Comprar sólo porque sube o vender porque baja, sólo aumentará tus probabilidades de sufrir pérdidas importantes. Para tomar una decisión de inversión debes hacer un análisis integral del activo. El volumen de operaciones puede ayudarte.
La apreciación más frecuente que escuchamos sobre un activo en particular por parte de un asesor, inversor, compañero, amigo, o pariente, es “este activo está subiendo, es una buena inversión, voy a comprarlo”.
O, por el contrario, “viene en una clarísima tendencia a la baja, en medio de esta caída de los mercados y de esta incertidumbre, sin lugar a dudas, se va a derrumbar”.
Pero, ¿es la tendencia tan buen indicador para medir el estado o la calidad de un activo como para determinar si inviertes en él o no?
Es habitual creer que un activo que se encuentra con una tendencia alcista tiene una alta probabilidad de continuar en esa tendencia. Y viceversa, en el caso de que el activo presente un comportamiento o tendencia a la baja.
Pero el comportamiento de un activo al alza o a la baja puede ser muy engañoso si no evalúas por qué se está generando realmente.
Los grandes operadores del mercado pueden, con sus operaciones, impactar en el precio de los activos y generar esos movimientos direccionales.
Entonces, si el activo se encuentra en baja, nuestra primera conclusión sería que pasa por un mal momento y no deberíamos considerar en invertir en él.
Pero solo si evalúas el volumen que se genera y que acompaña ese movimiento a la baja podrás realizar una apreciación correcta sobre si la tendencia es representativa de la mala situación del activo.
Porque los inversores con gran poder de compra pueden mover el precio de un activo con sus operaciones. Lo mismo ocurre si deciden desarmar sus posiciones, pueden hacer caer el precio.
Si el activo viene disminuyendo de precio y el volumen que acompaña ese movimiento a la baja es definitivamente un volumen institucional de venta, querrá decir que los grandes actores del mercado no tienen interés en mantenerlo en sus portafolios.
En este caso la tendencia a la baja nos muestra una situación en la que el activo está debilitándose porque no existe interés institucional por él.
Pero, si el activo presenta la misma tendencia a la baja, pero los flujos que acompañan ese movimiento son flujos de compra, la situación es muy diferente.
La tendencia a la baja no refleja la situación en la que se encuentra el activo, pues a medida que disminuye de precio, existe interés por parte de los grandes compradores de adquirirlo e incluirlo en sus portafolios. Al final del día el activo se fortalece y, en un futuro, esta tendencia bajista cambiará y comenzará a apreciarse.
En este caso la tendencia del activo es engañosa o al menos no refleja de manera precisa la situación, valoración o el interés del mercado en él.
Entonces, el movimiento direccional de un activo no es argumento suficiente para determinar si debemos invertir en él o no.
Existen procesos diferentes que no pueden evaluarse únicamente desde el punto de vista de la dirección que presente.
¡Utiliza técnicas de evaluación adicionales para contar con una mejor apreciación sobre tus inversiones, y nunca olvides gestionar su riesgo!
Andrés Moreno Jaramillo
Para El Inversor Diario
Economista colombiano, trader, asesor financiero y analista económico y bursátil. Máster en Banca, Mercados Financieros y Gestión Patrimonial e la Universidad de Barcelona y de EAE Business School de Madrid. Tiene 20 años de experiencia en el sector financiero, 18 de ellos como trader y asesor en el mercado de valores.
Actualmente promueve el desarrollo y la inversión en mercado de capitales, dicta charlas, conferencias, cursos y seminarios sobre inversiones, finanzas personales y planeación financieras.