Para ser un inversor exitoso debemos saber leer entre líneas y conocer a las empresas y el contexto en el que se desarrollan, además de estar atentos a lo que llamo “riesgo de obsolescencia”.
Estimado lector,
Las grandes inversiones eventualmente pueden volverse obsoletas.
Hay muchos ejemplos de eso en el pasado, que pueden ayudarnos a predecir cuándo sucederá algo similar.
Como emprendedores, debemos dejar de mirar a los empleados como si estuviéramos en la era industrial. En aquel entonces, los empleados eran recompensados por cosas como la antigüedad. Hoy, en la era de la información, la antigüedad puede significar la muerte por obsolescencia.
En la era industrial, un empleado senior tenía más experiencia. En la era de la información, la experiencia puede ser un problema. No me malinterpretes, todavía valoro esa experiencia, y la necesito para equilibrar las opiniones de los empleados más jóvenes.
Pero los desafíos que enfrentan los emprendedores de hoy son: ¿cómo atraigo, retengo y motivo a los empleados que están a la vanguardia y que tienen conocimientos tecnológicos? ¿Cómo mantengo sus salarios y beneficios en consonancia con la situación económica actual? ¿Cómo inspiro a los empleados a desarrollar nuevos productos o servicios? ¿Cómo evito que los buenos empleados se trasladen a otras empresas?
Personalmente, lo hago de esta manera: trabajando más colaborativamente con los empleados más jóvenes. Les pido que desafíen mis ideas, así como las suyas. Por ejemplo, el otro día le mencioné a un grupo de gerentes más jóvenes que el correo electrónico era obsoleto. Dijeron que no sabía de qué estaba hablando. Uno me llamó “anciano”.
Y lo que dijeron era verdad. El hecho es que no sé de qué estoy hablando. De hecho, estoy tan obsoleto que no tengo una dirección de correo electrónico. Todo lo que sé es que, algún día, el correo electrónico quedará obsoleto.
Retaba a los empleados más jóvenes a predecir su futuro mediante la predicción de su propia obsolescencia. Al llevar la conversación al futuro, se unen dos generaciones: los viejos como yo y los líderes jóvenes del mañana. Al pronosticar el futuro, puedo compartir mis experiencias, como ellos comparten las suyas. Cuando me cuentan sobre el uso de Zoom para hablar con personas de todo el mundo, veo el futuro sombrío de las compañías telefónicas de la era industrial.
Una de las cosas que estoy haciendo es contratar miembros más jóvenes para el equipo y expertos en tecnología, para ponerlos en una cuasi junta y asesorar a mi empresa sobre el futuro. Esto no significa que siga todas sus recomendaciones; simplemente significa que necesito escucharlos y tomar las medidas adecuadas. También escucho con la intención de detectar valores y deseos claves. Por otro lado, estoy ascendiendo a los trabajadores tecnológicos de más edad y les pido que sean los intérpretes del futuro.
Una forma de ver el futuro es ver el hoy como pasado. En la era de la información, nada es más peligroso que una persona que no sabe que sus ideas son obsoletas.
¿Qué es el riesgo a la obsolescencia?
“Los números cuentan una historia”, decía mi padre rico. “Si puedes aprender a leer los estados financieros, podrás ver lo que está sucediendo dentro de cualquier empresa o inversión”. Mi padre rico me enseñó cómo usaba las estadísticas financieras para administrar sus negocios.
Ya sea para una inversión en acciones de una empresa o la compra de un inmueble, siempre analizo los estados financieros. Puedo determinar qué tan rentable es una empresa, o cuán altamente apalancada está una compañía, simplemente mirando sus estados financieros y calculando las relaciones financieras.
Mi padre rico me enseñó a considerar siempre, al menos, tres años financieros. La dirección y tendencia de los porcentajes de margen, el apalancamiento y la rentabilidad del capital me dicen mucho sobre una empresa y su gestión, e incluso sobre sus competidores.
Muchos informes de empresas no incluyen estos índices e indicadores. Un inversor experimentado aprende a calcular estas relaciones (o contrata a alguien con conocimientos para hacerlo) cuando no se proporcionan.
Un inversor experimentado comprende la terminología de las relaciones financieras y puede utilizarlas para evaluar la inversión. Sin embargo, si bien las relaciones son indicadores del desempeño de una empresa, deben considerarse en conjunto con el análisis del negocio y la industria en general.
Por ejemplo, una empresa con excelentes libros en los últimos tres años y con fuertes ganancias, podría parecer una inversión sólida.
Pero, después de revisar la industria, es posible que descubras que el producto principal de la empresa acaba de quedar obsoleto debido a un nuevo producto presentado por su principal competidor. En este caso, una empresa con un historial de buen desempeño puede dejar de ser una inversión inteligente debido a su potencial de pérdida de participación en el mercado.
Te doy otro ejemplo. Blockbuster era una empresa de alquiler de películas que se declaró en quiebra y luego fue adquirida por centavos de dólar por una empresa de transmisión por satélite. Fue víctima de la obsolescencia tecnológica. El advenimiento de la nueva tecnología hizo obsoleto el modelo de negocio de Blockbuster.
Además del riesgo de obsolescencia, existen otros como: el riesgo geográfico, el riesgo de tasa de interés, el riesgo político, el riesgo de longevidad y el riesgo legislativo.
Pero con la educación adecuada, puedes navegar esas aguas con éxito.
Los precios no indican la calidad de la inversión
Probablemente hayas escuchado el dicho: “Obtienes lo que pagas”. Bueno, a menudo es cierto cuando se trata de invertir.
Algunos inversores ingenuos centran todos sus esfuerzos en encontrar lo que creen que son acciones “asequibles”. Pero el precio de una acción es solo una parte de la historia. Como inversor, siempre debes considerar el valor. El precio es lo que pagas… y el valor es lo que recibes.
Por ejemplo, si comparas Apple y Blockbuster en 2010, las acciones de Apple se cotizaban a más de USD 300. Algunas personas dirían que esos precios son demasiado caros. Podrían pensar que una acción como Blockbuster era mucho mejor porque estaba disponible por solo seis centavos la acción. Tendrían razón si solo estuvieran mirando el precio. Pero el análisis fundamental nos permite considerar el valor en su lugar.
Me los puedo imaginar pensando: “Oye, es Blockbuster, ha existido durante mucho tiempo. No puedo creer que el precio de sus acciones sea tan barato, necesito comprar algunas mientras esté tan bajo. Esta cosa tiene que subir. ¿Qué tengo que perder?”.
Desde entonces, Blockbuster se declaró en quiebra, lo que nos brindó otra valiosa lección de inversión. Las personas que pescan estos centavos con la esperanza de obtener un tiro ganador, a menudo se van a casa con las manos vacías. Cuando compras algo con un valor casi nulo, esperas, contra la razón, que valga la pena. Sin embargo, este enfoque no se trata de invertir, sino de apostar.
Y los inversores inteligentes rara vez apuestan.
¡Actúa con inteligencia!
Robert Kiyosaki
Para El Inversor Diario
Autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, y una quincena de otros libros, es uno de los mayores gurús de las finanzas personales del mundo. Gracias a una alianza con Rich Dad Latino, en Inversor Global nos enorgullecemos de presentar Plan de Retiro Soñado, el único servicio donde Robert revela acciones puntuales para comprar y vender, y Súper Acciones Millonarias y Cash Flow semanal.