La Reserva Federal de Estados Unidos anunció, el miércoles pasado, una nueva suba en la tasa de interés de referencia, de 75 puntos básicos. Hoy te cuento cuáles son los activos que deberías evitar mientras se mantenga la política monetaria restrictiva.
En mi última columna revisamos múltiples razones por las cuales, el viejo consejo de “recortar pérdidas y dejar correr ganancias”, es más difícil de aplicar de lo que creemos.
Hoy te daré cuatro claves para resolver los problemas que hacen que esa máxima sea tan difícil de aplicar.
Te daré varios consejos, basado en mi experiencia, que te ayudarán a modificar comportamientos y tu aproximación a las inversiones en general.
Comencemos.
1. Acepta el riesgo si quieres obtener beneficios
Deja de considerar que el riesgo es algo estrictamente negativo y que debes huir de él. El riesgo trae consigo un componente muy importante llamado oportunidad, y más que eso, beneficio.
Si quieres obtener algún beneficio, debes asumir un riesgo. Y si estar vivos ya de por sí presenta riesgos, es hora de enfrentar ese riesgo y aprender a manejarlo.
Cualquier oportunidad de beneficio tiene consigo un riesgo, es el balance natural de todas las cosas en la vida. Pero si empiezas a pensar en el riesgo como una oportunidad, podrás dejar a un lado su connotación negativa. Cuanto antes lo hagas, será mejor.
2. Debes contar con una metodología de inversión y de toma de decisiones, no importa el tipo de inversión
Este punto es muy importante. Contar con un sistema de reglas, por básicas que sean, que contemple factores tan sencillos como:
- Evaluar si la inversión vale la pena o no
- Definir el riesgo máximo que vamos a asumir desde el inicio
- Definir el tiempo que tomará la inversión
- Definir una temporalidad de revisión periódica para evaluar la inversión
- Analizar y tener muy en cuenta las variables exógenas que impactan nuestra inversión
- Tener claros los parámetros bajo los cuales se considera que debemos mantener la inversión y aquellos en los que debemos liquidar la inversión
- Tener muy en claro también el tiempo que se considera lógico para se desarrolle la inversión y cuando deja de ser viable este paso del tiempo
- Contar con una estrategia de salida
- Estas son algunos de los puntos básicos que debemos revisar permanentemente para saber si debemos mantener o no nuestra inversión.
- Ahora bien, si contamos con una buena y completa metodología de inversión lograremos aplicar estos consejos:
3. Dejar de pensar que para hacer dinero debes estar en lo correcto.
Por absurdo que suene, es completamente verdad y estar en lo correcto no es lo que genera dinero.
Lo que genera dinero es maximizar las utilidades de la inversión mientras que esta nos genere retornos, y recortarla cuando ese ya no sea el caso. Nunca sabrás inicialmente si estás en lo correcto o no. Inclusive en medio del camino siempre dudarás de ello. Lo más conveniente es dejar a un lado la idea de querer tener la razón y basarte en la aplicación de la metodología de gestión que elegiste. Mientras más rápido entiendas y manejes esto como un negocio, menos implicaciones directas impactarán en la confianza en ti mismo.
4. No malgastes tu capital mental o anímico.
Aunque suene exagerado, no existe algo más desgastante que tener que lidiar con una mala inversión o un mal negocio. Pero creo que existe algo peor, que es tener que lidiar con eso por un tiempo más extendido del necesario o planteado.
Todos lo hemos vivido en algún momento. Aquella inversión que dejamos que continuara solo por ese anhelo de que se recuperara o porque no podíamos perder la esperanza.
Este tipo de situaciones genera un desgaste emocional innecesario, estaremos cansados y no ocuparemos nuestra energía evaluando nuevas, y potencialmente mejores, oportunidades de inversión.
Al mismo tiempo, el capital o dinero atado a una mala inversión por un tiempo más allá del presupuestado, también genera un costo de oportunidad que no se mide y no se percibe fácilmente.
Basándote en todo esto, define un riesgo máximo para todas y cada una de tus inversiones.
Evalúalas a través del tiempo para estar seguro de que cumplen y se desarrollan conforme a lo planeado. Si después de realizar esta evaluación implementando tu metodología de inversión, observas que las condiciones que favorecían a tu inversión están cambiando, que el tiempo pasa y los rendimientos no se acumulan, recorta tu inversión. No se trata de mantenerla simplemente porque se ha definido un riesgo máximo para ella, si las razones por las cuales ingresaste en ese negocio o inversión desaparecen, o se desvanecen, liquida.
Esto no se trata de tener razón, no se trata de tenacidad, se trata de gestión de riesgo, de evaluar si las condiciones por las que la iniciaste se mantienen. Si no es así, no tiene sentido continuar, liquida.
Si después de salir de la inversión las condiciones se presentan de nuevo, evalúa si ingresas de nuevo. No existe nada de malo en ello.
Ahora bien, si por el contrario, tu evaluación demuestra que todo marcha correctamente y que las métricas o condiciones que soportan tu inversión inicial mejoran, aguanta, extiende e incluso incrementa tu inversión. No porque tuviste razón, sino porque el panorama es favorable, aprovéchalo. Deja correr tus utilidades y mantente atento.
Al final del día la confianza en nuestra metodología de evaluación y de gestión de riesgo es lo que nos permite contar con esa confianza requerida para recortar las pérdidas y dejar correr las utilidades.
Espero que puedas aplicar algunas de las premisas básicas que te he mencionado y que he aprendido con los años.
Hasta la próxima.
Andrés Moreno Jaramillo
Para El Inversor Diario
Economista colombiano, trader, asesor financiero y analista económico y bursátil. Máster en Banca, Mercados Financieros y Gestión Patrimonial e la Universidad de Barcelona y de EAE Business School de Madrid. Tiene 20 años de experiencia en el sector financiero, 18 de ellos como trader y asesor en el mercado de valores.
Actualmente promueve el desarrollo y la inversión en mercado de capitales, dicta charlas, conferencias, cursos y seminarios sobre inversiones, finanzas personales y planeación financieras.