En menos de una semana las dos mayores áreas económicas del planeta legislaron sobre las criptos. Mientras que una apostó por los criptoactivos como motor de crecimiento, la otra se mostró escéptica y buscó limitar el minado que utilice blockchains con un protocolo de prueba de trabajo.
El pasado miércoles fue un día histórico para los criptoactivos en Estados Unidos.
El Presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva para determinar la estrategia que seguirá el gobierno que preside en relación a la regulación de las criptomonedas.
Esta orden supuso el primer paso serio del gobierno estadounidense para introducir una regulación dentro del rubro de los criptoactivos.
Fuente: News.bit2me.com
La orden ejecutiva que firmó Biden la semana pasada exige a las agencias federales que coordinen mejor sus funciones en el sector de las criptomonedas, concediéndoles un amplio margen de maniobra con la condición de que actúen bajo unos preceptos básicos.
Estos preceptos consisten en:
“proteger la estabilidad financiera mundial, prevenir usos ilícitos, promover la innovación responsable, así como la inclusión financiera y mantener el liderazgo estadounidense en el desarrollo de los criptoactivos”.
En mi opinión, esta última frase es especialmente reveladora:
“(…) mantener el liderazgo estadounidense en el desarrollo de los criptoactivos”.
Al contrario de otros países como China o India, que prohibieron taxativamente las transacciones con criptomonedas al considerarlas una amenaza para su soberanía monetaria, Estados Unidos está apostando por aprovechar la tecnología cripto como una herramienta para mantener su liderazgo mundial, que actualmente se encuentra en disputa con China.
Cabe destacar que Estados Unidos ya lideró el desarrollo de las dos olas anteriores de innovación tecnológica que propiciaron el desarrollo de Internet: la primera a finales de los años 90 con las primeras webs y la segunda en la primera década del siglo XXI con el desarrollo de las redes sociales.
Ahora, el país del norte camina firmemente decidido a liderar la tercera ola de innovación que propició la tecnología cripto: el internet 3.0 .
Euroescepticismo ante las criptos
Mientras Estados Unidos apuesta por liderar el desarrollo de los criptoactivos, Europa se mostró más reticente por el impacto que esta tecnología pueda tener en el medioambiente.
El pasado lunes, el Parlamento Europeo aprobó la nueva normativa MiCA (Markets in Crypto Assets o Mercados en Criptoactivos en español) con el objetivo de regular el funcionamiento del mercado cripto en la Unión Europea.
Entre las regulaciones que se planteaban desde Bruselas, una de las más polémicas abordaba la limitación del minado de criptoactivos que utilicen blockchains con un protocolo de prueba de trabajo.
Los protocolos de prueba de trabajo consisten en computadoras que validan nuevos bloques, resolviendo complejos problemas matemáticos. Para hacerlo consumen una alta cantidad de energía eléctrica.
Recuerda que, aunque las criptos más recientes adoptaron soluciones alternativas, las principales criptos como bitcoin y ethereum utilizan estos protocolos.
La eficiencia energética se convirtió en una prioridad para la Unión Europea ante los ambiciosos objetivos de protección medioambiental que adoptaron los países europeos en el marco de los Acuerdos de París, para luchar contra el cambio climático.
Además, actualmente Europa atraviesa una grave crisis energética debido a la dependencia de las importaciones de petróleo y gas natural de Rusia.
Las mismas son ahora más inciertas que antes debido a las sanciones impuestas al Kremlin por su invasión a Ucrania.
Los ambiciosos objetivos medioambientales, unidos a la incertidumbre sobre el abastecimiento energético del Viejo Continente, hacen que el escepticismo de las autoridades europeas hacia protocolos que consumen mayores cantidades de energía sea mayor.
Con 32 votos en contra frente a 24 votos a favor, finalmente este veto a los protocolos de prueba de trabajo no prosperó en el comité de economía del Parlamento Europeo.
Fuente: Cointelegraph.com
Sin embargo, se prevé que posteriores legislaciones medioambientales pongan en la mira a la minería de las criptos que utilizan protocolos de prueba de trabajo.
Ante los recelos de las autoridades europeas, inevitablemente Europa se quedará atrás en la revolución de los criptoactivos, revolución que Estados Unidos sí está decidido a aprovechar para mantener su actual supremacía tecnológica.
Si bien es cierto que los protocolos presentan ciertos problemas de eficiencia tanto en el consumo de energía como en los costes asociados, la innovación en el campo de los criptoactivos ya está alcanzando soluciones al respecto.
Así, las nuevas blockchains como Cardano, Solana o Avalanche incorporan protocolos mucho más eficientes.
Además Ethereum, la segunda criptomomenda del ranking, está migrando a un protocolo de prueba de participación que la convertirá en una red más eficiente desde un punto de vista energético.
Los diferentes gobiernos parecen haberse dividido en tres bandos: los que apuestan por las criptos como un modelo de innovación tecnológica (con Estados Unidos a la cabeza), los que abordan a las criptos con cierta hostilidad pero sin llegar a prohibirlas (la postura de la Unión Europea) y los países que las rechazan totalmente y plantean su ilegalidad (dentro de estos países se destaca China).
¿Quién acertará y quién se equivocará en sus planteamientos?
Ya lo veremos muy pronto…
Hablamos pronto,