Un informe del banco JP Morgan, cuyos directivos alguna vez dijeron que bitcoin era un “fraude”, dice que el coronavirus fue la prueba de fuego que comprobó la solidez de bitcoin.
Por Gonzalo Arzuaga
El 8 de junio terminó (al menos momentáneamente) el rally alcista que experimentaba el S&P 500. Sucedió luego de que la Fed se mostrara poco optimista respecto a la recuperación de la crisis actual. La Reserva Federal comunicó que no esperaba que la economía se recuperara al menos por los próximos dos años y que mantendría las tasas de los bonos bajas para estimular la liquidez del mercado.
El optimismo que dominaba a las bolsas bebió una dosis de realidad: todavía estamos en plena crisis por el coronavirus y no hay razones para pensar que estemos viendo el final.
Cuando los inversores tienen miedo, huyen de los activos de riesgo como las acciones o las criptomonedas, invierten en activos que conserven el valor del dinero o se quedan con el efectivo.
La volatilidad de cripto hace que los cimbronazos se sientan con más fuerza. El optimismo deja grandes retornos y el pesimismo, veloces derrumbes. Sin embargo, bitcoin se mantiene hace más de un mes en una franja acotada de precios. Parece una stablecoin, esas monedas cuyo precio no sube ni baja, como Theter (USDT). Los vendedores se niegan a venderlo por debajo de los USD 9.000 y los compradores a comprarlo por encima de los USD 10.000. Pocas veces se ha visto una fe tan sostenida en el precio de bitcoin, y nunca en un escenario tan adverso. Los analistas opinan que esta puede ser la señal de un impresionante quiebre al alza.
Los inversores en cripto estamos esperando el crecimiento explosivo del mercado, gracias a que cada vez se corrobora más la solidez y la oportunidad que representa este mercado.
En 2008, cuando surgió la primera criptomoneda, ni siquiera teníamos smartphones. Facebook había aparecido unos pocos años antes y WhatsApp recién aparecería el año siguiente. Hoy, atravesados por las redes sociales, las compras en línea y la digitalización de todos los aspectos de nuestra vida, prácticamente, la idea de las criptomonedas suena cada vez menos descabellada.
De hecho, hoy suena bastante entendible que una plataforma que está tendiendo al mercado de compra y venta digital y quiere plantear su propia plataforma de pagos, como Facebook, haya desarrollado su propia moneda: Libra.
La aceptación y crecimiento del cripto es un hecho. Buena parte de la población económicamente activa de la actualidad creció en un mundo digital. Los Millennials ya no son adolescentes… Quienes en el 2000 ya manejaban internet con fluidez y comenzaban a digitalizar hábitos de su vida, hoy son los profesionales, emprendedores y empleados menores a 37 años.
La generación del dinero en efectivo se está retirando y la generación del dinero digital está ocupando una porción importante de la economía. Estos inversores son mucho más proclives al mercado de criptomonedas y es uno de los vectores que lo impulsa con cada vez más fuerza.
Pero otro sector importante son los inversores institucionales. bitcoin fue definida como la mejor inversión de la década por el Bank of América y Goldman Sachs dijo que fue la mejor inversión del 2019. Cada vez más inversores institucionales colocan algo de criptomonedas en sus carteras de inversión.
El 16 de junio, Ámbito Financiero publicó esta nota:
La multinacional de servicios financieros Fidelity Investments realizó un informe en el que señala que el 36% de un grupo de 776 inversores institucionales de las bolsas de todo el mundo están invirtiendo en bitcoin, el 27% de los fondos consultados en Wall Street y el 45% de los fondos consultados en Europa.
El mercado comienza a crecer y los grandes capitales lo hacen más estable, con perspectivas de crecimiento a futuro como ningún otro. De hecho, el mismo J. P. Morgan, cuyos directivos alguna vez dijeron que bitcoin era una estafa, hace unas semanas aceptó como clientes a dos importantes exchanges internacionales, Gemini y Coinbase.
Y no solo esto, sino que, en un informe del banco publicado recientemente y titulado “Cryptocurrency takes its first stress test: Digital gold, pyrite, or something in between?” (‘Las criptomonedas toman su primera prueba de fuego: ¿oro digital, pirita o algo entre ambas?’), J. P. Morgan afirma que las criptomonedas han pasado satisfactoriamente el desafío: “El precio de bitcoin apunta a que su uso habitual es el de un vehículo de especulación en lugar que un valor de cambio o de guarda de valor”. Es decir, quien invierte en bitcoins no busca comprar en el mercado de la esquina ni conservar el valor de su dinero: busca multiplicarlo en un mercado de oferta y demanda libre.
Bitcoin nació al calor del colapso del 2008 pero, hasta el momento, nunca había atravesado una crisis financiera. Por aquel entonces, durante la crisis de las hipotecas, no era un activo financiero de valor. Se regalaba como parte de su campaña de marketing incluso. ¿Imaginas eso, un bitcoin de regalo?
La crisis actual demostró la solidez de la criptomoneda y la confianza de los inversores en ella. Las criptomonedas dejaron de ser una inversión de ciencia ficción para aficionados. Los inversores institucionales, grandes bancos y fondos financieros ven su potencial y están participando. Actualmente, bitcoin tiene cotiza a precios más altos que a fines del 2019 y principios del 2020, cuando comenzaba el mercado alcista. Encontró un piso en la zona de los USD 8.500-USD 9.000 y un techo en la zona de los USD 10.100.
El informe afirma que bitcoin nunca valió menos que su costo de producción, excepto por breves momentos críticos como el derrumbe del coronavirus. “Aunque la burbuja [de bitcoin de 2016] colapsó tan dramáticamente como se infló, bitcoin rara vez se negoció por debajo del costo de producción, incluidas las condiciones muy desordenadas que prevalecieron en marzo”, dice el informe. El costo de producción de un bitcoin antes del halving era de USD 7.000. Ahora, como con el mismo trabajo se consigue la mitad de la recompensa, es de esperar que ese precio comience a aumentar en cuanto la crisis económica y financiera comience a disiparse.
El costo de producción de un bitcoin luego del halving se ha duplicado (el halving, precisamente, es reducir a la mitad las recompensas pagadas a los mineros por realizar el mismo trabajo). Si tomamos en cuenta los datos de JP Morgan respecto a la relación precio/costo de bitcoin, entonces el halving debería llevar los precios en el corto plazo por encima de los USD 14.000 (esto es un aumento de 47% desde los precios actuales).
La unidad mínima de bitcoin es el satoshi, una cienmillonésima parte de bitcoin que se puede comprar. Pero los exchanges tienen límites mínimos de USD 10. Y lo más interesante de las criptomonedas es eso: una pequeña inversión puede hacer la diferencia en el largo plazo.
Creo que vale la pena que lo intentes.
¡Éxitos y buenas jornadas!
Gonzalo Arzuaga
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Es especialista en criptomonedas y en inversiones vinculadas a tecnologías disruptivas. En 1996, cuando casi nadie sabía de qué se trataba internet, se convirtió en millonario vendiendo su sitio de búsquedas de contenidos. Es editor de Cryptoinsider, donde recomienda las mejores operaciones con criptomonedas.