Pocos se hubiesen atrevido a vaticinar que Elon Musk se transformaría en el hombre más rico del mundo. De la misma forma, algunos inversores, medios especializados y grandes instituciones no creyeron que Tesla lograría consolidarse y de paso perdieron en su apuesta. Hoy te explico cómo no caer en el mismo error.
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Cuando piensas en la persona más rica del mundo, ¿quién se te viene a la cabeza?
Hace un tiempo, unos dirías Jeff Bezos. Otros señalarían con el dedo a Bill Gates o Warren Buffett.
E incluso otros recordarán como a principios de los 90 eran los japoneses los que encabezaban las listas de multimillonarios, con nombres como Taikichiro Mori o Yoshiaki Tsutsumi.
Bueno, es el momento de olvidarnos de todos ellos. Hace poco coronamos a un nuevo campeón: Elon Musk.
Si alguien te hubiera dicho hace cinco años que Musk sería el hombre más rico del mundo, lo habrías considerado un loco.
Sí, Tesla finalmente se había convertido en un nombre de peso en los mercados, pero la compañía era muy criticada por “expertos” y los medios financieros mainstream.
Hubo grandes preocupaciones en 2017 y 2018 por la capacidad de Tesla para satisfacer la demanda por sus vehículos; muchos pensaban que su marca de automóviles eléctricos no lograría captar la atención del público estadounidense.
Además, Musk no se hacía muy buena publicidad como director ejecutivo de la empresa. A veces se mostraba errático y sus declaraciones en redes sociales siempre generaban polémica.
Tanto es así, que la junta directiva de la empresa lo obligó a dimitir y nombrar a un nuevo presidente.
Pero Musk no se alejó de la compañía y permaneció como CEO, lo que siguió preocupando a los inversores.
Este comportamiento errático fue un factor importante cuando decenas de miles de millones en acciones de Tesla fueron vendidas en corto.
(Recuerda que “vender en corto” es una estrategia de inversión para ganar cuando una acción cae; en esencia, es una inversión que haces cuando crees que a una compañía le irá mal de aquí en adelante.)
RBC Capital, un banco de inversión, fue parte de ese movimiento y comenzó a vender acciones de Tesla a principios de febrero de 2019.
Las cosas comenzaron con el pie derecho para ellos, ya que las acciones cayeron casi un 30% durante ese año.
Pero pronto aprenderían una lección sobre el papel TSLA.
Para entender su error, veamos cómo funciona “vender en corto”.
Digamos que vendes en corto 10 acciones de Apple en el mercado actual. El precio es de USD 135. Inmediatamente recibirías USD 1.350 de tu bróker (una suerte de “préstamo”) por vender las acciones en corto.
Una vez realizada la operación, la meta es que las acciones bajen para poder volver a comprar y pagarle a tu bróker.
Sin embargo, el problema con las posiciones en corto, es que existe un riesgo ilimitado si la acción sigue subiendo.
Eso le pasó a RBC Capital al vender en corto las acciones de Tesla cuando cotizaban por alrededor de USD 60.
A pesar de la caída en los precios a mediados de 2019, las acciones de Tesla subieron un 20% a finales de año y desde ese momento han crecido un 1.200%.
Míralo así:
Si un inversor vendió en corto 10 acciones de Tesla a USD 60 en febrero de 2019, ahora tendría una pérdida de más de USD 7.500.
Sin embargo, y a pesar de la mala jugada, RBC Capital todavía existe y, de hecho, están cerca de alcanzar máximos históricos en sus propias acciones (NYSE: RY).
¿Qué pasó?
Lo que aprendí con Tesla
Hay un par de lecciones en esta historia.
La primera es que, como inversor individual, hay que tener muchísimo cuidado al invertir en los mercados financieros.
La compra de acciones, opciones u otros instrumentos generalmente tienen un límite sobre la cantidad de dinero que puedes perder.
Al vender en corto una acción, el potencial de pérdida es ilimitado (la acción solo puede caer hasta USD 0, pero puede crecer hasta cualquier precio; incluso 1.200% arriba, como Tesla).
La segunda lección es que los bancos, el dinero institucional y los grandes fondos de cobertura tienen capital de sobra y no les preocupa si una apuesta falla, como ocurrió con Tesla.
Tienen tanto dinero que, si decidieran poner mucho capital en una acción de una compañía pequeña, harían que el precio de esa acción se disparara. No tardarían en llegar las acusaciones de manipulación.
Además, poner una cantidad menor de dinero en estas acciones no tiene ningún sentido para ellos. En su lógica, no vale la pena obtener un par de miles de dólares cuando pueden ganar millones con una empresa como Apple o JP Morgan.
A diferencia de los inversionistas minoristas, como tú y yo, a ellos simplemente no les interesan las acciones de pequeñas compañías y no están en el negocio de encontrar las que tienen el mayor potencial.
No sigas a los grandes fondos solo por eso: porque son grandes.
Las reglas del juego son distintas.
Por un futuro brillante,
Ray Blanco
Para El Inversor Diario
Es experto en tecnología especializado en encontrar las empresas mejor posicionadas y con mayor potencial del mundo tecnológico y biotecnológico. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, es editor de Especulación Inteligente para Inversor Global.