones escuchando a todos sus integrantes, que pueden participar de decisiones del proyecto a través del voto, de acuerdo a la cantidad de tokens que posean.
Como puedes ver, así la blockchain 2.0, con la introducción de los smart contract, se convirtió en el puntapié del universo descentralizado que propone el espíritu de las criptomonedas, más allá de la tecnología de red descentralizada que incorporó la blockchain 1.0 de bitcoin.
Los problemas de la red 2.0 y la creación de blockchain 3.0
El principal problema de la blockchain 2.0 es su escalabilidad.
Mientras la red de Ethereum sigue creciendo y se suman mayor cantidad de proyectos descentralizados y operadores, más transacciones ocurren cada segundo y se llega al límite de capacidad.
Esto hace que la red de Ethereum esté congestionada, más lenta y que para operar se deban pagar comisiones bastante altas.
Si bien la capacidad máxima de Ethereum es aproximadamente de 30 operaciones por segundo, en la actualidad, con el mercado a la baja desde hace cuatro meses y la capitalización en caída, Ethereum ayer operó efectivamente 1.174.568 operaciones (lo cual da un total de 13,59 operaciones por segundo).
Fuente: etherscan.io
Es por eso que redes como Cardano, Polkadot o Polygon pretenden solucionar este problema.
Tienen a su favor que llegaron después que Ethereum, por lo que han podido construir sus propuestas sobre las deficiencias de aquella, conformando una nueva etapa de la blockchain, justo como lo había hecho Ethereum después de Bitcoin.
Pero es importante comprender de dónde venimos para ver hacia dónde vamos y, en este caso principalmente, en qué etapa temprana del proceso estamos.
A medida que la blockchain continúe desarrollándose, veremos mayores implementaciones en el mundo real, en las industrias y negocios actuales.
También veremos el nacimiento de una nueva gama de organizaciones comerciales que, actualmente, son incluso difíciles de imaginar.
Así se construye el futuro, y los visionarios de hoy tienen la oportunidad de comenzar a participar de él todavía antes que la mayoría de las personas.
Hoy es el momento de pensar tu cartera del mañana.
Saludos.
Iñaki Apezteguia
Para Cripto en tu Idioma
Iñaki es un inversor y educador argentino con una especialización en tecnologías emergentes de la Universidad de Oxford. Pasó más de una década asesorando empresas en cuanto a la innovación de sus productos. Y desde hace cuatro años, Iñaki se ha dedicado de lleno al mundo de la tecnología blockchain, la misma que respalda a la mayoría de las criptomonedas del mercado.
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