La crisis financiera del 2008 nos enseñó mucho sobre cómo algunas personas pueden utilizar estrategias para obtener beneficios de situaciones perjudiciales y nos dejó leyes que mejoraron la seguridad de las inversiones en Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de este aprendizaje, hoy veremos por qué estamos a punto de volver a ver cómo una de las más grandes promesas del mercado se viene abajo.
Si eres como la mayoría de los inversores que conozco, probablemente tengas las siguientes ideas, aunque sea inconscientemente:
- Comprar acciones es bueno porque financia la innovación, el crecimiento y la prosperidad…
- “vender en corto” es pura maldad.
Estoy de acuerdo con el punto 1… pero hoy estoy aquí para refutar el concepto erróneo del segundo.
Mira, entiendo por qué “vender en corto” parece menos noble. La imagen de un poderoso operador de Wall Street llevándose a casa miles de millones en ganancias mientras los jubilados pierden el 50% de su pensión es repugnante.
Pero no es toda la historia.
Piensa en esto…
En 2015, el licenciado en Derecho de Harvard y experto en Wall Street, Steve Eisman, fue quien inspiró el papel protagonista de la taquillera película The Big Short. Si has visto la película, es posible que tengas una sensación desagradable al ver a Steve Eisman arrasar durante la gran crisis financiera de 2008 que, de hecho, redujo en un 50% el valor de los ahorros para la jubilación de muchos abuelos.
Sin embargo, si profundizamos, descubriremos que Steve no causó la gran crisis financiera (los vendedores en corto rara vez, o nunca, provocan el desplome de las acciones). De hecho, ¡intentaba desenmascarar a los que sí lo hicieron!
En enero de 2007, Steve Eisman fue invitado a reunirse con un hombre llamado Wing Chau. Chau estaba muy involucrado en estructurar paquetes de deuda hipotecaria de alto riesgo dentro de instrumentos conocidos como obligaciones de deuda garantizada (también conocidas como “CDO”).
Esencialmente, Chau se las arregló para tomar un montón de deuda hipotecaria subprime de alto riesgo y empaquetarla dentro de las CDO, que de alguna manera recibieron etiquetas de “bajo riesgo” de agencias de calificación de confianza como Moody’s.
Luego los vendió por miles de millones a inversores desprevenidos. Y estos inversores desprevenidos no fueron fondos de cobertura codiciosos por los que tendrías poca simpatía. Muchos eran fondos de pensiones que gestionaban las carteras de retiro de millones de estadounidenses … incluyendo a “la abuela”.
En pocas palabras, después de reunirse con Chau y escuchar lo que estaba haciendo … Steve llamó a los CDO “excremento de perro” y se comprometió apostar en su contra.
El resto es historia.
Steve Eisman y un pequeño grupo de personas -John Paulson, Michael Burry y James Mai- vendieron en corto los CDO tóxicos que Wing había estado vendiendo como inversiones “seguras”. Pronto la fachada de esas inversiones “seguras” se desmoronó… los vendedores en corto ganaron miles de millones de dólares… y todo el sistema financiero estadounidense -el sistema que permitió a Wing y a otros malos operadores introducir inversiones tóxicas en fondos de retiro- fue sometido a un intenso escrutinio.
Por eso, deberías ver a Steve Eisman y a sus colegas vendedores en corto como los héroes de esta historia… y no como “malvados” villanos, que es como usualmente son presentados. Estos vendedores en corto catalizaron una de las más impactantes reformas de Wall Street en el siglo XXI.
Por desgracia, quince años después de la gran crisis financiera, el sistema ha encontrado una solución.
Una vez más, los activos tóxicos han llegado a los fondos de pensiones, les guste o no. Sin embargo, hay algo que puedes hacer para ponerte del lado de los ganadores.
Pero antes de decírtelo, tenemos que entender cómo cambió Wall Street después de 2008, y por qué eso todavía no puede protegernos de este problema.
Ley Dodd-Frank
La reforma Dodd-Frank y la Ley de Protección al Consumidor fue la respuesta del Congreso estadounidense a la avaricia y el comportamiento imprudente de Wall Street. Pretendía proteger a los pensionados de gente como Wing Chau y todos los demás que estaban dispuestos a vender “excremento de perro” a inversores desprevenidos.
Si funcionaba, evitaría que volviera a producirse una calamidad sistémica como la gran crisis financiera. Y, en buena parte, parece estar funcionando. Sí, hay críticas a la Ley Dodd-Frank. Algunos sostienen que es demasiado estricta y dificulta la competitividad de las instituciones financieras estadounidenses. Pero pocos dirán que el sistema financiero estadounidense es menos seguro que en 2007. La mayoría coincide en que es mucho, mucho más seguro.
Por ejemplo, el propio Steve Eisman habló recientemente sobre el estado del sistema bancario estadounidense en 2023, en relación a cómo era en 2007. Por aquel entonces, los principales bancos estadounidenses estaban muy apalancados. Esto significa que tomaban prestado mucho dinero para invertir y no tenían suficiente capital para cubrirse en caso de emergencia. En promedio, los bancos estaban endeudados en una proporción de entre 30 a 1 y 40 a 1. Ahora, en gran medida gracias a las reformas de la Ley Dodd-Frank, han vuelto al rango de 10 a 1.
Me gusta como Eisman pone estas cifras en contexto.
“Estos son solo números… una mejor manera de pensar en ello es: Si estás apalancado 30 a 1 o 40 a 1, todo lo que se requiere para destruirte es una piedra. Cuando solo estás apalancado 10 a 1… se necesitaría un meteorito”.
Así que, piensa en todo esto por un minuto…
Ahora en 2023 estamos atravesando un mercado bajista de acciones y bonos … nos enfrentamos a un 90% de probabilidades de recesión … y la inflación está lanzando una bola curva que no hemos visto en más de 40 años.
No es en absoluto un entorno fácil para ser un inversor.
Pero podría ser peor. Podríamos estar cuestionando la toxicidad y la fragilidad de todo el sistema financiero estadounidense como en 2008. Sin embargo, no lo estamos, gracias a la Ley Dodd-Frank y a esos vendedores en corto incomprendidos que “dieron la voz de alarma” en una de las situaciones más injustas e insostenibles de la historia financiera moderna. Por eso, ¡todos deberíamos estar agradecidos!
Pero, por desgracia, veo un escenario similar ahora mismo…
¿Se repite la historia para las carteras de retiro?
Una de las partes más tristes de la gran crisis financiera de 2008 fue cómo esas CDO tóxicas se vieron más o menos forzadas a entrar en la cartera de jubilación de muchos ancianos. Y aunque me doy cuenta de que decirlo será controvertido, me preocupa que lo mismo esté sucediendo hoy en día, con una sola acción que estoy dispuesto a apostar que muchísima gente tiene en cartera.
¿Tienes alguna acción que siga al S&P 500? ¿Un fondo de inversión, un fondo cotizado en bolsa o algo similar? Si la respuesta es “sí”, entonces es posible que estés expuesto a la empresa a la que me refiero. El comité que decide qué acciones deben incluirse en el S&P 500 añadió esta empresa al índice en 2020, en un movimiento que muchos han calificado como “polémico”.
En resumen, la acción estaba (y sigue estando) muy sobrevalorada. Cotizaba a una relación precio/ganancias más de 20 veces superior a la del S&P 500 el mes anterior a su incorporación al índice. No sé a ti, pero a mí eso me parece tan imprudente como que las agencias de calificación pusieran etiquetas de “bajo riesgo” a los CDO hipotecarios tóxicos en 2007. En cualquier caso, debido a esa valoración mal hecha, la acción se convirtió instantáneamente en una de las 10 acciones principales del índice.
Esto, en Estados Unidos, es una tonelada de dinero. Y una tonelada de pérdidas para los inversores desprevenidos, teniendo en cuenta que las acciones ya han caído a la mitad desde sus máximos. Esto significa, por supuesto, que las altísimas valoraciones que tenía esta acción han bajado un poco desde su incorporación al índice S&P 500. Sin embargo, mi análisis muestra que la acción sigue estando cara. La acción sigue siendo entre cinco y siete veces más cara que sus pares, una diferencia de cotización que estoy convencido de que se cerrará este año a medida que la acción caiga aún más.
Como probablemente sabrás, he investigado mucho sobre esta empresa. Y también es probable que sepas que la tengo en el punto de mira para apostar en su contra.
La llamo “The Next Big Short” porque la cantidad de dinero en juego supera de hecho el tamaño del mercado de CDO en 2007. Afortunadamente, creo que el daño no tendrá el mismo impacto “sistémico” que tuvieron las CDO durante la gran crisis financiera. Pero teniendo en cuenta que esta acción es una de las más populares dentro de todos los fondos del S&P 500, al menos me siento obligado a advertirles de esta situación.
Aún no estoy listo para revelar el nombre de forma amplia, pero te pido que estés atento a nuestras publicaciones porque sé que varios “vendedores en corto” de éxito de Wall Street ya están apostando en contra de este activo. En este momento estoy probando un método para obtener ganancias porcentuales aún mayores que las que obtuvieron los vendedores en corto en 2008… sin ninguno de los riesgos ilimitados que conlleva la venta en corto de acciones.
Como te digo, no dejes de leer, porque ya volveré con más información.
Adam O’Dell
Editor de Miércoles de Ganancias y Green Zone Fortunes
Para El Inversor Diario
Adam es uno de los mejores analistas de inversiones del mundo. Ex administrador de fondos de cobertura, en 2012 comenzó a publicar sugerencias financieras on line. Y desde entonces ha superado los rendimientos de George Soros, Carl Icahn e incluso Warren Buffett.