El exceso de optimismo puede ser peligroso en el mundo de las inversiones, llevando a un inversor a tomar decisiones irracionales. Hoy te proporciono cuatro pasos para que logres evitar este sesgo y puedas tomar decisiones inteligentes a largo plazo.
Si de algo estoy convencido es de que el mercado de valores es una de las formas más efectivas de aumentar tu dinero a largo plazo.
Sin embargo, como en cualquier otro tipo de inversión, hay muchos factores que pueden afectar tus decisiones y resultados.
Uno de los más importantes es el sesgo de optimismo, que puede llevarte a tomar decisiones precipitadas y arriesgadas en el mercado.
El propio Warren Buffett decía que el optimismo es el enemigo del comprador racional.
El exceso de optimismo es la tendencia humana de sobreestimar las probabilidades de que las cosas vayan bien en el futuro.
En el ámbito de las inversiones, esto puede llevar a los inversores a ser demasiado optimistas sobre una empresa en particular, lo que a su vez puede llevar a una valoración excesiva de las acciones de esa empresa.
Por eso te sugiero priorizar la filosofía de inversión de valor.
Esto significa tratar de encontrar empresas infravaloradas y comprar sus acciones a un precio inferior a su valor intrínseco.
No es sencillo encontrar grandes descuentos en el mercado actual, pero nos esforzamos para pagar, al menos, un precio razonable por un bueno negocio.
Si eres demasiado optimista sobre una compañía, es posible que pagues un precio excesivo por sus acciones, lo que puede limitar tu potencial de beneficio a largo plazo.
Para evitar el sesgo de optimismo, es importante que realices un análisis detallado y objetivo de cada empresa en la que estás interesado.
Debes evaluar con cuidado los datos financieros, las perspectivas de la empresa a largo plazo y los factores que podrían afectar su desempeño en el futuro.
Tienes que ser crítico y evaluar las debilidades que tiene la empresa, no solo sus fortalezas.
Ahora bien, no hay una regla mágica que haga desaparecer esta condición humana que tenemos desde que nacemos.
Sin embargo, podemos controlar la situación si seguimos una serie de pasos muy sencillos.
#1- Investiga y recopila información sobre la compañía
El primer paso es ir a las fuentes.
Esto significa que deberías analizar los estados financieros, la evolución del negocio y los hechos relevantes de la compañía.
Es importante tener una visión amplia de la empresa, sus competidores y el entorno en el que opera.
Además, tienes que ser objetivo en la evaluación de los datos y no caer en la tentación de centrarse sólo en la información que te gusta.
#2- Establece criterios de inversión claros
El segundo paso es establecer parámetros.
Esto implica que tengas una lista de criterios que debe cumplir una compañía para que la consideres como una posible inversión.
Estos criterios pueden incluir cuestiones relacionadas a la valoración de las acciones, las métricas de rendimiento, la posición de la empresa en su sector o la calidad del equipo gestor.
Tienes que ser claro y específico sobre lo que buscas en una empresa y no tomar decisiones basadas en una sola métrica.
#3- Desarrolla un proceso de análisis consistente y replicable
El tercer paso es organizar la estrategia.
Debes elaborar un proceso estructurado para analizar una empresa para luego tomar una decisión de inversión.
Este proceso debe ser extrapolable y fácil de seguir para que puedas aplicarlo a diferentes empresas.
Puedes ayudarte con una lista de preguntas específicas que debes responder para cada empresa que analices.
#4- Ten una mente abierta
El cuarto paso es ser crítico en todo momento (incluso contigo mismo).
Debes estar dispuesto a cambiar de opinión si los fundamentos de tu tesis de inversión cambiaron.
Si te aferras a tus opiniones y creencias sin considerar la nueva información que aparece, puedes pasar por alto riesgos importantes y perder la oportunidad de hacer una inversión más segura y rentable.
Recuerda que tener una mente abierta te permitirá ser más adaptable y tomar decisiones más racionales.
No existen recetas mágicas, pero el sentido común y la perseverancia te llevarán a buen puerto.
Esto ha sido todo por hoy.
Te dejo un saludo,
Diego Matianich
Jefe de Research de Inversor Global
Diego Matianich es economista, con más de 15 años de trayectoria analizando la economía global y los mercados financieros. Tiene un posgrado en Value Investing y una especialización en Fusiones y Adquisiciones, propone inversiones capaces de ofrecer el equilibrio perfecto entre seguridad y rendimientos atractivos. Colabora con notas de opinión en periódicos especializados en Argentina y se desempeña como jefe de Research en Inversor Global, con la misión de sumar valor agregado a los distintos servicios de suscripción de la compañía