Dominar las emociones y saber cuánto riesgo estás dispuesto a asumir, son las claves para convertirte en un inversor inteligente. Te cuento cuáles son los tres pasos que deberías dar para lograrlo.
El riesgo se asocia al peligro. Hablar de riesgo genera miedo. Más aún si lo que está en juego es tu dinero.
En términos lógicos, el primer instinto es huir de cualquier situación que potencialmente genere cualquier tipo de riesgo.
Pero en los mercados el riesgo es inevitable. De hecho, es un indicador de potencial para tus ganancias.
Así que la pregunta es ¿cómo puedes manejarlo si tienes la intención de realizar inversiones?
Para manejar correctamente el riesgo debes tener en cuenta tres ideas sencillas . Con ellas cubrirás el 90% los temas relacionados con la gestión de riesgo.
1.- Definir el monto de dinero disponible.
Esta es la variable más importante y por la que debes comenzar.
Este monto de dinero que piensas destinar para inversiones, debe ser un dinero que estés dispuesto a perder, que no forme parte integral de tus gastos del día a día. Y que, si en el peor de los casos, la inversión no tiene buen desempeño, el nivel de vida que llevas no cambie.
Si este monto se encuentra bien establecido, podrás dormir tranquilamente y la ansiedad que se genera en momentos difíciles será seguramente manejable.
Para ello deberás evaluar cómo distribuirás el riesgo en tu cartera: cuáles acciones de valor que piensas conservar a largo plazo, sin importar las alzas o bajas que tengan en su recorrido.
Piensa aquí en acciones de compañías de gran trayectoria y capitalización, bien establecidas: Coca Cola, Apple o Microsoft, por ejemplo. ¿Consideras que en quince años todavía estarán en su negocio?, ¿existe alguna competidora que pueda quitarles su peso en el sector?
También piensa en tus apuestas de riesgo: el trading o la inversión en empresas nuevas, que consideras que tienen gran potencial, pero todavía no lo han probado. ¿Te sentirías cómodo exponiendo el 40%, 50% o 60% a este riesgo indeterminable?
Como dice el viejo refrán: no pongas todos tus huevos en la misma canasta.
2.- El riesgo máximo a asumir y las ganancias esperadas
Para cada inversión específica, tener claramente definido un riesgo máximo que se piensa asumir. Y una utilidad proyectada, para liquidar la inversión una vez alcanzada.
Si se define un riesgo máximo desde el inicio y se respeta esta decisión, se tiene claro cuál puede ser el peor escenario. Y podremos manejar más fácilmente cualquier situación.
También se debe definir una utilidad que justifique la inversión y el riesgo asumido desde un inicio, y que debemos honrar una vez se consiga.
Esta relación entre lo que estás dispuesto a asumir de riesgo y la utilidad que deseas obtener, debe ser una relación en la que la utilidad sea superior al riesgo asumido.
Es lógico que si alguien te invita a un negocio en donde potencialmente vas a perder más de lo que vas a ganar, no lo realizarías. Siempre evalúa que la utilidad sea potencialmente más importante que el riesgo que asumirás.
3.- Actuar con fundamentos, no con deseos
No intentes volverte rico con una sola inversión. La idea es que cada inversión sea una más del conjunto de inversiones que poseas.
Si la inversión es demasiado grande y representativa dentro de tu portafolio, las decisiones que tomarás sobre ella seguramente serán muy emocionales.
Debes contar con varias inversiones y que cada una de ellas cumpla su objetivo cuando, finalmente (y en el caso ideal), te devuelvan la utilidad proyectada.
Los mercados son racionales, aunque los operadores puedan no serlo. Pedirle rendimientos extraordinarios a un mercado sin considerar los riesgos que ello conlleva, te asegurará muchas más pérdidas que ganancias.
Con una cartera de inversión diversificada y consistente, y con tu disciplina como inversor, serás capaz de generar más ganancias que pérdidas.
Esta es la manera de invertir de los profesionales.
Una vez que alcances tus ganancias proyectadas… ¡ve en busca de la próxima! Pero siempre atento a tu racionalidad y el manejo de tus riesgos.
Con estas tres ideas podrías manejar el riesgo en tu trading e inversiones.
De la mano de estas consideraciones, tendrás cubierto la mayor porción de las complejas metodologías de gestión de riesgo.
Hasta la próxima
Andrés Moreno Jaramillo
Para El Inversor Diario
Economista colombiano, trader, asesor financiero y analista económico y bursátil. Máster en Banca, Mercados Financieros y Gestión Patrimonial e la Universidad de Barcelona y de EAE Business School de Madrid. Tiene 20 años de experiencia en el sector financiero, 18 de ellos como trader y asesor en el mercado de valores.
Actualmente promueve el desarrollo y la inversión en mercado de capitales, dicta charlas, conferencias, cursos y seminarios sobre inversiones, finanzas personales y planeación financieras.